Pachuca.— Lucky y Lotus son los felinos más viejos que las autoridades mexicanas rescataron en 2022, en Black Jaguar-White Tiger Foundation. Su historia es simbólica y un ejemplo de resiliencia, pues son los testigos vivientes y silenciosos de los abusos y maltratos que se cometían en ese santuario, que estaba ubicado en la Ciudad de México y llegó a albergar a 177 felinos de distintas especies.
Hoy, esta pareja de veteranos felinos ha recobrado su salud, grandeza y, sobre todo, su dignidad, esa que le arrebataron, paradójicamente, los humanos. Los ejemplares están en el Bioparque Tekuayán, ubicado en Tizayuca, municipio de Hidalgo, donde se encuentra el santuario de felinos rescatados más grande de Centroamérica. Pero, ¿cuál ha sido su historia?, aquí te la contamos.
Lucky y Lotus (hembra y macho) son los felinos más viejos que rescataron de la fundación Black Jaguar-White Tiger. De acuerdo con el biólogo del Bioparque Tekuayán, Alfredo Aguayo, eran el reflejo del maltrato que se ejercía en el santuario que fue clausurado en 2022, es decir, hace dos años.
Te podría interesar
“Ellos tenían maltrato de mucha índole. Fue gracias a denuncias hechas a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que se hicieron inspecciones y determinaron que no cumplían con los parámetros establecidos para tener animales confinados y les quitaron el permiso”, dijo.
En total se decomisaron 177 felinos, 17 monos, 4 caninos, 2 burros y 2 coyotes, ejemplares que fueron reubicaron en otras áreas de cuidado animal en la República Mexicana. Sin embargo, a Tizayuca enviaron a dos felinos, los más viejitos que había en Black Jaguar-White Tiger.
Te podría interesar
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Los padecimientos de Lotus y Lucky
Cada uno tiene su propia historia de maltrato. Lotus, el león macho, no tenía la melena, pues se le cayó por el estrés al que estuvo expuesto durante muchos años. A su llegada se sintió mejor con una dieta, atención médica y sobre todo amor y dignidad. Su mejoramiento fue impresionante al grado que ya tiene otra vez su melena, un trabajo que se hizo junto a Emma Litzuly Gómez Ramos, jefa de medicina y veterinaria del Bioparque Tekuayán.
“Cuando Lotus llegó al Bioparque Tekuayán no tenía melena. Esto es un indicativo del estrés severo en el que estaba en Black Jaguar White Tiger. En su momento, pensamos que a este ejemplar lo habían castrado, pues cuando lo hacen, tienden a perder la melena por un tema hormonal. Pero él no. Él es un león completo, no tenía melena pues se le cayó producto del estrés… recuerdo que cuando uno se acercaba, te lanzaba el rugido o el zarpazo y hoy no. Hoy tolera muy bien a las personas”, indicó Alfredo Aguayo.
Mientras, Lucky, la leona, tiene problemas articulares y de la columna. Están bajo tratamiento y dieta. Otro problema al que se enfrentaron fue que ambos felinos no estaban acostumbrados a que personas los vinieran a ver, pues su única convivencia era con los cuidadores. Por ello, estuvieron varios meses en cuarentena. Sin embargo, con el paso del tiempo y su evolución positiva, los pasaron a un exhibidor.
“Ellos son viejitos y les acondicionamos un exhibidor para reintegrarlos a la colección de ejemplares que tenemos en el Bioparque Tekuayán. Una de las estrategias que hicimos que, una vez que los pasamos al recinto, tapamos su visión colocando bambús, para que no se estresaran al ver a las personas en los recorridos. Así ellos se sienten protegidos”, dijo.
Entre 25 y 26 años de edad
Las y los cuidadores de Lucky y Lotus no saben con exactitud sus edades, ya que sus expedientes se perdieron. Sin embargo, estiman que rondan entre los 27 a 28 años y de 25 a 26 años, respectivamente. Es decir, son leones viejos que, en condiciones de confinamiento, su esperanza de vida es más alto que en libertad.
“Son animales que están en su límite de vida, pero en condiciones de confinamiento, los ejemplares tienen una sobrevida. En libertad, estos no suelen vivir más de 27 años ya que se exponen a muchas cosas, desde enfermedades hasta heridas. Lucky y Lotus llegaron a principios de agosto del año 2022”, contó Alfredo Aguayo.
La pareja de leones se ha acompañado
Lotus estaba muy deprimió. Se aislaba en una esquina, dejó de comer y se quedaba todo el día acostado. Sin embargo, Lucky fue quien lo ayudó a levantarse, fue su soporte emocional. Ella lo cuidaba, a pesar que físicamente es la más deteriorada. Ambos se venían acompañando, pues formaron pareja desde hace años.
“Le dábamos de comer prácticamente en la boca y hacíamos interacción con él a través de juegos, Poco a poco se fue levantando y aceptando a los cuidadores y, al final de cuentas, se adaptó perfectamente… fue una cosa impresionante porque, una vez que Lotus se levanta, acepta que ya está en otro lugar, ahora Lucky es la que se nos viene abajo, por ello, decidimos mantenerlos en cuarentena pese a que ya habían terminado ese periodo. Ahí estuvimos con ellos, entre subidas y bajadas. Sin embargo, con esfuerzo, amor y paciencia, se logró superar esta etapa”, contó el biólogo.
Lo más complicado, agregó el cuidador, es que son animales geriátricos; por ejemplo, a Lucky, actualmente, se le tiene de que dar de comer en la boca. Se lo ofrecemos de cerca. Es prácticamente como “una persona de la tercera edad” que requiere cuidados diferentes o extras que el que requiere las personas promedio.
Su historia de maltrato es reservada
Debido a que la Procuraduría Federal de la Protección al Ambiente (Profepa) tiene abierta una investigación contra la fundación Black Jaguar White Tiger, los expedientes de Lucky y Lotus son reservados, por lo que no se puede dar detalles de la forma o condiciones en la que fueron rescatados.
Es decir, son sujetos o pruebas vivientes de un proceso legal que está llevando por el caso de Black Jaguar White Tiger y, por lo tanto, los cuidadores del Bioparque Tekuayán no tienen permitido hablar de esas historias, ya que son parte de una investigación en curso”.
“Lo que sí les podemos decir es que Lucky y Lotus vivían separados, tuvieron infancias y adolescencias siempre en confinamiento, es decir, en una jaula y sufrieron diferentes maltratos a lo largo de su vida, no los conocemos en su totalidad. Lo único que sabemos es que tienen una historia de maltrato directo e indirecto, porque a veces se piensa que haciendo una acción se generan bienestar y es todo lo contrario”, agregó.
Los miedos de Lucky y Lotus y su resiliencia
Durante el proceso de rehabilitación, los cuidadores del Bioparque Tekuayán se percataron que Lucky y Lotus presentaban ciertas conductas o reacciones que les producían miedo. Por ejemplo, a Lucky le aterraba la guillotina (de la puerta), mientras que Lotus les temía a las personas.
“Actualmente, con el trabajo, confianza y amor, estos felinos han perdido ese miedo. Lo bonito de los animales es que no se quedan en el pasado, ellos siempre están adaptándose y estos dos ejemplares se han adaptado de maravilla. Un ejemplo de resiliencia, no hay mejor ejemplo que la vida silvestre”, indicó.
Actualmente, ambos felinos pueden ser admirados por los visitantes del Bioparque Tekuayán. Su espacio es el único que tiene bambús, ya que esto ha permitido que le vayan perdiendo el miedo a las personas, pues se sienten protegidos.
Los zoológicos y bioparques
En entrevista, Alfredo Aguayo aseveró que “la forma más cercana que tenemos para convivir con una especie, son los zoológicos o centros de resguardo. El ser humano debe aprender a convivir con sus hermanos animales en el mundo”, dijo.
Él trabaja en el Bioparque Tekuayán desde hace tres años. Sin embargo, su labor y amor por estos ejemplares lo ha llevado a otros espacios como voluntario, pues antes, se dedicaba a la genética en los zoológicos de Chapultepec y Aragón, en la Ciudad de México.
“De manera independiente, por decirlo así, hemos trabajado con muchos zoológicos en México. Para mí es una satisfacción muy grande el poder trabajar por el bienestar de estos animales que forzosamente se encuentran en una jaula, encerrados, por motivos diversos, aquí no podemos hablar o tachar a nadie”, comentó.
La historia de Black Jaguar-White Tiger Foundation
De acuerdo con información hemerográfica, Black Jaguar-White Tiger Foundation fue creada en la ciudad de Monterrey en 2013 por el empresario Eduardo Serio. Sin embargo, las instalaciones se encontraban en la localidad San Miguel Ajusco, alcaldía Tlalpan, al sur de la Ciudad de México.
Los grandes felinos que tenía esta organización provienen de circos, criaderos y zoológicos. Tuvo mucha popularidad ya que celebridades internacionales y nacionales, así como políticos y gobernantes comenzaron a visitar el santuario a fin de reunir fondos. Incluso, eran auspiciados por parte del gobierno de Estados Unidos.
Entre los artistas destacan Lewis Hamilton, Khloe Kardashian, Paris Hilton y The Backstreet Boys, además de políticos con sus familiares tales como el expresidente de México, Carlos Salinas de Gortari.
Parte de las críticas por parte de defensores de los derechos de los animales, fue que cuando los animales envejecían, por lo general los dejaban de lado; además que este maltrato señalaba que los grandes felinos eran mantenidos en recintos pequeños y, también, era promovidos como mascotas.
La clausura
En 2022 se viralizaron imágenes de grandes felinos en condiciones deplorables, los cuales presentaban condiciones alarmantes, ya que se les veía demacrados. Fue entonces que la Asociación de Zoológicos, Criadores y Acuarios de México AC (AZCARM) presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR).
Exempleados y activistas presentaron testimonios que aseguran que los animales eran sacrificados si estaban demasiado grandes para el recinto, ya que no se contaban con la suficiente comida y agua (se asegura que ellos mismos se devoraban) y, además, no había una eficiente atención veterinaria.
Fue por ello que el 4 de julio fue clausurado este santuario, asegurando a 177 grandes felinos, 17 monos, 4 caninos, 2 burros y 2 coyotes, los cuales fueron distribuidos a varios zoológicos en México, entre ellos en Hidalgo como el TuzoFari (Epazoyucan) y el Bioparque Tekuayán (Tizayuca).
¿Por qué no los liberan?
En muchas occisiones se han encontrado con personas que les preguntan “¿por qué no los liberan en su habitad natural?” El biólogo respondió que, en primera, porque no son de este continente (son africanos o asiáticos) y en segunda son animales que nacieron en cautiverio.
“Ellos no saben vivir en un ambiente natural. Entonces, estos animales ya están aquí y a mí lo que me gusta es poder brindar algo de bienestar a un animal que, pues, debería de estar en la selva o en la sabana… pero no puede ser de esa forma por cuestiones diversas, pero aquí hay forma de que ellos se sientan cómodos y agradables y es un reto, el tratar de identificar sus necesidades para olvidarse de su encierro y tener una vida más digna”, expresó.
Una rehabilitación es integral
Para rehabilitar un león, tigre u otro animal silvestre, primero se tiene que conocer su estado clínico, porque “a ves la tristeza de un animal se puede deber a su condición física, su edad”. También, es importante conocer su pasado, es decir, saber si tuvo contacto con personas, entre otros factores.
“Hay que analizar la personalidad, entre comillas porque ellos no son personas, pero es importante determinar cuál es su carácter o conductas, su forma de ver la vida, cómo acepta las cosas o las rechaza y con base a todo eso, todo ese análisis integral es que se determinan las estrategias para poder rehabilitar a un ejemplar, pues no es lo mismo rehabilitar a un león, un tigre o a un águila y eso también es parte del reto”, expresó.
Todas estas faenas para rehabilitar a un ser sintiente son hechas por especialistas multidisciplinarios que hay en el Bioparque Tekuayán: desde médicos veterinarios, biólogos y conductólogos. Entre todos se define una estrategia para poder rehabilitar a un ejemplar.
La gran mayoría de estos felinos trabajaban en circos
Son en total 38 felinos en el Bioparque Tekuayán de las especies pantera tigris (tigre de bengala) con 34 especies; pantera–león, con dos ejemplares y panthera onca (jagurar) con dos. Actualmente, este espacio que se ubica en Hidalgo es el que concentra al mayor número de felinos en Latinoamérica.
“La mayoría de los felinos vienen de circos. Ahí trabajaban. Llevamos ocho años y en ese lapso, también han nacido crías de tigre. También otros ejemplares como camellos, osos, papiones y monos que en su momento venían de los espectáculos circenses. Muchos ya se adaptaron y hasta se reproducen”, dijo.
No son candidatos a una liberación
Pese que la mayoría de los felinos están en buen estado de salud y reúne todos los requisitos, es muy complejo liberarlos, pues de entrada su hábitat no está en el continente americano, está en África y Asia.
“También, aunque no nacieron aquí, sí nacieron en cautiverio. Entonces, desconocen o no están adaptados y eso hace que no sobrevivan en sus ambientes naturales. Este tipo de centros se dedican más bien a la conservación de las especies ya confinadas. Si bien es cierto, el tigre de Bengala está en peligro de extinción, lo único que podemos hacer es preservarlos”.
Lo que sí se puede hacer es una reubicación. Por ejemplo, “a nosotros nos encantaría mover a algunos de nuestros tigres con capacidad reproductiva muy buena a centros de reproducción que existen en India o en China. Allá sí hay programas específicos para la reintroducción de la especie en su ambiente natural, ahí sí, pudiéramos nosotros contribuir con el germoplasma, el material genético, para que estos centros sean más exitosos. Tengo entendido que en esos países el índice de reproducción de los tigres es un poco bajo, porque al final de cuentas su reproducción es muy complicada”, detalló.
En Tizayuca tienen una pareja de tigres que, hasta el momento ha tendido tres camadas. En cada una de ellas han nacido entre 4 y 5 cachorros.
Finalmente, invitaron a las familias visitar el Bioparque Tekuayán para que aprecie a los ejemplares. Aquí las visitas son guiadas y se comparten las historias de cada una de las especies y también de manera particular.
“Así la gente entra más en contacto y aprende más. Nos gusta mucho educar a las personas y, parte de nuestro objetivo es formar una relación equilibrada entre personas y animales. Dicen que es maltrato, que es bienestar animal… en nuestros términos diríamos que es la convivencia y equilibrio del ser humano con los animales”.
Autoridades de Tizayuca compraron 132 especies a circos
Durante la administración municipal del alcalde Juan Núñez Perea (2012 al 2016), se adquirieron 132 especies de animales entre monos araña, dromedarios, papiones, llamas, tigres amarillos y blancos, jaguares, pumas y leopardos, por un millón 995 mil pesos.
Estos animales adquiridos por las autoridades municipales de Tizayuca fueron: 78 comprados a los circos Medina, Rex, Romany, Tonino, Novel y Promociones Aguilar (Circo Chino de Pekín) tras la entrada en vigor de la Ley General de Vida Silvestre.
En 2015, la lista de animales que quedaron bajo resguardo del ayuntamiento de Tizayuca eran: cuatro monos araña, seis papiones, siete llamas, dos dromedarios, ocho dromedarios blancos, cinco camellos o bactrianos (uno nacido en cautiverio), dos camellos blancos, dos caballos miniatura (pony), un caballo percherón y diez caballos árabes.
Los felinos adquiridos son: 17 tigres amarillos, comprados a los circos Romany, Rex y Chino de Pekín; dos pumas al Circo Novel; siete tigres blancos; tres jaguares y un leopardo, todos estos a la empresa Promociones Aguilar. Finalmente, dos osos negros fueron comprados al circo Romany.
¿Dónde está el Bioparque Tekuayán?
Este espacio que tiene 30 hectáreas se ubica en la antigua carretera San Bartolo (calle Francisco I. Madero), a la altura del Rastro Municipal, en el Barrio de Atempa; está a 32 kilómetros de Pachuca, capital de Hidalgo y a 52 kilómetros de la Ciudad de México; además, está a 11 kilómetros del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
sjl