La iniciativa de reforma al sistema de pensiones que presentará el próximo 5 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá en la mira al magisterio y a los trabajadores al servicio del estado. Lo que se busca es integrar las distintas compensaciones laborales a su salario base y éstas se consideren para la cotización de la jubilación.
Hace unos días el presidente López Obrador afirmó que las modificaciones en materia laboral tienen como propósito “corregir” la legislación que se originó en el sexenio del expresidente Ernesto Zedillo. También se comprometió a que el gobierno asumirá una parte importante de este desequilibrio.
Los más enterados aseguran que todavía no hay un planteamiento formal ante los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), tampoco inician las reuniones con representantes de la Coparmex o de la Amafore.
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Sin embargo, la pregunta de los analistas es de dónde obtendrá el gobierno federal los recursos para absorber esos costos, sobre todo cuando las pensiones en los Estados y Municipios representan una “bomba de tiempo” para las finanzas estatales y para el país.
En la actualidad hay una creciente preocupación de las distintas casas de análisis sobre el aumento de la deuda pública. El costo financiero de este indicador es el más alto desde 2008 y llegó a 849 mil millones de pesos entre enero y noviembre de 2023, lo que significó un crecimiento de 26.5% respecto al mismo periodo de 2022, según cifras de la Secretaría de Hacienda.
Por lo pronto, nos aseguran que sí hay inquietud entre el gremio de las Afores ante un posible cambio en las reglas del juego, lo que sin duda generaría un replanteamiento de las inversiones en el país. Hace casi 4 años se aprobó una reforma al sistema de pensiones que consideró un incremento en la pensión mínima garantizada, un aumento en la cuota patronal que entró en vigor en este año, así como un tope a las comisiones que cobran las Afores.
En su conferencia mañanera, el mandatario adelantó que los cambios aprobados son insuficientes y se buscará que los mexicanos puedan pensionarse con el 100% de su último salario, por lo que dijo se trabaja en una “corrida financiera”, a fin de buscar alternativas que permitan que el retiro sea con el último salario y no con la famosa tasa de reemplazo, en la que los trabajadores obtienen, si bien les va, el 70% de su última percepción.
Mencionó que hará una revisión integral del manejo y la administración de los recursos de los trabajadores.
Sin embargo, hay escepticismo en que se aprueben las reformas antes de que termine el sexenio, ya que al plantearse como cambios constitucionales no podrían ser preferentes y se tendrían que aprobar en cerca de 60 días en ambas Cámaras.
Además, no se debe perder de vista que los coordinadores de Morena tanto de Diputados como de Senadores pedirán licencia para aspirar a cargos de elección popular, lo que podría retrasar o dificultar las negociaciones.
Así las cosas…