Ante las elevadas posibilidades de que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump gane las elecciones, en algunas dependencias del gobierno mexicano se prendieron focos rojos y funcionarios iniciaron contactos y acercamientos con el equipo del candidato republicano.
Nos cuentan que en el equipo de la presidenta Claudia Sheinbaum hay inquietud por el resultado de los comicios que en las recientes encuestas le dan hasta 5 puntos de ventaja a Trump. Los motivos de preocupación son varios: la decisión del candidato por endurecer el tema migratorio y las acciones proteccionistas –que anunció en su campaña– que buscarán incentivar a la industria local a través de reducir el Impuesto Sobre la Renta del 21 al 15%, así como fijar aranceles a todos países, aún y cuando sean sus socios comerciales.
Estas medidas tendrán un impacto en la economía mexicana, en la inflación y en las tasas de interés, lo que afectará el crecimiento y la generación de empleos.
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Por lo pronto se espera una mayor volatilidad en el tipo de cambio, el que podría ubicarse en 21 pesos por dólar en promedio para los próximos días si se concreta el triunfo de Trump y logra la mayoría en el Congreso.
Esta volatilidad se sumará a un escenario de disminución en la confianza y de retraso en las decisiones de inversión por la incertidumbre que genera la reforma al sistema judicial, lo que afecta al consumo.
Delincuencia llega hasta uniformes
Desde que el crimen organizado se expandió en el país como una red multifacética, la falsificación de uniformes policiales y militares se convirtió en una herramienta para estos grupos delincuenciales, permitiéndoles eludir controles y cometer ilícitos haciéndose pasar por autoridades. Esta práctica tiene un impacto en la seguridad operativa y en la confianza, ya que incentiva secuestros, extorsiones y robos de mercancía en tránsito que se llevan a cabo por falsos policías.
El problema es especialmente grave en estados como Michoacán y Tamaulipas, donde el uso de uniformes apócrifos facilita la instalación de retenes ilegales y el control de rutas estratégicas. Incluso, plataformas como Mercado Libre detectó la venta de estos uniformes, incluidos chalecos balísticos.
Ante el aumento de este delito, nos cuentan que la Fiscalía General de la República (FGR) tiene más de 1,500 carpetas abiertas por falsificación y uso indebido de insignias.
Con el crecimiento acelerado de cuerpos de seguridad como la Guardia Nacional, que al cierre de 2024 registra más de 96 mil efectivos, algunas empresas exploran distintas alternativa para blindar los equipos y poner en marcha sistemas de control más rigurosos.
Ante este aumento en la falsificación de uniformes, hay compañías que encontraron una buena oportunidad y ya desarrollan sistemas de rastreo para el seguimiento de cada prenda desde su fabricación hasta su entrega.
Nos cuentan que incluso hay firmas que utilizan herramientas de alta seguridad como un QR único, folio láser, tinta UV y patrón fotográfico, tal es el caso de Protactic y otras empresas que encontraron en el avance de la delincuencia una veta de negocios.
Así las cosas…