El sector salud se mantiene como el Talón de Aquiles del gobierno federal. El desabasto de medicamentos, la deuda con farmacéuticas, la falta de infraestructura y las complicaciones en las licitaciones son los grandes problemas que tiene que resolver el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Los especialistas de la industria aseguran que más que hablar de pesos y centavos, la gran deuda está con los pacientes que no reciben atención adecuada, mientras que el personal médico no cuenta con las herramientas suficientes.
Sin embargo, aseguran que en la actual administración ya se percibe un cambio respecto al sexenio anterior. En este momento hay una mayor apertura al diálogo, a exponer y escuchar los problemas; hace un año había desinterés y cerrazón para atender las prioridades, lo que generó un rezago importante en materia de salud.
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Los directivos de laboratorios adelantaron que el gobierno federal elabora junto con empresarios, académicos e investigadores una propuesta del Plan Sectorial de Salud que tendrá que entregarse a más tardar en agosto.
Aunque todavía falta una mejor coordinación en los procesos de licitación para el abasto de medicamentos –que si bien ya hay un acuerdo preliminar– aún no se concretan debido a “aparentes” malos manejos y trámites que no se apegaron a la legalidad, por lo que se buscará que tanto laboratorios como empresas de dispositivos médicos puedan reasignarse y se concluya en tiempo récord.
Por lo pronto, los planes de las grandes farmacéuticas en México continúan. En el tema de la investigación clínica los recursos ascienden a 200 millones de dólares al año, no obstante, los tiempos de respuesta en autorizaciones para protocolos favorecen a países como Argentina y Brasil en donde los procesos son más ágiles.
Para resolver este problema, hace unos días la Secretaría de Salud junto con la Cofepris anunciaron medidas para optimizar los trámites regulatorios y fomentar la investigación en temas de salud.
La intención es aplicar prácticas de confianza (Reliance) que reconozcan las decisiones de autoridades regulatorias extranjeras que usen estándares internacionales, a fin de que se puedan alinear con la regulación mexicana en materia de investigación clínica.
Este convenio va en línea con los principios que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Como parte de las medidas, la Cofepris deberá reconocer las evaluaciones que lleve a cabo al menos una de las autoridades regulatorias extranjeras, tal es el caso de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA) y la Agencia Canadiense de Salud (Health Canada).
Nos cuentan que aunque hay una mayor apertura de la Secretaría de Salud, es necesario que se resuelva el rezago y que los acuerdos no se queden como buenos sólo como deseos.
Así las cosas…