Mineral del Chico.— Con máscaras de demonios, habitantes de Mineral del Chico desfilan por el centro del pueblo mágico. Uno de ellos es Sergio Mejía, de 46 años de edad, quien lleva más de la mitad de su vida participando como uno de Los Judas que desfilan por el centro del pueblo, haciendo bromas, mojando a las personas con pistolas de agua o latas de espuma.
El desfile se conoce como "Caravana de los Judas" y comienza en las instalaciones de la alcaldía del pueblo una vez que concluyó la lluvia de pétalos, que ocurre al interior y exterior de la Iglesia de la Purísima Concepción.
Cuando las flores dejan de caer, Sergio, originario de la comunidad Llanos de los Ajos, se traslada a la fuente situada al interior de la presidencia municipal donde se reúnen todos Los Judas, se coloca un traje rojo satinado y una máscara de un mono con peluca. Cada año usa una máscara diferente.
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"Todos somos Judas, pero tenemos un Judas mayor que requiere una preparación especial, se prepara porque se le pone un arnés de seguridad para el momento de colgarlo".
La tradición la lleva practicando desde hace 28 años y lo mismo hacen ahora sus sobrinos e hijos que se unen al contingente que camina por el centro de Mineral del Chico, entre chorros de agua y espuma.
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Sergio reconoce que hace años no era tan conocida la tradición de la caravana, porque la mayoría sólo asistía a la lluvia de pétalos, así es que antes, la persona que representa al Judas mayor tenía la oportunidad de hacer bromas a las personas, aunque actualmente debido a la cantidad de visitantes ya no es posible.
"Es un evento de mucha tradición que surge a raíz de la Semana Santa, todo ocurre después de la lluvia de pétalos. La procesión de Judas sale de la presidencia, recorremos la avenida principal y al final, el Judas se cuelga en arrepentimiento de haber entregado a Jesús de Nazareth", narra Sergio.
Antes de salir, los Los Judas que participan en la caravana organizan una celebración a puerta cerrada, cargan sus baldes de agua en la fuente que está al centro del inmueble de la alcaldía; después, comienzan a mojarse unos a otros, algunos usan cubetas y hay quienes prefieren pistolas de juguete.
Finalmente se abren las puertas, Los Judas salen en caravana, todos escoltados por una banda de viento que ameniza la comparsa.
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