COMERCIO EXTERIOR

Guerra de aranceles y renegociación del T-MEC

Los aranceles son un impuesto al intercambio comercial entre países. | Ismael Jiménez

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La política de “negociar” con el garrote en la mano es la receta favorita de Donald Trump, no importa si sus amenazas sean factibles o no, él simplemente procura tener acuerdos desde una posición de fuerza, dominación e intimidación.

Por supuesto que no es fácil sentarse a la mesa de negociación ante un personaje así, pero la receta de algunos es intentar guardar al máximo la serenidad, al menos parece que eso le ha dado resultado hasta el momento a la presidenta Claudia Sheinbaum.

De esta manera podemos concluir que la guerra de aranceles con que amagó a México y otras naciones de América Latina, no necesariamente se harán realidad, aunque, con países de otras latitudes, la situación sería diferente, especialmente con China que es la nación que Trump le quita el sueño desde hace al menos 15 años.

Pero antes de seguir, quisiera hacer un alto, pues el término “arancel”, el cual califica Trump como la palabra más dulce del diccionario, es completamente desconocido para la mayoría de los jóvenes de 40 años hacia atrás. Esas generaciones, viven hoy en un mundo diferente al de hace 50 años, son hijos digámoslo así de la globalización.

Y es que justo la globalización lo que pretendía era terminar con el proteccionismo económico de algunos países que, de acuerdo con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, impedían el crecimiento económico del mundo. Los aranceles justo eran un obstáculo para el “libre comercio” y para aperturar los mercados, era necesario eliminarlos de tajo.

Los aranceles no son otra cosa que un impuesto al intercambio comercial entre países, si una economía impone un arancel a un bien importado, ese impuesto se queda en el país destino de la importación. En otras palabras, si Estados Unidos pone un arancel del 25% a las importaciones venidas de México, el gobierno estadounidense se quedará con 25 centavos de cada dólar del valor de las importaciones.

Es esto posible hoy en día, sí, sólo que imponer aranceles en la actualidad significa romper las reglas del juego que ellos mismos impusieron al mundo y que hoy no les convienen, resultando una medida como esa un riesgo de crisis económica y de desestabilización mundial amén de la espiral inflacionaria que ello generaría.

México está en posición de negociar con ciertas ventajas al menos para las exportaciones de bienes de consumo, pues imponer aranceles a los bienes manufacturados especialmente a los autos, serían un balazo en el pie de la economía estadounidense. El objetivo es detener la entrada a Estados Unidos de todo tipo de productos chinos especialmente de refacciones y componentes automotrices que es lo que más envía México a los Estados Unidos.

En ese sentido, México comenzó a tomar medidas para encontrar la manera de que Trump no termine poniendo aranceles a todas las exportaciones mexicanas lo cual como lo señalan diversos analistas internacionales, sería un suicidio para la economía estadounidense. Amén también de las que impusiera a Canadá por los mismos conceptos.

El capítulo México Estados Unidos se definirá en la próxima negociación del T-MEC que en 2026 cumplirá cinco años de haberse firmado, cuando el entonces presidente Donald Trump, aseguró que en cinco años volvería a revisarse el tratado. Así que volvió para cumplir su promesa y renegociar un tratado que tiene a México y a su vecino del norte más compenetrados comercialmente que nunca.

 

Ismael Jiménez

@ijm14