TUXTLA GUTIÉRREZ. - Cansada porque no sabe nada de su hija, Isabel Torres comenzó este jueves una jornada de lucha que consistirá en marchar todos los días, en esta ciudad capital, para que las autoridades investiguen y le regresen a Cassandra Isabel Arias Torres, “levantada” por sujetos armados el 17 de diciembre del año pasado en un salón de fiestas del municipio de Berriozábal.
La madre, quien porta una playera con el rostro y datos de su hija, lamentó que, hasta la fecha, la Fiscalía General del Estado (FGE) no tenga respuestas o pistas del paradero de la también mamá de una niña de 4 años.
Por ello, se cuestionó: “¿Necesito secuestrar a 16 personas para que me regresen a mi hija?”, en referencia a la situación que vivieron igual número de trabajadores de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), quienes fueron “levantados” el pasado 27 de junio sobre el tramo carretero Ocozocoautla de Espinosa-Tuxtla Gutiérrez, por parte de un comando del crimen organizado.
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Isabel Torres lanzó este cuestionamiento debido a que integrantes de un cártel solicitaban la liberación de una mujer a cambio de esos 16 empleados, lo que quedó evidenciado en un video que circuló en redes sociales. De hecho, los servidores públicos fueron soltados el viernes pasado como a las 4 de la tarde.
Durante la caminata, en la cual fue acompañada por familiares y otras madres cuyas hijas fueron víctimas de feminicidio, recordó que ese 17 de diciembre celebraban su boda, cuando sujetos armados ingresaron al inmueble, y se llevaron a cuatro personas, entre ellas su hija y su yerno, a quien sólo conocen como Héctor Islas.
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“PLAGIARIOS” PASARON RETENES SIN PROBLEMAS
Lo que más le extraña, aceptó, es que los secuestradores se identificaron como parte de la Fiscalía:
“todo está extraño, porque esas tres camionetas en las que esas personas legaron, pasaron por tres retenes, uno en Berriozábal, otro de la Policía Estatal que está en la entrada de Tuxtla, a la altura de La Pochota, y uno más en Chiapa de Corzo” dijo.
Al respecto, Isabel Torres se preguntó por qué las policías no hicieron nada, sobre todo porque las “unidades” tenían vidrios polarizados e iban en la parte trasera de las mismas, los hombres con armas largas.
SUFRE LA INDIFERENCIA INSTITUCIONAL
Pese a que han transcurrido casi siete meses de lo que ella consideró una desaparición forzada, lamentó que la Fiscalía no tenga interés de darle seguimiento al caso de Cassandra, de 18 años de edad, y quien para subsistir se dedicaba a colocar uñas.
“Ni siquiera esa instancia le ha hecho la invitación a la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas para que se pueda hacer un mejor trabajo”.
En cuanto a la desaparición de su yerno, advirtió que no saben nada de él, e incluso nadie ha presentado una denuncia, ni mucho menos hay una ficha de búsqueda oficial, lo que también le parece extraño.
“No lo conocíamos mucho, a nosotros nos dijo que se llamaba así, Héctor, pero no estamos seguros ahora. Pero eso sí, seguiré buscando, seré como una piedrita en el zapato para la autoridad”.