OAXACA. – El estado de Oaxaca es uno de los más pintorescos de México, por lo que también es visitado por turistas extranjeros y nacionales, sin embargo, a principios de enero se hizo viral una cafetería donde tienen menús en inglés, ante esto una internauta denuncio el hecho y a partir de ese momento se vino todo un fenómeno contra la gentrificación.
Según el geógrafo Luis Alberto Salina Arreortua de la UNAM, el término “gentrificación” se define como un “proceso de reestructuración de relaciones sociales en el espacio”, aquí entran cuestiones económicas, pues gente con mayor poder adquisitivo pueden pagar más y se comienzan a apropiar de espacios urbanos.
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Esto comenzó a pasar en el centro de Oaxaca, todo comenzó a subir de costo y quienes son originarios y ganan en pesos comenzaron a sufrir los estragos, por esto los oaxaqueños se pusieron de acuerdo y realizaron una marcha para protestar ante esta situación.
Con consignas como “Oaxaca no es mercancía”, “Migrantes sí, gringos no” y “Oaxaca no es mercancía” fue como a finales de enero se protestaron en las calles, donde hubo detenidos y el gobernador dijo que “La lucha racista es repudiable”.
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La Silla Rota visitó otra cafetería “Jaguar Yuú”, donde Marco Lara, gerente de este lugar, aceptó que todo está subiendo de precio y quienes vivían allí cerca han tenido que irse a otro sitio, la razón según él es que a los extranjeros se les da trato especial:
“en Oaxaca muchas personas tienen un problema y es que vemos a un extranjero y le ponemos alfombra roja: bienvenido, te lo regalamos, te damos el espacio. Eso debería ser con los locales” dijo a La Silla Rota.
La gentrificación se ha convertido en el enemigo
Los oaxaqueños no están nada contentos con esta situación, en las calles se pueden ver mantas, sellos con la leyenda “exceso de gringos” entre otras frases, otra de las voces que también generó polémica fue la del oaxaqueño David Pazos, quien en sus redes sociales dijo:
“(…) aquí en Oaxaca si un gringo o gringa les hablan en inglés, a la primera provocación, quieren ser sus traductores. Y pues no: si ven a una persona extranjera en Oaxaca, no les hablen en inglés” escribió.
El problema que radica es que el argumento de Marco sobre la “alfombra roja” es real, el mexicano se emociona porque sabe que el extranjero tiene dólares u otro tipo de moneda, por ello trata de abrir sus puertas para tener más dinero, así ocurre en zonas como la colonia Roma y Condesa de la Ciudad de México.
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Lucran con tradiciones
Otro de los enojos de los oaxaqueños son la apropiación cultural que tienen agencias de viajes u organizadores de fiestas, pues ofrecen las tradicionales calendas como un servicio y han dejado de lado el valor simbólico en la fiesta de esta entidad.
El ejemplo claro es lo ocurrido en febrero, donde se vio una pareja de recién casados de origen asiático, quienes bailaron al ritmo de la banda y todos los invitados lo hicieron, al igual que lo hacen otros oaxaqueños, pero que en muchas veces son criticados o sobados diciendo que son “fiestas de pueblo” mientras alguien más si puede hacerlo solo por tener un estatus mayor.