Las estimaciones del Banco de México en materia de inflación están lejos de cumplirse. Las razones: entorno externo complicado, políticas internas que poco ayudan, caída en la inversión y una baja acelerada en la tasa de interés de referencia.
A pesar de las advertencias de un sobre optimismo en la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del Instituto Central, hay voces al interior que advierten proyecciones erróneas, mismas que cuadran con las estimaciones de la mayoría de los analistas del sector privado.
El problema es que aún y cuando son pocas la esperanzas de que se cumplan las metas inflacionarias, se insiste en querer “tapar el sol con un dedo” muy por encima de la realidad y de las cifras, lo que llevará al Banco Central a una crisis de credibilidad.
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Hace unos días, el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, aseguró que será difícil lograr que la inflación se encamine hacia la meta del 3%; incluso, las proyecciones de las casas de análisis más optimistas la ubican por encima de esa cifra y acercándose más a 4%, declaración que no gustó nada a la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja, quien aseguró que sí llegarán al ansiado 3%.
Los especialistas alertan que el avance de la inflación continuará en lo que resta del 2025 y en los primeros meses del 2026, como consecuencia del aumento del 13% en el salario mínimo, de la jornada laboral de 40 horas, así como del incremento en algunos impuestos.
En México, un alto porcentaje de los trabajadores ganan un salario mínimo, lo que generará más presiones a la inflación y sin duda pondrá en jaque a las empresas de menor tamaño; muchas de ellas se verán en la necesidad de bajar la cortina o reducir empleos para sobrevivir.
En la primera quincena de noviembre la inflación volvió a crecer. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) informó que este indicador se ubicó en 3.61% a tasa anual; al cierre de octubre llegó a 3.57%, de acuerdo con datos del INEGI.
En el onceavo mes, las presiones inflacionarias se concentraron en el aumento a tarifas eléctricas y de transporte público en algunas regiones del país; el incremento en precios también se observó en servicios profesionales y pequeños restaurantes.
Por su parte, la inflación subyacente –que es un indicador clave para medir el aumento de precios– mostró un avance anual de 4.32%, en tanto que la no subyacente se ubicó en 1.29%.
Por lo pronto, tanto los analistas privados y algunas voces realistas dentro del Banxico aseguran que el 2026 será un año difícil, ya que estará latente la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump de terminar con el TMEC.
Los especialistas consideran que las tasas de interés bajaron más rápido de lo necesario y si la inflación no llega a su objetivo será necesario considerar un ajuste a la alza en tasas y regresar a una política monetaria restrictiva.
Así las cosas…
