OAXACA. - Conseguir una pipa de agua en la capital de Oaxaca se convirtió en una odisea. Las empresas tienen lista de espera, si se corre con suerte, en tres días se puede tener el servicio, si no la agonía se hace eterna. En la Colonia La Cascada, uno de los puntos rojos por escasez, suman 32 días sin servicio de agua potable, los residentes se ven obligados a recurrir a la compra de garrafones.
La familia Vargas, habitante de esta zona, ha intentado adquirir una pipa durante seis días consecutivos sin éxito. Todas las empresas a las que han recurrido alegan estar saturadas. Esta situación inédita preocupa al señor Raymundo, quien teme que incluso la opción de comprar garrafones pueda desaparecer pronto, ya que la purificadora cercana a su hogar suspendió por dos horas las ventas debido a la escasez de insumos.
"La gente llega con tres o más garrafones porque no han podido comprar una pipa, y no tenemos servicio desde hace más de 30 días", explica el señor Raymundo, evidenciando la creciente demanda y la dificultad para satisfacerla.
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El aumento de la demanda ha traído consigo un incremento en el costo de los garrafones. En solo dos semanas, el precio subió de 10 a 14 pesos, lo que ejerce una presión adicional sobre las familias ya afectadas por la falta de acceso al suministro de agua.
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Ante esta situación, las familias han tenido que adoptar medidas de ahorro y cuidado del agua. En el hogar de los Vargas, se han implementado prácticas como bañarse un día sí y otro no y la limitación del uso del agua para lavar ropa. Incluso han explorado alternativas como el baño seco para conservar el recurso hídrico.
A inicios de febrero, el gobierno de Oaxaca puso en marcha el Programa Estratégico de Agua y Saneamiento, Agua para Todas y Todos, mediante el cual se instalaron 30 hidrantes móviles en lugares en los que se dificulta la distribución del agua por la red que brinda este servicio, principalmente en zonas altas.
Disputas por el agua, posibilidad cercana
La escasez del agua plantea un escenario preocupante. Para el investigador y catedrático de la Universidad Autónoma Benito Juárez (UABJO), Ricardo Balam Narváez, la disputa por el agua es una posibilidad cercana.
El especialista destacó que no solo enfrentamos un problema de falta de lluvias, sino también de administración. La mencionada disminución en el abastecimiento afecta tanto a la población como a la agricultura, resultando en pérdidas de cultivos y en la necesidad de cuestionar el modelo de gestión hídrica.
El tema de las tomas clandestinas -agregó- emerge, con propietarios que extraen agua fuera de los sistemas contabilizados, contribuyendo a la problemática integral. La mercantilización del agua también se señala como parte del problema, al imponer barreras de acceso a quienes tienen menos recursos económicos.
Balam Narváez destacó que Oaxaca, conocida por su turismo, sufre un impacto adicional debido a la alta afluencia de visitantes. La falta de un control eficiente sobre el uso del agua durante estos picos turísticos agrava la problemática.
La situación adquiere dimensiones críticas al mencionar la detección de conflictos entre municipios por el acceso y control de los recursos hídricos, puntualizó. En este sentido alertó sobre la posible "guerra por el agua", subrayando la necesidad de una gestión cuidadosa y la importancia de proteger las cuencas hidrológicas.
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Pozos en agonía
Amelia, residente en San Sebastián Tutla, un municipio conurbado a la capital. Ella se abastece a través de un pozo. Sin embargo, la disminución del nivel de este recurso se ha vuelto evidente con el pasar de los días. A principios de febrero, podía llenar un tinaco de mil 200 litros, pero actualmente solo alcanza la mitad.
El racionamiento de agua en el hogar de Amelia ha llevado a que el tinaco dure solo tres días para el uso de dos personas. La situación se agrava al ver cómo las plantas en casa se están secando por la falta de agua para regarlas.
Esta crisis hídrica no solo implica la escasez de agua, sino también una cadena de consecuencias que afecta la calidad de vida de las familias.
Comienzan protestas
La sequía en las tuberías no es solo un capítulo más del ciclo natural; es el preludio de la ciudadanía descontenta. El estiaje apenas comienza a apretar la garganta de la ciudad.
"¡Queremos agua, no promesas!", se lee en la pancarta que sostiene Adriana Villalobos. Ella habita en la quinta etapa del Infonavit 1 de mayo en la capital de Oaxaca. Como en muchas colonias el servicio de agua potable está llegando 1 vez cada 35 o 40 días.
En las oficinas del Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPA) se arremolinan tres distintas colonias, cada una con su historia, pero todas unidas por un denominador común: la demanda urgente de un recurso tan vital como escaso.
Las advertencias de bloqueos y otras acciones de protesta cada vez son más frecuentes pues en la desesperación de pasar más de un mes sin el servicio y que cada vez es más difícil conseguir una pipa de agua, la ciudadanía descarga su desesperación en exigencias a las autoridades.
“Aquí estamos de manera pacífica, pero eso no quiere decir que no podamos manifestarnos de otra manera si no nos atienden”, suelta una voz entre el grupo de habitantes de las colonias Infonavit 1 de Mayo, El Coquito y la Solidaridad, quienes coincidieron en su presencia en SOAPA.
De acuerdo con SOAPA el 10 por ciento del total de hogares son los que enfrentan mayor afectación porque el servicio se alargó en más de 30 días. Los pozos profundos y los manantiales sólo están surtiendo 205 litros por segundo de los mil 200 que se requieren para abastecer a la ciudad.
La escasez del recurso mantiene el abasto por tandeo. A la colonia Infonavit está llegando cada 35 días sólo unas horas. Debido a que el recurso es escaso tienen que comprar agua de pipa para llenar sus tinacos.
Precios por las nubes
A lo largo del año los costos se dispararon hasta en un 100 por ciento. El tinaco de mil 100 litros que a inicio de año costaba 200 pesos ahora está en 400 pesos. “Un tinaco no es suficiente para el mes que dilata en llegar el agua. En el caso de las pipas su precio llega a alcanzar hasta los dos mil pesos por diez mil litros y tienen que ser solicitadas hasta con cinco días de anticipación”, explica.
Para quienes habitan en viviendas dentro de los andadores el costo es todavía más alto ya que ahora los piperos también les cobran por el largo de la manguera que se utilice para surtir.
“Por más que cuidamos el agua, la reciclamos, evitamos usar mucha en el baño ya se agotó, no tenemos ni manera de lavar trastes. Se le habla a los piperos y nos dicen que tenemos que esperar y que son 850 pesos por 3 mil 500 litros”, explica María de Lourdes.
José Arrona habitante de la Solidaridad perteneciente a la agencia Santa Rosa Panzacola explicó que la situación es crítica ya que están recibiendo el servicio cada 45 días. Con ellos el compromiso de la autoridad fue que les dotarían cada 43 dependiendo del nivel del agua que tengan disponible.
“Ya recibimos una respuesta positiva de la autoridad, ahora lo que queda pedir a la ciudadanía es que se una en el cuidado del agua, que hagan buen uso de ella, sean amables con sus vecinos y hagan conciencia que todos necesitamos el agua”, pidió.
El guachicoleo del agua es otro punto importante ya que esa agua extraída de manera irregular está siendo vendida a precios exorbitantes.
En la colonia Coquito de la agencia de San Juan Chapultepec la situación no es distinta. Llevan un mes sin agua. Donaciano García, afirmó que si bien estaban de cierta manera acostumbrados a carecer de agua debido a que es una zona de difícil acceso porque se ubica en la parte alta, nunca habían experimentado un momento tan crítico como el que ahora viven.