ARANCELES A CHINA

Industrias textil, acero, plásticos, autopartes, ropa y juguetes impactados por aranceles

La versión aprobada con 278 votos a favor, 25 en contra y 136 abstenciones, es más flexible, pero mantiene incrementos significativos para más de 1,400 fracciones arancelarias, especialmente en industrias como textil, vestido, acero, plásticos, autopartes, calzado y automóviles

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La Cámara de Diputados aprobó este miércoles un paquete de incrementos arancelarios de 5 y hasta 50% para miles de productos provenientes de China y otras economías asiáticas o con las que México no tiene tratado comercial.

La propuesta, presentada por la Secretaría de Economía en septiembre, buscaba inicialmente establecer aranceles más agresivos, pero enfrentó resistencia por parte de industrias tanto nacionales como internacionales, particularmente el de China.

Tras meses de discusión, la versión aprobada con 278 votos a favor, 25 en contra y 136 abstenciones, es más flexible, pero mantiene incrementos significativos para más de 1,400 fracciones arancelarias, especialmente en industrias como textil, vestido, acero, plásticos, autopartes, ropa, maquillaje, juguetes, calzado y automóviles.

Algunos productos como los insumos para labiales pasaron de 50 a 36%, o incluso algunos productos textiles que también se redujeron hasta 36%, mientras que los aranceles a los autos y autopartes se mantuvieron en 50%.

Hay 316 productos que hoy no pagan ni un peso de arancel ahora sí pagarán.

En el documento se eliminaron 115 fracciones, pero se incorporaron 115 nuevas; en 104 fracciones se redujo el arancel a 5%, pero las 270 fracciones relacionadas con el sector automotriz, aluminio y autos no sufrieron modificaciones, pero se realizaron ajustes en subsectores. Además, en dos terceras partes, 974 fracciones, se aplicó una reducción generalizada de 28%.

Contexto: La balanza comercial de México con nueve naciones asiáticas es deficitaria en 176 mil 999 millones de dólares; en el caso de China, el saldo negativo para alcanza 119 mil 520 millones de dólares.

Una señal para Estados Unidos

No obstante, especialistas y líderes empresariales ofrecen una lectura diferente. Señalan que, además de proteger la planta productiva, la iniciativa busca enviar una señal de alineamiento comercial a Estados Unidos ante la próxima revisión del TMEC, prevista para 2026.

El embajador Horacio Saavedra, dijo a La Silla Rota, que esta medida busca que México llegue mejor posicionado y con una mejor carta de presentación al T-MEC, por lo que, es una “alineación con la política comercial de Estados Unidos”, especialmente en el contexto del debate estadounidense sobre “competencia desleal” y ajustes necesarios en la relación económica global.

“China concentra casi el 70% del déficit comercial que México tiene con naciones sin acuerdo comercial. La medida, responde a la preocupación compartida entre México y Estados Unidos por prácticas que han afectado a industrias nacionales, sobre todo en textiles, ropa y ciertos sectores manufactureros”, precisó Saavedra.

Sectores más afectados

El sector automotriz, uno de los más relevantes del país y pieza central en las cadenas de suministro de Norteamérica, manifestó preocupación por el impacto que estos aranceles podrían generar en la disponibilidad de componentes electrónicos esenciales.

Las armadoras advirtieron que, entre los insumos afectados, se encuentran dispositivos clave como pantallas táctiles, componentes digitales, sensores y partes electrónicas que no se fabrican en México. El encarecimiento o retraso en su importación podría afectar la producción y competitividad de la industria automotriz mexicana, una de las mayores del mundo.

Un nuevo mapa comercial para México

La nueva política arancelaria se inscribe en un panorama global de tensiones comerciales con China y de reconfiguración de cadenas productivas, marcado por el nearshoring, las presiones regulatorias de Estados Unidos y la renegociación parcial del TMEC en puerta.

Si el Senado ratifica la medida, México aplicará en 2026 uno de los ajustes arancelarios más amplios en décadas, con implicaciones directas para importadores, consumidores y sectores industriales enteros.

La discusión continuará en las próximas semanas, pero el mensaje inicial es claro: México se alinea a un esquema de protección industrial, eleva costos a importaciones asiáticas estratégicas y se prepara para un año de fuertes debates comerciales en la antesala de la revisión del acuerdo de Norteamérica.