DESCANSO Y JORNADA LABORAL

¿Nos conviene trabajar menos horas?

No tener tiempo de descanso y mucho menos tiempo de ocio representa un estancamiento de la calidad de vida. | Kristal Angelino Esquivel*

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Escrito en OPINIÓN el

Los mexicanos, en promedio, dedican al trabajo seis de los siete días de la semana, trabajando por más de ocho horas diarias para volver con el pan a sus casas. Sin embargo, estas largas jornadas no permiten alcanzar con plenitud un derecho que por ley debería concernir a todos, pero que sólo pocos disponen: el descanso.

De acuerdo con la constitución de 1917, México fue pionero en reconocer el derecho al descanso, pues fue hasta 1948 que fue adoptado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Actualmente este derecho dista de la realidad de muchos mexicanos.

Además, existen datos que respaldan que las jornadas de 48 horas o más no son sinónimo de productividad, por ejemplo, mientras que en Irlanda un trabajador que labora 1772 horas al año aporta 110 dólares al PIB de su economía por una hora trabajada, en México –en promedio– alguien que trabaja más de 2000 horas anuales aporta 22 dólares al PIB de su economía por una hora de trabajo.

Conviene señalar que aunque países como Dinamarca, Finlandia, Francia o Reino Unido cuentan con mejores condiciones de vida en cuanto a infraestructura y desarrollo económico, también en países latinoamericanos como Chile –donde ya se han realizado reformas laborales para disminuir las jornadas semanales de 48 horas a 40– el Índice de Desarrollo Humano es superior al de México (0,855 vs 0,758 respectivamente, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021).

En la misma línea, las jornadas más cortas provienen de los países más desarrollados, como Japón, Canadá y España cuyos empleados trabajan alrededor de 1600 horas anuales, o bien, Dinamarca quien ocupó el primer puesto en países con menos horas trabajadas anualmente con 1380, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2023). 

Y es que a pesar de haber modificado en México la Reforma Laboral, donde en vez de otorgarle al empleado 6 días de vacaciones en su primer año de trabajo cambiaría a 12 días, el cambio significativo radica en las horas y días trabajando para mejorar la salud mental y física de los mexicanos. Es decir, condiciones que les brinden a los trabajadores una sensación de bienestar con el trabajo y consigo mismos.

Muestra de sus beneficios fue el estudio 4 Day Week Global en 2022 llevado a cabo por Reino Unido, donde 91 empresas asignaron a sus empleados trabajar sólo 4 días a la semana manteniendo el mismo salario durante seis meses; los resultados revelaron que los trabajadores podían ser igual de eficientes en una semana laboral de 33 horas en comparación con una de 38 o más (en el caso de México ronda entre 40 y 48 horas semanales; en ocasiones sin pagos por horas extra).

Los participantes de dicho estudio habían asegurado sentirse más felices y con mejor bienestar, pues no sólo les permitió tener mayor tiempo libre sino que lo pudieron invertir con su familia y amigos, así como realizar alguna actividad recreativa. Pues, pese a admitir que inicialmente se sentían estresados por concentrar toda su carga de trabajo en 4 días, declararon sentir mayor satisfacción laboral.

No tener tiempo de descanso y mucho menos tiempo de ocio representa un estancamiento de la calidad de vida. No disponer de tiempo para desarrollarse profesionalmente impide que se pueda escalar a mejores oportunidades laborales, ergo, no tener mayor movilidad social. En este sentido, disponer de más habilidades abre el panorama laboral, por ejemplo, aprender un idioma, un curso de excel o un curso afín en aquello que nos gustaría aprender o especializarnos. De hecho, la OCDE ya ha señalado que las personas que tienen un posgrado aumentan sus ingresos hasta un 30%.

Por otro lado, este derecho al descanso no sólo se percibe como un beneficio para los empleados, sino también para las empresas, instituciones y lugares de trabajo, pues el ofrecer condiciones a los empleados que les permitan sentirse en un mejor ambiente laboral las coloca en una posición más atractiva para los buscadores de empleo, aunado a mejorar sus relaciones entre empleado-empleador. 

Nuestra asignación del uso del tiempo estará determinada por nuestras preferencias ante las alternativas para usarlo. Y si el Estado no tiene reglas que proporcionen igualdad de acceso a los bienes y servicios públicos, el uso del tiempo estará altamente determinado por nuestro lugar de origen.

Proteger la libertad del uso del tiempo para uno mismo y, sobre todo, el de los adultos para trabajar a cambio de una remuneración justa, es una cuestión que se debe poner en la agenda pública. No sólo conformarse con una semana extra de vacaciones

Como una luz de esperanza la Cámara de Diputados ya generó un parlamento abierto para tratar los días de descanso y la jornada laboral, y pese a que los empresarios se han opuesto a estas iniciativas, las oportunidades para conseguir un estado de bienestar ascendente dependerá de las políticas y regulaciones que se legislen por el gobierno. El descanso no es un privilegio sino un derecho que se debe hacer valer.

* Kristal Angelino Esquivel

Es estudiante de Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Está interesada en temas de violencia de género, ciencia y tecnología, movilidad social, así como en materia de educación financiera. Forma parte de la Organización feminista Somos Fem Polakas y ha asistido a eventos como "Creciendo Juntas" en la Secretaría de Relaciones Exteriores donde fue partícipe de las ponencias: ¿Puede haber justicia sin consideraciones de género? y Ciencia y género: las consecuencias de la invisibilización. Además, divulga ciencia con mujeres estudiantes de diferentes partes de la república en: Chicas de Oro Mx y cuenta con un webinar en Educación Financiera por la Secretaría de Economía.

Instituto Mora

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