Entiendo que hay gente que es fan de Claudia Sheinbaum y que votará por ella. Se respeta la diversidad y quizá tengan sus razones. Lo que hay que reconocer, sin embargo, es que lo suyo lo suyo no es la planeación. Para muestra un botón.
No voy a traer a colación el fracaso en la formación del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva. Lo que sí puedo hacer es hablar de futbol y de la Copa Mundial de 2026. Sin duda es el evento más grande que tendrá la Ciudad de México en toda la década, pero de todas las acciones posibles, no se ejecutó ninguna. La ciudad no está preparada para recibir la inauguración. Seguro que para el Gobierno de la Ciudad de México, que encabezó Sheinbaum hasta hace unos meses, un mundial es como un América-Chivas, no más que eso.
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Los organizadores plantearon en un principio un centro comercial, un hotel, instalaciones deportivas y la remodelación del estadio. Las propias grillas de Morena mataron el proyecto grande. Había resistencias vecinales, y nadie tuvo la visión para convertirlo en un buen proyecto para la comunidad. Una inversión que debió crear empleos en las colonias aledañas, se redujo a algo que empleará a poca gente de la zona.
Por si fuera poco, cuando tuvo el tiempo para hacer un buen proyecto de ampliación de la línea 2 del metro al Estadio Azteca, optó por una remodelación del Tren Ligero que no amplió la capacidad de la terminal Tasqueña, ni redujo los tiempos del convoy. El tren no será opción para llegar al estadio durante el mundial.
El Estadio Azteca tiene pocas alternativas de transporte ordinario: unas vagonetas desde Universidad, los autobuses sobre Tlalpan, el tren ligero, y una serie de servicios que parten del paradero que está enfrente, hacia las colonias de la periferia. Ningún servicio ordinario podría llenar o desalojar el estadio en 90 minutos. Se tendrán que diseñar servicios emergentes.
El candidato de PAN, PRI y PRD al Gobierno de la Ciudad de México, Santiago Taboada, hizo una propuesta audaz: extender el metro en prácticamente 21 meses, del 5 de octubre que toma posesión, a inicios del mes en que arranca el mundial. Es un buen reto, pero quizá sí se trata de la ampliación más sencilla de instrumentar: ya se cuenta con el derecho de vía, son menos de 6 kilómetros y la mayor parte de la obra será a nivel.
Hay tres retos importantes, a mi juicio. Uno está en la integración del tramo actual de la línea con el nuevo trazo. Otro es de carácter verde: a la altura de La Virgen y Ciudad Jardín hay parques, hoy desconectados, que sería ideal que quedaran integrados mediante un proyecto que entierre parcialmente la avenida y el metro. Y finalmente la terminal Estadio Azteca, que en vez de terminar en una gran muralla con trenes, debería convertirse en una extensión de la plaza del Coloso de Santa Úrsula. Esas tres complejidades también pueden resolverse en pocos meses, pero es quizá por donde tendrá que iniciar la obra.
La propuesta de Taboada fue bien recibida en redes, incluso vi una sugerencia complementaria, continuar el trazo dos kilómetros para llegar a la zona de hospitales. Es un buen planteamiento que la ciudad deberá evaluar … cuando haya capacidad para planear, ya que en esta administración no la hubo.