TUXTLA GUTIÉRREZ. - La noche del 4 de julio, de hace cinco años, los gritos de una joven alertaron a los vecinos de la colonia Francisco I. Madero de esta ciudad capital, pero nadie hizo nada. Luego, Karla Yesenia Gómez Velasco apareció muerta en una de sus calles.
La víctima, en ese entonces de 19 años de edad, había acudido a una reunión en una vivienda de esa zona, propiedad de Marvin, quien le quitaría la vida luego de abusar sexualmente de ella.
Parada casi frente a la escena del feminicidio, Maricruz Velasco Nájera advierte que no hay duda que a su hija la asesinaron:
Te podría interesar
“él la violó, luego la golpeó, y una vez que estaba tirada en la calle, le pasó encima las llantas de un vehículo”.
Aunque desde un principio la Fiscalía General del Estado (FGE) intentó manejar el caso como un homicidio culposo (accidente), las pruebas periciales arrojaron elementos que determinaban que, a la estudiante de la carrera de Derecho en una universidad privada, la mataron.
Te podría interesar
La mamá refiere que el culpable, identificado como Marvin Eduardo Figueroa, primero recibió ocho años de prisión, pero luego, tras batallar con otros procesos legales, lograron que a él le dieran otros tres años por homicidio doloso.
Hace unas semanas, ella y otras madres que buscan justicia para sus hijas asesinadas y una de ellas desaparecida, iniciaron un plantón a las afueras de Palacio de Gobierno, pero luego las autoridades les prometieron reunirse y buscar soluciones. Sin embargo, advierte Maricruz, todo quedó igual.
LAS TRABAS Y LA APATÍA
De acuerdo con ella, no esperó a que la Fiscalía actuara y comenzó a hacer sus propias investigaciones. Incluso, solicitó el apoyo de los vecinos que, de alguna manera, presenciaron o escucharon los gritos de su hija esa noche del 4 de julio de 2018.
“Un hombre de acá cerca no quiso ayudar, sólo dijo que no se metió porque pensó que era un pleito de pareja, pero cuando vieron que a Karla la sacaron a tirar, ellos llamaron a la patrulla, pero ya estaba sin vida”.
Inclusive, la estudiante y quien además era parte del equipo de un político local de nombre Carlos Penagos Vargas, fue hallada sin signos vitales en la vía pública con la ropa al revés y sin zapatos. “¿Cómo pudo ella hacer esto?”, se cuestiona.
Lo que más le duele a Maricruz, es que desde hace cinco años se ha topado con injusticias, sobre todo porque el día en que mataron a Karla, había otras dos mujeres, una de ellas pareja del feminicida.
Incluso, refiere la denunciante, ambas están relacionadas con personajes de la política chiapaneca:
“por ello el feminicidio de mi hija lo han tratado de tapar para que no se vea lo que en realidad se cometió; y no las vincularon a proceso”.
Pese a que se ha topado con “muros”, advierte que su caso ya está en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y sólo se espera que uno de los ministros resuelva que sí hay perspectiva de género en la carpeta de investigación (CI) y, de esa manera, se reclasifique el delito.
Quienes en su momento cometieron omisiones en la CI, menciona, también deberían ser llamadas a cuentas por la ley, “porque no sólo debe haber pronunciamientos”.
Si el delito se reclasifica, menciona que las dos mujeres que estuvieron ese día en la escena del feminicidio, tendrían que ser investigadas, pues hasta ahora sólo han fungido como testigos.
“Todo ha sido un cochinero, la Fiscalía recibió dinero para manosear la carpeta de investigación, eso lo sé porque investigué, pero acá estoy, porque mi hija fue violada y asesinada… no pararé hasta que el responsable pague por lo que hizo”.