Pachuca.— El tío, el padrastro, el primo, el compadre y otras personas cercanas a las familias son los principales agresores sexuales de infancias, de acuerdo con estadísticas de organizaciones de la sociedad civil, así como de testimonios que forman parte de carpetas judiciales registradas en Hidalgo, en algunos casos, los responsables fueron sentenciados.
Ana es una niña, aún no llegaba a la adolescencia, cierto día visitó la casa de sus tíos, al verla sola y vulnerable, la tía la tomó de los brazos, la metió a la habitación, la inmovilizó mientras su esposo, tío de la infanta, la violaba, señala un expediente judicial en el que los agresores sexuales fueron sentenciados a siete años de prisión.
Hidalgo ocupa uno de los primeros cinco lugares en cuestión de violencia sexual contra infancias, en 2017 la organización social Ipas reveló que se registraron 200 nacimientos de niñas y niños vivos de madres de entre 10 y 14 años de edad, la mayor parte de esos casos fue en Pachuca.
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En 2020, Hidalgo fue la sexta entidad de México en la que se atendieron en hospitales a más niñas, niños y adolescentes debido a violencia contra infancia y adolescencia de tipo familiar o no familiar, de acuerdo a los Registros de lesiones 2019-2020, de la Secretaría de Salud.
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Con 904 personas de 1 a 17 años atendidas por estos tipos de violencia el mismo año, Hidalgo albergaba el 4.7 por ciento de los casos registrados en el país.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 se estima que, en el estado de Hidalgo, 70.6 por ciento de las mujeres de 15 años o más, experimentaron algún tipo de violencia: psicológica, física, sexual, económica o patrimonial a lo largo de la vida. Las personas agresoras mencionadas por las mujeres que experimentaron violencia sexual en al ámbito familiar son: otro familiar, tío y primo.
Sofi -nombre ficticio, pero historia real- forma parte de las más de 960 mil niñas, niños y adolescentes que hay en Hidalgo, vivía en el mismo domicilio que su tío y fue cuando ella cursaba cuarto de primaria que su tío le tocaba en el pecho y entrepierna, le hacía comentarios de “sería de él porque él era su dueño”. El abuso se extendió por varios años, cuando la pequeña cambió a quinto y luego a sexto. El agresor la busca en la escuela, la correteaba por la casa, hasta que la menor le contó a su papá y este presentó la denuncia.
Las familias son los espacios dónde se dan los más altos y recurrentes índices de violencia sexual y donde más se abusa de diferentes maneras de las niñeces, y son precisamente esas violencias las que impiden que las niñas y niños hablen de las violencias sexuales o de cualquier otro tipo y cualquier índole.
Violencias en la niñez
Ingrid Guerrero, psicoterapeuta y especialista en atención de las violencias sexuales en la niñez, explica que las violencias sexuales no sólo son los tocamientos, acercamientos, transgresiones físicas, también tiene que ver con negarles información sobre sexualidad, -y no es de que no saben cómo hacerlo, sino que se les niega la información porque piensan que sólo les va a dar ideas, o porque no deben saber- negar esa información que es su derecho y es un factor de protección los deja vulnerables.
Negar la identidad, también es un tipo de violencia sexual contra las niñas y niños, desacreditarlos y pensar que son pequeños para saber si le gustan las niñas o los niños o saber si es una infancia trans, también vulnera sus derechos, impacta en la persona que quieren ser y les aleja de las redes de apoyo a las que pueden recurrir cuando hay una violencia sexual, considera Ingrid Guerrero.
Juanita y su hermana estaban en casa solas -nombre no real- en ese momento el vecino que también era compadre de sus padres, grita en busca de los adultos de la casa, al no obtener respuesta aprovecha la puerta abierta e ingresa al domicilio, y entra hasta la habitación, toma a la niña de los hombros, la pone en la cama y abusa de ella sexualmente, sin llegar a una violación, el sujeto es descubierto por su propia esposa que lo reprende y se lo lleva a su casa.
Bajo el nombre de obediencia, disciplina o aprendizaje para la vida, las familias son la estructura y el sistema que normaliza negligencias, abandono, malos tratos, y que deja a las niñeces sin recursos para poder hablar cuando alguien vulnera su espacio físico emocional sexual, menciona la psicoterapeuta.
Romy fue atacada por su padre, que la manoseaba y acercaba su órgano sexual al de ella, en ese sentido, la especialista comenta que las familias deben analizar si las niñeces tienen un espacio en casa donde pueden estar sin ser desplazadas, si es que son utilizados como mandaderos, el que hace los favores, porque esas son conductas que instrumentan a las niñeces para ser utilizadas porque se invisibilizan sus derechos y se les enseña que tienen que obedecer. “A veces enseñar a desobedecer es enseñar a cuidarse”, apunta la fundadora de la asociación civil Yo te creo.
Ingrid Guerrero reflexiona en el sentido de que el abuso sexual contra infancias no está relacionado con estatus social, nivel económico, de ahí que “no se puede pensar que es ajeno a nosotras y que no nos va a pasar”.
Recomendaciones contra el abuso infantil
Ingrid Guerrero recomienda que en caso de conocer de que un niño o una niña fueron víctimas de violencia sexual, lo que recomienda es no reaccionar en ese momento, creerles siempre a las niñas y niños porque ellos no mienten.
No deben confrontar al infante con el agresor, y se deben preguntar qué les hubiera gustado que las personas adultas hicieran cuando se sintieron vulnerados.
sjl