A unas cuantas cuadras del metro Balbuena de la Ciudad de México, en un poste se encuentra pegada una hoja que dice: “¿Te sobró de tu tratamiento? ¡Compramos medicamentos, llámanos!”.
En México, vender, ofrecer en venta o comerciar medicinas es considerado una conducta ilícita. De acuerdo con la Ley General de Salud, el artículo 464 Ter, fracción IV, dice lo siguiente:
“A quien venda, ofrezca en venta o comercie muestras médicas, le será impuesta una pena de uno a nueve años de prisión y multa equivalente de veinte mil a cincuenta mil días de salario mínimo general vigente en la zona económica de que se trate”.
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Considerando que la zona del salario mínimo general es de un monto de 278.80 pesos, la multa por vender medicamentos puede estar entre los 5 millones 576 mil pesos y 13 millones 940 mil pesos.
Un número en la calle que compra medicamentos
La Silla Rota marcó al número del anuncio en la calle, un hombre respondió la llamada y se le comentó qué medicamentos se quería vender, su respuesta fue “que no todos los compraban”, pero se le podía mandar una foto de lo que se le quería vender a través de WhatsApp.
Además, al preguntar si vendía su respuesta fue “también conseguimos medicamentos”, pero todo se podía llevar a través de WhatsApp y, en cuanto checara de qué se trata podría ver si lo compraba o no.
En su información del contacto tiene “Medicamentos Tepito”, sin ninguna información adicional sobre nombre o si quiera una foto de perfil.
Sin embargo, la persona detrás de este número no respondió a ninguno de los mensajes que se le envió.
Se le insistió por llamada y, después de varios intentos, dijo que a él solo le interesaban medicamentos para cáncer.
El mercado negro de medicamentos
Contexto: "El mercado irregular de medicamentos en México representa alrededor de 30 mil millones de pesos anuales… Aunque la principal problemática radica en que se pone en riesgo la salud de las personas”, afirma Juvenal Becerra Orozco, presidente de Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm).
Por separado, en entrevista con LSR, Larry Rubin, exdirector ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), expresa: “la gente piensa que está comprando un producto que va a curar el cáncer y se lo están tomando, en el mejor de los casos no los enferma, en el peor de los casos los pueden matar”.
En el mundo, uno de cada diez medicamentos es falso, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), además en América Latina, el 30% de los fármacos podrían estar adulterados, de acuerdo a la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (Fifarma).
“Hasta hace algunos años, el mercado irregular se centraba en medicamentos contra enfermedades crónico degenerativas como la diabetes e hipertensión, cáncer, debido a los altos precios que representan.
Sin embargo, a partir de la pandemia también se empezó a observar la presencia de medicamentos de venta libre como analgésicos, antiinflamatorios y antiácidos, con marcas que son muy populares en el mercado”, afirma el presidente de Unefarm.
En redes sociales… hay grupos enteros de compra, venta y cambio
Si bien ese caso resulta particular por ver un letrero en la calle, en redes sociales, como en Facebook existen múltiples grupos de venta, compra e intercambio de medicinas.
En cada uno de ellos, las personas ofrecen, dicen conseguir o piden que se les cotice algún fármaco.
Dentro de estas publicaciones, La Silla Rota encontró una que sobresale de todos, una persona pidió la cotización de 10 piezas de Linurase.
El año pasado, la Comisión para la Protección Federal de Riesgos Sanitarios (Cofepris) señaló que “Linurase no cuenta con registro sanitario, su comercialización es ilegal”.
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A la publicación, un usuario respondió que contaba con Linurase con un costo de 1200 pesos al mayoreo.
En su momento, la Cofepris resaltó que “la empresa importadora no ha presentado los estudios científicos que garanticen la seguridad, calidad y eficacia del producto. Además, se desconoce la calidad de sus ingredientes, el proceso de fabricación, transportación, almacenamiento y distribución, lo que convierte a Linurase en un riesgo para la salud.”
Igualmente, hay varias personas que con perfiles sin demasiada información ponen un número de celular por si estás interesado en vender tratamientos de medicamentos que te sobren.
Si sobran medicamentos... ¿Qué se puede hacer?
En muchas ocasiones, la venta de medicamentos sobrantes es una forma de que pacientes y sus familias recuperen un poco del dinero que se invierte en sus tratamientos
La forma de darle una utilidad a estos medicamentos es a través de iniciativas como el Banco de Tapitas.
Nayeli, coordinadora de Banco de Tapitas Ciudad de México, explica que a través del programa "Erik David" la fundación recibe medicamentos de pacientes oncológicos que se encuentren en buen estado.
Las personas pueden traer los medicamentos a las oficinas de Banco de Tapitas en la Ciudad de México o enviarlos por correo.
A las personas que decidan realizar la donación deben verifican la caducidad, que esté en buenas condiciones el empaque y si la asociación los recibe.
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En su página web tienen los tipos de medicamentos que reciben, entre ellos están:
- Acetazolamida
- Ácido Micofenólico
- Amal 8 mg Oral 10 tabletas
Asimismo, Nayeli puntualizó que tienen las condiciones para conservar los medicamentos que necesiten refrigeración y, según disponibilidad, surten a los pacientes que lo requieran.
De contar con medicamentos caducados, la manera más segura de deshacerse de ellos es llevarlos a los puntos del Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (Singrem).
Singrem es una asociación civil creada por la industria farmacéutico para que el público en general pueda deshacer de medicamentos caducados.
Estos contenedores se encuentran en farmacias de cadena y, en ellos se puede depositar los medicamentos sin ningún costo.
La asociación se encarga de que estos sean destruidos, con ello contribuir al cuidado del ambiente y evitar que lleguen a mercados negros que ponen riesgo la salud de las personas.
¿Por qué es importante esto?
El auge del mercado negro de medicamentos en México no solo representa un problema legal y económico, sino también un grave riesgo para la salud pública.
Cada vez más personas recurren a canales ilegales para vender o adquirir tratamientos, muchas veces sin garantías de calidad, seguridad o eficacia.
Esto pone en peligro a pacientes que, en busca de alternativas accesibles, terminan consumiendo productos falsificados, vencidos o adulterados.
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Aunado a ello, la falta de regulación efectiva y la creciente visibilidad de estas prácticas, incluso en redes sociales y espacios públicos, reflejan la urgencia de fortalecer políticas de prevención, vigilancia y educación sanitaria.
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