PACHUCA. - Elvia Juárez Ortega es todo, menos una madre tradicional. Libre, feliz, biker y jefa de familia son sólo algunos de los adjetivos que la describen, y la identifican. A sus casi 41 años y con hijos adolescentes, ha encontrado la fórmula para romper el molde y sentirse plena, para combinar su labor como mamá, su trabajo y su pasión: las motos.
Se le ve rodando por las calles de Pachuca en una motocicleta pequeña, a veces con vestido y otras con su chaleco de cuero, pantalones negros, gafas y botas. Y a menudo pocos se imaginan que detrás de su imagen hay una madre comprometida con sus dos hijos, que trabaja diariamente para pagar las cuentas y en ocasiones se toma los domingos para ir a explorar las carreteras y algunos lugares del país.
Y es que Elvia forma parte de los 11 millones 474 mil 983 hogares en México que son dirigidos por una mujer, de acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Dicha cifra indica que en el país 3 de cada 10 mujeres son jefas de familia.
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En el caso de esta biker hidalguense, sí cuenta con el apoyo económico del padre de sus hijos, “pero no como se debería, por cuestiones un poco difíciles, pero la verdad no siento que me haga tanta falta porque lo hemos sacado y la neta no es un tema que diga ‘ay, no, sí, me hace mucha falta y lo necesito’, no, porque ya vi que lo puedo hacer y aquí estoy”.
Aunque “dividirse” entre el trabajo, las labores del hogar y los hijos suele ser muy complicado para muchas mujeres que tienen esa responsabilidad, a Elvia se le fueron acomodando las cosas pues a la fecha cuenta con un trabajo que le permite dedicar tiempo a todos los aspectos importantes de la vida.
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“Tengo la oportunidad de trabajar de 9 de la mañana a 1 de la tarde, y de 5 a 9 de la noche, entonces, antes de las 9 escuela, desayunos, preparar esto, el otro; a la una ve por ellos a la escuela, la comida, todos tus pendientes, a las 5 entras a trabajar y en las noches ya a descansar. Es un poco ajetreado, pero es muy padre”.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) señala que en el cuatro trimestre de 2023 la tasa de participación económica de las madres de 15 años y más fue de 46.1 por ciento a escala nacional, de un total de 38 millones, 459 mil 122 mujeres.
La moto la salvó de la depresión
Una madre moderna podría ser un calificativo que describa a Elvia a la perfección, pero, aunque lleva la adrenalina en las venas, no siempre fue así. Dicen que no hay mal que por bien no venga y a ella le costó una dura lección entenderlo.
Hace algunos años, su relación de pareja terminó. Lo recuerda como un momento complicado, donde la depresión rondó su vida, y, por extraño que parezca, adquirir una motocicleta le cambió la existencia, no sólo a ella, sino también a sus hijos.
“Estuve en una etapa hasta depresiva y el tema de la moto me ayudó mucho, no tanto por conocer a la gente, sino por salir, por saber que podía hacer algo, mis hijos también como que crecieron en esa parte conmigo y nos ayudó a los tres a poder salir de un círculo, fue cuando me separé de su papá, y los tres nos unimos más porque organizábamos las idas a la escuela”.
Aunque ahora es una experta de los “caballos de acero”, cuando Elvia compró su motocicleta no sabía manejar. La decisión la tomó rápido, un día que fue a realizar un trámite al SAT y se tardó dos horas en regresar de esas oficinas a su casa viajando en Tuzobús, ese fue el momento en el que se dio cuenta que necesitaba algo en que moverse.
“Tenía un dinero ahorrado y al siguiente día me fui a la agencia y dije ‘me gusta esa moto’, pero decidí ver otras y me fui a otra y vi el otro modelo y dije ‘no, definitivamente es ésta’, regresé a la agencia, la compré, me hicieron sacarla, esperé afuera porque yo no sabía manejar y un amigo me recogió, estuve desde las 4 hasta las 7 de la noche parada para que me llevaran y me tardé 15 días en aprender a manejar en el patio de la casa”.
De acuerdo con datos del Inegi sobre el parque vehicular existente, en 2021 el 30 por ciento de las motocicletas vendidas en el país fue a mujeres, en comparación con el 10 por ciento que se registró en 2017. Hasta 2019, en la Ciudad de México existían alrededor de 500 mil vehículos de este tipo, según cifras de la Secretaría de Seguridad Vial de dicha entidad.
Para Elvia, la motocicleta no sólo se convirtió en su escape a ser más independiente o su medio de transporte, pues a raíz de su pasión por los “caballos de acero” fue conociendo un mundo que hasta hace unos años no sabía que existía: los clubes para mujeres motociclistas.
Una motomami de a de veras
A Elvia no le tomó mucho tiempo comenzar a experimentar salidas en carretera, primero lo hacía en solitario, probaba la velocidad y describe la sensación de rodar como algo comparable sólo con la libertad.
Después, se dio cuenta que no era la única mujer en andar en moto en Hidalgo y, mediante redes sociales, descubrió que había un grupo femenil de bikers, a las que contactó y comenzó a conocerlas, hasta animarse a hacer viajes más largos, en los que tuvo la oportunidad de entrevistarse con líderes de clubes de otras entidades y nacionales.
Su viaje más largo en su moto “chiquita”, como la llama, ha sido a Querétaro. En sus viajes ha tenido la oportunidad de conocer a la líder nacional de Mujeres Bikers México, organización a la que actualmente pertenece, al igual que a Mujer Bikers Internacional.
En Hidalgo, relata, existe un motoclub de mujeres Black Magic Woman MC México, del cual es vicepresidenta, el primero del estado, surgido en Ciudad Sahagún, con quienes sale a rodar algunos fines de semana, y para ello cuenta con el apoyo de sus hijos adolescentes, a quienes no descuida, pues sus paseos generalmente duran sólo unas horas y siempre regresa a casa.
Pero no todo es color de rosa, pues ser una mujer biker en este país, y en este estado, sigue siendo señalado: “La mayoría se la cree, incluso de miembros de la familia, creen que porque subes una foto un domingo que estuviste rodando, eres la mamá que los dejó sin comer, la que no les importa sus hijos, la que nada más se gasta el dinero en otras cosas, me ha tocado, pero si dejas que este tipo de comentarios te llegues, no avanzas”.
El tema del motociclismo la ha empoderado y la ha ayudado a romper estereotipos: “Me ha hecho crecer como mamá y como persona, la verdad estoy muy orgullosa y mis hijos también están orgullosos de tener una mamá biker”.
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