Pachuca.— Para Francisco Alam González Hernández hay dos momentos que marcaron su vida: el accidente que sufrió hace años y el punto donde tocó fondo como deportista paralímpico. Pero, como bien dicen, nada pasa por nada y lo que no te mata te fortalece, y hoy, ese mismo joven que algún día pensó que sus opciones estaban limitadas, está en la antesala de conseguir su máximo resultado: un pase a los Juegos Paralímpicos 2024.
El romance entre Alam y el deporte inició desde pequeño. El futbol se convirtió en la disciplina de sus amores y ello lo llevó a desempeñarse en las fuerzas básicas de los Tuzos del Pachuca, mostrando sus habilidades en la cancha. Pero fuera de ella también tenía una vida y estaba por iniciar su carrera universitaria, cuando ocurrió el accidente automovilístico en el que perdió la movilidad de sus piernas.
La noticia no fue fácil, sobre todo cuando se tiene que aprender nuevamente a valerse por sí mismo. Lo primordial era recuperarse física y mentalmente, y encontrar una nueva visión para encarar la vida a los 19 años. La familia fue fundamental, y aunque la nostalgia y tristeza aparecían cuando veía a sus amigos jugar futbol, el paso del tiempo comenzó a hacer su trabajo.
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Lo que Alam no sabía en aquel entonces es que, a pesar de todo, él no estaba destinado a “ver los toros desde la barrera”, y la aparición en su vida de Irma Martínez, destacada paratenismesista, hoy fallecida, le dio ese giro que necesitaba y le abrió una visión nueva al mundo del deporte paralímpico, algo que jamás había pasado por su cabeza.
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Con un gran ojo para el reclutamiento, la entonces presidenta de la Asociación de Deportes sobre Silla de Ruedas del Estado de Hidalgo le hizo la invitación para que se uniera a la práctica de alguna disciplina, y, entre convencido y no, acudió a ver cuáles eran las opciones. El tenis de mesa fue lo que más le llamó la atención, pues además ponía a prueba sus reflejos y coordinación, y la habilidad nata como atleta volvió a surgir.
Lo que inició como mera curiosidad se convirtió pronto en parte importante de su vida. Alam González rápidamente comenzó a tener resultados en esta nueva etapa de su carrera deportiva, donde representó a Hidalgo en Olimpiadas Nacionales obteniendo medallas como tenismesista.
Al mismo tiempo, su vida personal continuaba su curso y retomó sus estudios universitarios para cursar la licenciatura en psicología y obtener su título, pero el deporte seguía siendo algo muy importante.
Lima 2019: resurgir tras tocar fondo
Sus cualidades lo llevaron a la selección mexicana y a competencias internacionales, y entonces, otra meta se fijó en su mente: conseguir el boleto a los Juegos Parapanamericanos Lima 2019.
Y ésta fue otra etapa crucial, pues tenía todas sus energías puestas en lograr el pase para representar a México en la máxima justa deportiva continental. Las experiencias de otros paraatletas lo motivaban, pero el clasificatorio significó otra dura prueba que le puso la vida.
Alam González no consiguió el boleto a Perú y ello lo hizo pensar en tirar la toalla, y aunque el no clasificar fue un duro golpe, no fue lo suficientemente fuerte para quebrarlo.
“Perdí en el selectivo en punto de oro y fue una experiencia muy dolorosa, muy difícil levantarme de una derrota, pero aprendí muchísimo ahí y era algo que me tenía que pasar para madurar deportivamente, y desde el día uno, después de quedar fuera, mi mente ya estaba puesta en Santiago (Chile), mi meta era aguantar cuatro años, luchar cuatro años, entrenar muy duro y no volver a quedar en la orilla y afortunadamente se reflejó el trabajo, se logró el pase, y en la competencia no sólo fui a pasear”, cuenta a La Silla Rota Hidalgo.
La revancha en Santiago 2023
Fueron cuatro años complicados, donde una pandemia se atravesó y significó un cambio en la forma de entrenar y prepararse, y la revancha llegó en los clasificatorios para los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023.
Ésta fue la primera experiencia en una competencia de este tipo para Alam González, pues la justa continental significa el segundo de mayor nivel para un deportista paralímpico, después de los Olímpicos, por lo que disfrutó el proceso desde que obtuvo el pase hasta que regresó a México con tres medallas de bronce.
El hidalguense sabía que se enfrentaría a la crema y nata del paratenis de mesa americano, con jugadores con experiencia en Mundiales y Paralímpicos, y para él, debutante en este tipo de justas, el podio era un sueño.
Por ello, la primera medalla que ganó en Santiago 2023 fue la que más disfrutó, porque no sabía si iba a ser la única y, al mismo tiempo, representaba todo el trabajo que había hecho durante más de una década de trabajo para llegar a ese punto.
“Es una sensación increíble, creo que nunca había disfrutado tanto una premiación, ésta tuvo un sabor muy especial, muchos años de esfuerzo, de trabajo, de muchas cosas detrás que hicieron que lo disfrutara demasiado”.
“Me costó mucho ganarla, los partidos fueron muy duros, contra rivales muy fuertes, y, como no sabía si iba a ganar otras más, la disfruté muchísimo, se me salieron las lágrimas, vino a mi mente todo el esfuerzo, el trabajo, el sudor que hubo en muchos años previos, mi familia, mi novia, mis amigos, todas las personas que han estado para mí, en ese momento sentí que les estaba cumpliendo”.
En Chile, Alam González ganó tres bronces en las modalidades de singles, mixtos y dobles, y aunque se quedó cerca de pelear por el boleto a los Juegos Paralímpicos París 2024, las opciones para asistir a la máxima competencia mundial siguen abiertas y muy pronto tendrá otra cita con la historia.
El sueño continúa
Tailandia es la última oportunidad para conseguir el boleto. El Clasificatorio Mundial se desarrollará del 22 al 26 de mayo y los tenismesistas que todavía no amarran su pase se darán cita en ese lugar, incluido el mexicano. El campeón se gana el boleto a París 2024.
“(Conseguirlo) Es el sueño más grande que he tenido dentro de lo deportivo. Sé que se tiene que trabajar mucho para conseguirlo, son unos Juegos Paralímpicos, es lo más grande que hay y no cualquiera puede ir, pero creo que tengo la capacidad y el nivel para ir a buscar ese boleto y cumplir ese sueño. Estoy seguro que no descansaré hasta conseguirlo”.
sjl