TUXTLA GUTIÉRREZ. - Bardas tapizadas con nombres de personajes de la clase política local y nacional; la lucha por el territorio por parte de dos cárteles de la droga, y al menos tres localidades aún en conflicto y sin la designación de concejos municipales, es lo que se vive en Chiapas con rumbo al 2024, cuando serán renovados 124 ayuntamientos, 40 curules locales y la gubernatura. Además, también vendrán los cambios para las 12 diputaciones federales y las senadurías.
Desde el año pasado, ya se comenzaron a mover algunos nombres de políticos que buscan la plaza de Ejecutivo estatal, hoy en manos del morenista Rutilio Escandón Cadenas.
Incluso, desde las conferencias de prensa (“mañaneras”), el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha elogiado de forma continua a Zoé Robledo Aburto, actual titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) nacional, por lo que todo pinta para que éste sea el candidato por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Chiapas.
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NOTA DEL EDITOR: Este 21 de agosto de 2023 se informó que Zoé Robledo, titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ya no buscará la candidatura de Morena para la gubernatura de Chiapas, concluirá su mandato al frente de la dependencia hasta el final del sexenio.
No obstante, hay otros y otras que buscan ese puesto, como el caso de Roberto Albores Gleason, excandidato a la gubernatura y quien, hace días, renunció a su militancia al PRI; de hecho, trascendió que el hijo del exgobernador del mismo nombre podría ser la “carta fuerte” del actual mandatario Rutilio Escandón para contender por el cargo.
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En la lista, según lo observado e investigado por La Silla Rota, aparecen otros nombres como el de Plácido Humberto Morales Vázquez, actual magistrado presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, e incluso otros más que se quieren “colar” como Ismael Brito Mazariegos, diputado federal por Morena y exsecretario general de Gobierno de la entidad chiapaneca.
Otros más que tienen deseos y, de repente, aparecen junto al gobernador Rutilio Escandón o incluso con el mandatario federal son: la senadora Sasil de León, quien hace como un mes aprovechó el reconocimiento que se le otorgó a Elena Poniatowska (medalla Belisario Domínguez) para respaldar la iniciativa de AMLO sobre la militarización del país; José Manuel Cruz Castellanos, actual secretario de Salud en Chiapas, y José Antonio Aguilar Castillejos, delegado de programas federales.
LOS QUE PINTAN DE VERDE
Aunque aún no hay nada escrito, otro de los políticos que sobresalen es el actual senador Eduardo Ramírez Aguilar, quien sería la “corcholata” del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), uno de los incondicionales de Manuel Velasco Coello, actual senador y quien, además, representaría a ese partido en busca de la silla presidencial de 2024.
Por Movimiento Ciudadano (MC) aparece el nombre del también senador Noé Castañón; no obstante, se rumora que ERA, conocido como “Jaguar Negro”, estaría contemplado por este instituto político. Aunque esto último aún es un rumor.
Mientras que el PRI, PAN y PRD harían una alianza y lanzarían a Williams Ochoa Gallegos, exdiputado local, exgobernador interino e “íntimo amigo” del priísta Manlio Fabio Beltrones, como su aspirante, según las pesquisas que efectuó este portal de noticias.
PANORAMA ADVERSO
Aunque aún falta casi un año para que se celebren las contiendas electorales no sólo en Chiapas sino en todo el país, el panorama se avizora adverso por la lucha por el control del territorio por parte de dos cárteles, el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa (CDS).
Si bien, esta disputa se recrudeció en 2021 con el asesinato de Ramón Gilberto Rivera Estrada, alias “El Júnior”, líder del CDS en la zona Sureste de México, el 7 de julio de 2021 en la capital Tuxtla Gutiérrez presuntamente a manos de sicarios del CJNG, a finales de mayo pasado la situación “tocó fondo” con el desplazamiento de más de 3 mil o 3,500 mil personas de comunidades de Frontera Comalapa, producto de las amenazas de esos grupos del crimen organizado de reclutar a varones mayores de 15 años de edad.
Sin embargo, el panorama es hostil es varias regiones de la geografía chiapaneca, sobre todo con el conflicto, también de tierras, en la localidad Santa Martha, municipio de Chenalhó; de hecho, el pasado 2 de junio gente armada asesinó a 7 personas en la comunidad Polhó, donde se refugian varias familias desplazadas.
PASADAS ELECCIONES
En las pasadas votaciones del 6 de junio de 2021, Morena “mostró su músculo” debido a que, solo o en coalición, se afianzó las 12 diputaciones federales y 24 locales (las restantes 16, es decir las plurinominales, fueron repartidas para los partidos que no resultaron beneficiados).
Sin embargo, no le fue tan bien en las alcaldías, pues sólo se quedó con 23 de 118 (en total eran 123, pero 5 se cancelaron por diversas razones, la mayor parte por violencia, como en Frontera Comalapa). Pese a esto, dio un ligero paso, pues en la actualidad el partido morenista gobierna en 19 municipios de Chiapas.
Por su parte, el PVEM prácticamente se convirtió en la segunda fuerza política del territorio chiapaneco: ganó 33 presidencias municipales, una de ellas, la de San Cristóbal de Las Casas, considerada una ciudad clave. Aunque en marzo pasado, el munícipe Mariano Alberto Díaz Ochoa renunció a ese instituto político.
El PRI, en solitario, consiguió 6 presidencias (recuperó dos bastiones: San Juan Chamula y Zinacantán); el Sol Azteca sólo contabilizó 5, y el Blanquiazul ni una sola. En la alianza que conformaron estos tres institutos políticos, denominada “Va por Chiapas”, aseguraron una decena más.
Otros partidos como el PT, Chiapas Unido, PES, Podemos Mover a Chiapas, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México consiguieron 13, 9, 4, 7, 1 y 1, de forma respectiva. De FXM se trata de una mujer indígena que gobierna Mitontic. Sólo dos candidatos independientes lograron ganar en La Libertad y Metapa.
De las tres ciudades consideradas importantes en materia política, Morena no pudo conservar la de San Cristóbal de Las Casas, aunque sí lo hizo con la capital tuxtleca y con Tapachula.
Con el conteo total de casillas y el 40.2% de votos en su bolsa, Carlos Orsoe Morales Vázquez, candidato morenista, se pudo reelegir como primer edil de Tuxtla Gutiérrez.
Sus más cercanos opositores (parte de los otros 13 que buscaban ese cargo, entre ellos una sola mujer), Francisco Rojas Toledo, de MC, y Williams Ochoa Gallegos, de la alianza PRI-PAN-PRD alcanzaron cerca de 34,769 y 45,294 sufragios, de forma respectiva.
Tapachula de igual forma se mantuvo como un gobierno municipal morenista con la ganadora Rosa Irene Urbina Castañeda, quien obtuvo 38,701 sufragios (43.8% del total); le siguieron sus rivales políticos del PRI-PAN-PRD y del PVEM, con 16,898 y 15,169 votos.
De hecho, el Consejo General del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) reportó que en la jornada de ese 6 de junio no se pudieron instalar alrededor de 240 casillas y, asimismo, la cancelación de las votaciones en municipios como: Venustiano Carranza, Siltepec, Honduras de la Sierra, El Parral y Emiliano Zapata; entre éstos se perdieron la mayoría de casillas (cerca de 221).
El caso de Oxchuc es distinto: sus elecciones se celebraron por usos y costumbres en noviembre de ese año, tras el acuerdo tomado a principios de enero de 2019; a pesar de que se debieron instalar 70 casillas para elegir a los legisladores federales y locales, por asamblea, esa localidad decidió que se cancelara.
RELEGADAS MUJERES DE PRESIDENCIAS MUNICIPALES
Aunque los órganos electorales se congratularon porque el 60% de la ciudadanía empadronada (es decir, 1,883,480 personas) salió a cubrir su dedo pulgar de tinta indeleble el pasado 6 de junio, la triste realidad es que sólo en 17 de 118 municipios fueron electas alcaldesas.
En los procesos pasados de 2015 y 2018, las mujeres avanzaron en la ocupación de alcaldías, con 32 y 34 de los 124 ayuntamientos, respectivamente. Es decir que, en 2021, se desplomó al menos 50 puntos porcentuales.
Aracely Burguete Cal y Mayor, profesora investigadora del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-Sureste), destacó que otro panorama que se observa es que aún se presente el fenómeno de la simulación y usurpación en los municipios indígenas, y sobre todo donde gobiernan las mujeres.
“Hay discriminación, porque los partidos políticos distribuyen la paridad horizontal y a los municipios indígenas les obligan postular sólo a mujeres, y en esos municipios hay un acuerdo tácito de la usurpación, y las mujeres quedan relegadas”, refirió.
Lo más lamentable, apuntó, es que órganos como el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) lo único que vigilan son los números, y no documenta o conoce más a fondo, en términos cualitativos, quiénes son las candidatas.
Por ello, definió que eso sólo genera que la usurpación y simulación sigan siendo un rasgo de la cultura política chiapaneca de cómo se realiza la paridad.
ESCENARIO DISPAREJO
Basada en una investigación de la académica Laura Moreno, Burguete recordó que, de 1991 a 2021, la presencia de las mujeres aumentó de 9% a 51.8% en el Congreso del Estado.
Sin embargo, detalló, esa experta documentó que las comisiones de mayor relevancia, es decir las que tienen que ver con decisiones más importantes o con presupuestos, están en manos de varones.
Además, refirió que, del total de las iniciativas aprobadas en esa instancia, el 80% proviene del gobernador, “mientras que el resto de las comisiones que tienen las mujeres, aunque trabajen, ni siquiera las revisan, les hacen vacío; es decir que ellas batallan mucho para tener presencia política al interior”.
Comentó que, a pesar de que existe mayor presencia física del sector femenino en el poder Legislativo, su incidencia es poca porque no les dan espacio a sus propuestas.
POCA PRESENCIA
Lamentó que, en la actualidad, no se vean a muchas mujeres en el escenario mediático, o visibles a la opinión pública, al menos en Chiapas, “los partidos hacen sus cálculos sobre la paridad, y las que por desgracia salen perdiendo son las mujeres, por lo que existe una discriminación en ese reparto de los espacios”.
Otro fenómeno que ocurre, mencionó, es que por la hegemonía que tiene Morena y la presencia del presidente, en automático se invisibiliza al resto de los institutos políticos y no sólo a las mujeres, sino a los hombres de esos partidos.
“Pero esto impacta, sin duda, más a las mujeres por todos estos antecedentes de siempre quedar en el último lugar, y es a partir de las cuentas de los porcentajes de la paridad cuando se comienzan a hacer visibles algunas figuras”.
Para Carmen Levario Marín, socióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hace falta mover la cultura machista, sexista y todo el patriarcado capitalista que insiste en atacar a las mujeres cuando llegan a un proceso político.
Para ella, lo ideal sería que para el 2024 Chiapas fuera gobernado por una mujer, “y no sólo el estado, sino en todo el país, y también que llegue una mujer al Poder Judicial, que sea pensante, preparada, al servicio de México; ya merecemos una mujer que tenga esa visión, esa conciencia”.
DIPUTACIONES LOCALES
En cuanto a las diputaciones locales, la alianza Morena-Verde-PT-Chiapas Unido-Podemos Mover a Chiapas arrasó con 22 distritos, al alcanzar 1,078,740 sufragios, y Morena se llevó dos más. La también alianza PRI-PAN-PRD fue la más cercana con 303,103, pero no se llevó ni un solo distrito.
De los 13 distritos electorales federales que hay en Chiapas, la coalición Morena-PT-Verde se llevó 9 escaños, y solo uno, el 05 con sede en San Cristóbal de Las Casas lo obtuvo Yeimi Yazmín Aguilar Cifuentes, de la alianza que conformaron el PRI-PAN-PRD. Morena, en solitario, se afianzó los distritos 03, 04 y 12, con sedes en Ocosingo, Pichucalco y Tapachula.
Mientras que la mayor inconformidad se originó en los distritos 01 y 11 de Palenque y Las Margaritas, pues sus candidatos, Manuela del Carmen Obrador Narváez (prima hermana del presidente AMLO) y Roberto Antonio Rubio Montejo, respectivamente, fueron reelectos a pesar de que no pertenecen a pueblos originarios, un requisito indispensable para ocupar esas candidaturas.
En ese entonces, la coalición Morena-PT-Verde acaparó la mayoría de votos: más de 44%, equivalentes a 997 mil 355 sufragios, mientras que la alianza PRI-PAN-PRD se quedó con 394 mil 579, es decir 17.65%, de un universo de 2 millones 235 mil 057 de votos (la lista nominal contempla 3 millones 659 mil 796 electores).
En la actual Cámara Baja, la historia para Chiapas es la misma: existen 13 diputados por Morena, de los cuales nueve son por mayoría y 4 por representación proporcional; 3 por el PT, todos por mayoría; uno del PVEM por mayoría y uno más que se declaró independiente.
Pero en ese proceso no todo fue felicidad. Al menos 5 partidos políticos perderían su registro al no alcanzar el 3% de los sufragios, entre estos el PRD, mismo que obtuvo el 2.1593%; le sigue Movimiento Ciudadano, con 2.56.99% (pero al final se salvó ante la cancelación de elecciones en algunos municipios); el Partido Popular Chiapaneco consiguió apenas 0.8948%, Fuerza por México, con 1.2628% y Nueva Alianza con 1.3452.
Los que apenas se salvaron fueron el PAN (3.0934%), Chiapas Unido (4.5332%), Podemos Mover a Chiapas (3.3921%) y Redes Sociales Progresistas con 3.2648 puntos porcentuales.
Sin duda, Morena puede presumir su “músculo político”: consiguió 588 mil 214 sufragios, es decir poco más del 31% del total. Los que le siguieron los pasos fueron: el Verde, con 18.4% y el PRI con 11.2%.
VIOLENCIA SE HIZO PRESENTE
Ante la violencia que se generó desde antes de ese 6 de junio, los órganos electorales decidieron no instalar las cerca de 214 casillas en diferentes puntos, como lo que ocurrió en Venustiano Carranza (con 80), debido a la violencia entre la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ-Casa del Pueblo) y la Alianza de San Bartolomé de los Llanos, conflicto que, en poco más de un mes, ya arrojaba cinco personas asesinadas, más otras heridas o torturadas.
Mientras que, en Honduras de la Sierra, no se podrían instalar 16 casillas porque existía la inconformidad de una parte de la población que no deseaba pertenecer a este municipio de reciente creación, sino al de siempre, Siltepec.
Aunque parecía que la jornada electoral culminaría sin hechos sangrientos, casi a la medianoche en el ejido Ojo de Agua, municipio de Bejucal de Ocampo, en la región Sierra de Chiapas, un grupo armado asesinó a cuatro personas, al parecer simpatizantes de un partido político. Incluso, no se sabe qué ocurrió con los 11 paquetes electorales en esa zona.
Con base en el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, el domingo 6 de junio de ese año se registraron 47 ataques armados en contra de pobladores de Aldama, sobre todo contra quienes acudían a votar en la comunidad San Pedro Cotzilnam.
En el caso de Pueblo Nuevo Solistahuacán, no se pudieron celebrar las votaciones en 4 casillas, cuya documentación fue robada un día antes (se registró la ejecución de 5 personas); en Parral fueron quemados los 18 paquetes electorales.
De acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional Electoral (INE) de Chiapas, hubo más incidencias con la quema o robo de al menos 96 paquetes electorales federales.
Oswaldo Chacón Rojas, en ese entonces consejero presidente del IEPC, aclaró que, pese a las adversidades, se registró 61% de participación ciudadana en esas elecciones, de los más altos a nivel nacional.
Recordó que si no se instalaron 214 casillas se debió a la falta de condiciones de seguridad: “es un hecho muy lamentable, nunca habíamos tenido un número tan alto, incluso desde el levantamiento armado de 1994, pero por desgracia no estaban dadas las condiciones”.
Lo preocupante, mencionó de nueva cuenta la socióloga Carmen Levario Marín, es que no sólo en Chiapas, sino en todo México la clase política ya se acostumbró a cambiar de partido, “acá vemos las continuas expresiones, movilizaciones, todo esto que ocurre, incluso ya de años y no se resuelven (en referencia a casos como el de Venustiano Carranza con la disputa de tierras)”.
Aseveró que la tensión de los conflictos en Chiapas no es un tema nuevo, sin embargo, admitió que, con la disputa del crimen organizado, se convirtió en una pesadilla.
“Todo se agudizó en el gobierno de Felipe Calderón, pero se ha desbordado en la actualidad por la presencia de grupos que vienen con toda la violencia; no se puede seguir con el mugrero”.
A casi un año de las próximas elecciones, Aracely Burguete Cal y Mayor, profesora investigadora del CIESAS-Sureste apuntó que el panorama podría ser peor que en las de 2021, “podemos tener un escenario de elecciones en donde el crimen organizado tenga mucho peso en las decisiones de los candidatos, en los presupuestos de las campañas”.
Tras dejar en claro que, si la realidad advierte que hoy son muchos los municipios asolados por los cárteles, afirmó que, sin duda, en 2024 darán un salto más fuerte a la política. “Esos grupos se disputarán tanto las candidaturas como el dinero por todo lo que esto implica”.
Lo peor de todo, aseveró, es que este escenario afectará aún más a las mujeres, pues si de por sí tienen dificultades para entrar al terreno de lo público por todos los retos que esto implica, “ahora creo que habrá hasta autocensura para no participar”.