Además del elevado déficit y el bajo crecimiento económico, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum tendrá que resolver otros de los grandes problemas que afectan al país: la elevada informalidad y un mercado laboral precario y de baja calidad.
Analistas insisten en que uno de los mayores pendientes de la 4T es garantizar empleos con prestaciones conforme a la Ley, así como desarrollar una infraestructura que contribuya a que más mujeres se incorporen a la fuerza de trabajo.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, a septiembre de este año, se registraron 22 millones 480 mil 403 empleos, lo que representa el peor desempeño mensual de los últimos 15 años.
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Nos cuentan que, ante un entorno de crecimiento débil debido al deterioro en el dinamismo de la inversión, una preocupación latente es si el país cuenta con la suficiente capacidad productiva para generar nuevos empleos de calidad. Por lo pronto, datos del INEGI revelan un debilitamiento de la actividad económica que ya afecta de forma negativa al mercado laboral y al consumo.
Pero eso no es todo, con base en la evolución del indicador global de la actividad económica (IGAE), desde finales del 2022 el ritmo de crecimiento muestra una rápida tendencia a la baja desde niveles que van del 5% anual a 2% en julio de este año, con la expectativa de que pueda reducirse más a causa del debilitamiento de la inversión.
Los que más saben aseguran que luego del atípico comportamiento que llevo a este indicador a registrar tasas de crecimiento de dos dígitos en 2023, el término de las obras insignia del gobierno federal y la incertidumbre política ante el cambio de sexenio, provocaron un cambio en la tendencia; lo mismo ocurre con el consumo privado que también respondió a este escenario de debilitamiento.
Los especialistas mencionan que, si bien la disminución mensual de la ocupación es preocupante, el nerviosismo se centrará en la evolución de este indicador en los meses siguientes como consecuencia de las expectativas poco optimistas de crecimiento, por lo que escenario institucional se empieza a complicar y aumenta la necesidad de que se diseñen políticas que estimulen la inversión, el crecimiento, el empleo y el consumo.
A este entorno nada favorable para los trabajadores y patrones se suman las propuestas de reformas que tomaron nuevamente fuerza, entre ellas es el ajuste a la semana de 40 horas que, a diferencia de las discusiones previas, esta vez la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STYPS) tendrá un papel más activo en su diseño, lo que abrirá un nuevo panorama en el ámbito laboral en México.
Nos adelantan que las cúpulas que forman parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en particular la Coparmex insistirán en un acercamiento con distintas dependencias del gobierno federal como la Secretaría del Trabajo, de Hacienda y de Gobernación, así como con legisladores de diferentes partidos políticos, a fin de plantearles las consecuencias de aprobar reformas sin evaluar el impacto en la planta productiva.
Así las cosas…