A pesar de que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) es uno de los más caros del mundo, ahora se enfrentará a una pérdida de competitividad global ante los recientes incrementos en los impuestos aeroportuarios, lo que generará no un mayor tráfico hacia la terminal Felipe Ángeles, sino una disminución en el número de turistas que arriban a la capital del país.
Los que más saben del tema aseguran que hay una creciente preocupación entre el sector por las medidas arbitrarias y los abusos constantes para favorecer al AIFA. Y si bien es cierto que se registran mejores cifras para el sector de la aviación, la industria todavía no se recupera de las pérdidas que dejó la pandemia por covid-19.
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A ello se suman las malas condiciones en las que se encuentra el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la CDMX, sobre todo la terminal 1, ya que a pesar de los mayores ingresos que genera el AICM, éstos no se reflejan en mejores servicios e infraestructura.
Los especialistas prevén que ante el aumento en los costos, los turistas sobre todo extranjeros optarán por lugares más económicos de Latinoamérica o Estados Unidos.
En el caso del Felipe Ángeles, nos dicen que por más que lo quieran ayudar, su destino será similar al que ocurrió con el Aeropuerto de Toluca, en el que a sus inicios operaban varias rutas de compañías como Volaris e Interjet, principalmente. Sin embargo, la falta de conectividad y de alternativas para los pasajeros, provocó que terminaran por mudarse al AICM.
Por lo pronto, el primer regalo de Año Nuevo que dará el gobierno a los millones de pasajeros nacionales y extranjeros será un aumento en el costo de los boletos de avión y aunque varias aerolíneas buscan que el impacto sea menor, necesariamente el incremento en los impuestos se verá reflejado.
Uno de los problemas de fondo, dicen, es la falta de voluntad política y que la solución para los temas relevantes sea sin la suficiente planeación y sobre las rodillas, lo que provoca un alto costo para los contribuyentes, viajen o no en avión.
Juguetes mexicanos, al alza
A pesar del creciente arribo de productos chinos a bajo costo, la industria de juguetes mexicanos cerrará con buenas cifras.
Al cierre de 2023, el sector estima que terminará con ventas de entre 2,800 y 2,900 millones de dólares, lo que se traduce en un incremento cercano a 3% respecto al año previo a la pandemia de covid-19.
Nos adelantan que los productos nacionales tienen cerca del 50% del mercado y hay planes para construir nuevas plantas en varios estados del país. Incluso, hay pláticas con la Secretaría de Economía, quien evalúa distintas políticas que permitan el desarrollo del sector y aprovechar las oportunidades que ofrece el nearshoring, sobre todo con empresas canadienses y estadounidenses fabricantes de juguetes que buscarán salirse de china e instalarse en el país.
Así las cosas…