EZLN

A 30 años del surgimiento del EZLN, un hombre une a Salinas con AMLO

Hace 30 años, el sábado 1 de enero de 1994, cientos de indígenas chiapanecos se levantaron en armas bajo el nombre de Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el EZLN

A 30 años del surgimiento del EZLN, un personaje une a Salinas con AMLO
A 30 años del surgimiento del EZLN, un personaje une a Salinas con AMLOCréditos: Miguel Pérez
Escrito en NACIÓN el

Andrés Manuel López Obrador y Carlos Salinas de Gortari comparten un colaborador. AMLO siempre ha acusado al ex presidente de ser el jefe de la “mafia en el poder”. Pero Roberto Salcedo, actual secretario de la Función Pública y principal ariete contra la corrupción del gobierno federal fue la primera persona que hizo contacto con el subcomandante Marcos en 1994. Hoy, Salcedo cubre las espaldas de la 4T en materia de corrupción.

Según algunas fuentes, Salcedo fue el primer enviado no público del gobierno de Salinas para el cese al fuego. Marcos y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se había alzado en armas contra el gobierno justo el día que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Después vendría el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI, y luego el del cuñado de Salinas, el político guerrerense José Francisco Ruiz Massieu.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO 

Salcedo, dicen las fuentes, llegó a algún punto de la selva en Chiapas a hablar con el subcomandante Marcos y, tras hacerlo esperar unas seis horas, apareció detrás de él con un arma. El relato cuenta que el hoy compañero de López Obrador en la cuarta transformación le dijo a Marcos: “sabía que eras cobarde, pero no que atacaras por la espalda”. Al final de cuentas hubo diálogo, ya público, con Manuel Camacho Solís, ya fallecido, y también cercano a AMLO.

El 1 de enero de 1994 surgió el EZLN

Hace 30 años, el sábado 1 de enero de 1994 México amaneció siendo otro. No fue por la firma del Tratado de Libre Comercio, que ese día entraba en vigor y con la cual el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari aspiraba a ingresar al primer mundo de la mano de Canadá pero sobre todo de Estados Unidos, sus socios comerciales de América del Norte.

En los primeros minutos de ese 1 de enero cientos de indígenas chiapanecos se levantaron en armas bajo el nombre de Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el EZLN. Cubiertos sus rostros con pasamontañas, hombres y mujeres armados en su mayoría con viejos fusiles, tomaron nueve municipios chiapanecos, Ocosingo, Ciudad Altamirano y San Cristóbal de las Casas, los más emblemáticos y con ellos cimbraron a la opinión pública y mostraron al mundo que la discriminación y el olvido hacia los pueblos indígenas en México era un tema sin resolver.

La portada del diario La Jornada del 2 de enero de ese año era contundente en tres palabras: “Sublevación en Chiapas”.

El gobierno federal y el Ejército Mexicano fueron sorprendidos por los zapatistas. La declaración de guerra por parte del EZLN tuvo como respuesta  el combate de las tropas del Ejército mexicano que llegó incluso a bombardear algunas posiciones rebeldes.

Créditos: Miguel Pérez

Como parte de su operación sorpresa, el mismo 1 de enero, los zapatistas secuestraron al exgobernador de Chiapas, Absalón Castellanos Domínguez, de su finca El Momón y días después le hicieron un juicio popular por despojar de tierras a indígenas y reprimirlos durante su gobierno, entre 1982 y 1988. Lo perdonaron pero lo condenaron “a vivir hasta el último de sus días con la pena y la vergüenza de haber recibido el perdón y la bondad de aquellos a quienes tanto tiempo humilló, secuestró, despojó, robó y asesinó”.

En los dos primeros días de combates el Ejército reportó cinco militares fallecidos y seis heridos a causa de las confrontaciones. En tanto, de parte de los zapatistas los muertos alcanzaban la cifra de 24, aunque podían ser más, porque eran las víctimas que el Ejército Mexicano registró.

Además de los viejos fúsiles y los pasamontañas, los zapatistas estaban armados de la palabra para pedir justicia. Un hombre que bajo el cubrebocas dejaba ver su barba, armado con su fúsil y su inseparable pipa se convirtió en la figura más representativa del EZLN. El Subcomandante Marcos, rápidamente se apropió del interés de la opinión pública y dio una radiografía de las causas que llevaron al movimiento, a través de múltiples comunicados.

En ellos se resumían lo que los zapatistas describían como décadas de violación a sus derechos, represión, explotación de su trabajo y en la venta de sus productos, exclusión de servicios y falta de democracia para decidir su destino.

Pero no solo eso: “El hambre, la miseria y la marginación que hemos venido padeciendo desde siempre. La carencia total de tierra donde trabajar para sobrevivir”.

Los zapatistas opacaron las campañas presidenciales de 1994

Además, la aparición del EZLN también restó protagonismo e interés a las campañas por la presidencia de la república que estaban puestas en marcha. Incluso, sirvió para hacer movimientos en el ajedrez político, opacó a Luis Donaldo Colosio, candidato del entonces partido hegemónico, el PRI, y regresó al protagonismo al exaspirante a la misma candidatura, Manuel Camacho Solís, quien fue designado por el presidente Salinas como Coordinador de los diálogos de paz.

El movimiento zapatista contó con un aliado insuperable, el obispo de San Cristóbal Las Casas, Samuel García, a quienes incluso muchos señalaron como el impulsor y cerebro del EZLN, y quien a su vez se convirtió en mediador entre el EZLN y el gobierno federal, con quien también tenía interlocución.

Fue tal la originalidad del surgimiento del EZLN y sus demandas que se ganó simpatías dentro y fuera del país, de intelectuales mexicanos e internacionales -como José Saramago- que se dedicaron a analizar al movimiento, los comunicados del subcomandante Marcos, se dieron cuenta que los indígenas eran los grandes olvidados de México y algunos incluso se trasladaron a Chiapas para conocer de primera mano al movimiento.

También ahí, en San Cristóbal Las Casas, se dieron cita centenas de periodistas, ansiosos de retratar y contar un movimiento histórico que cambiaría a México.

Precisamente esa movilización de la llamada sociedad civil hizo que los embates del Ejército mexicano cesaran -por órdenes del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari- al día 12 de iniciada la rebelión. El gobierno federal decretó de manera unilateral el alto al fuego. El 16 de febrero el EZLN liberó al general Absalón Castellanos.

Inician los diálogos de paz

Seis días después, el 22 de febrero, iniciaron los Diálogos de paz, en la Catedral de San Cristóbal de Las Casas. Se establecieron conversaciones con el grupo guerrillero, que concluyeron con la firma en 1996 de los denominados Acuerdos de San Andrés Larráinzar sobre Derecho y Cultura Indígena.

Pero no fue un proceso fácil y sin turbulencias en el inter. El asesinato de Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de ese año causó una crisis y la comandancia del EZLN decretó Alerta Roja y regresó a sus posiciones en la montaña.

Zedillo revela la identidad del subcomandante Marcos

En febrero de 1995, el gobierno federal, encabezado ya por Ernesto Zedillo, lanzó una ofensiva militar que incluyó el ingreso del Ejército a la zona que los zapatistas controlaban y la difusión de la identidad del Subcomandante Marcos: Rafael Sebastían Guillén, era su nombre de pila.

Créditos: Archivo

Pero la estrategia falló y las simpatías y el apoyo de intelectuales -como el ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova- por el EZLN se mantuvieron y entonces en marzo de ese año se creó la Ley para el Diálogo y la Reconciliación en Chiapas y en el Congreso de la Unión nació la Comisión de Concordia y Pacificación, la Cocopa, para analizar las demandas del grupo guerrillero y hacerlas ley, basadas precisamente en los Acuerdos de San Andrés Larráinzar.

¿Cuáles eran algunas de esas demandas?

  • El reconocimiento del EZLN como fuerza beligerante.
  • Que tierras en manos de finqueros y terratenientes nacionales y extranjeros pero que no eran campesinos, pasaran a manos de los pueblos que carecían totalmente de tierras. 
  • Acabar con el analfabetismo en los pueblos indígenas. Que las lenguas de todas las etnias fueran oficiales.
  • Que la justicia fuera administrada por los propios pueblos indígenas, según sus costumbres y tradiciones.
  • Para las mujeres campesinas indígenas clínicas de partos con ginecólogos para que reciban la atención médica necesaria; que se construyeran guarderías de niños en las comunidades; proporcionar alimentos suficientes para los niños en todas las comunidades rurales.

Temían que el EZLN no aceptara la "Ley Cocopa"

Quien fuera presidente de la Cocopa, el exdiputado Jaime Martínez Veloz, recuerda que en noviembre de 1996 legisladores integrantes de la Comisión de Concordia y Pacificación habían trabajado arduamente durante meses para elaborar lo que se conocía como la Ley Cocopa, una legislación que plasmara parte de las demandas del EZLN en materia de respeto a los derechos y autonomía indígenas, acceso a la justicia, combate a la discriminación y explotación y una mayor apertura democrática.

La elaboración de la iniciativa comenzó luego de la firma de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, firmados el 16 de febrero de ese año, entre el EZLN y el gobierno federal, con el objetivo de hacer ley mejores condiciones de justicia, derechos y democracia para los pueblos indígenas. 

Aunque al inicio de los trabajos para la iniciativa que tomaba como base los acuerdos de San Andrés Larráinzar, había escepticismo entre los integrantes de la Cocopa e incluso temían que quien se opondría a la propuesta legislativa sería el EZLN, esto no fue así, rememora Martínez Veloz, en entrevista con La Silla Rota.

“Nos reunimos en San Cristóbal de las Casas todos los integrantes de la Cocopa, varios días formulamos un proyecto que se conoce como Ley Cocopa, se la mandamos a las partes. Pensábamos que la parte más difícil de convencer iba a ser la zapatista. Nos cita el Subcomandante Marcos y la Comandancia -del EZLN- en un hotel de San Cristóbal las Casas y nos dice ‘con tal de avanzar en el proceso de paz, aceptamos esta propuesta de ley, a condición de que el gobierno acepte también”, recuerda el legislador, entonces priista.

“Nosotros no habíamos hecho más que trasladar a un proyecto de ley lo que habían pactado en forma literal las partes, no le pusimos nada de nuestro ronco pecho, nadie hizo una interpretación”, dice, al paso de 27 años.

Con la ley avalada por el Ejército Zapatista -cuya sublevación en 1994 puso de cabeza al país al dejar en evidencia a los sistemas de inteligencia del país y exhibir la situación de atraso e injusticia social que vivían los indígenas- los legisladores pensaban que lo más difícil ya estaba hecho. Pero no era así.

No pasa porque no pasa, dijo Zedillo

Los legisladores llegaron a entrevistarse con el entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet y en presencia del presidente, Ernesto Zedillo. Chuayffet les comentó que habían revisado la iniciativa y que había unas observaciones de técnica jurídica que tenían que valorarse.

“Nosotros dijimos ‘bueno, si es eso, revisamos”, sin imaginar que las ‘observaciones de técnica jurídica’ eran un eufemismo.

“Chuayffet dice ‘bueno, también son algunas cuestiones de fondo”, recuerda Martínez Veloz aquella conversación.

Entonces, intervino el presidente Ernesto Zedillo y ahí el diálogo tomó otra tonalidad.

“Zedillo le dice ‘a ver Emilio, tienes que decirlo con toda claridad. Ustedes los del centro no son tan claros como los del norte. No son observaciones de técnica jurídica, son de fondo. Esa iniciativa así tal y como está no pasa porque no pasa. Si ustedes la presentan yo la voy a descalificar públicamente”, soltó el entonces primer mandatario, y lo que dijo sorprendió a los legisladores.

“Todos nos quedamos viendo porque leímos y dijimos ‘qué es lo que está ahí que no hayan firmado ustedes”, le recordaron a Zedillo.

Entonces el presidente les dijo que si él hubiera sabido lo que firmó en febrero de ese año el Comisionado para la Paz en Chiapas, Marco Antonio Bernal, al que él mismo designó el 17 de abril de 1995, no hubiera permitido que firmara el Jurídico, se quejó Zedillo.

Los diputados le reviraron al presidente que ellos no estaban inventando nada, ni mintiendo y que elaboraron la ley basados en lo que firmó el gobierno federal.

“Pues sí pero yo no voy a dejar que la Nación se me fragmente”, replicó Zedillo, añade el ex presidente de la Cocopa.

“Expresó una serie de adjetivos y argumentos que son los mismos que ha defendido un sector del Ejército y que están fuera de la realidad, porque a ver, la autonomía indígena no significa soberanía. La autonomía de las universidades no las hace soberanas, la de los municipios tampoco los hace soberanos. Tiene que ver con el reconocimiento de los pueblos como sujetos de derecho público, los pueblos indígenas son los únicos que están en condiciones de desigualdad, cuando quieren desarrollar un proyecto en sus comunidades eso les ha generado una serie de conflictos que tienen que ver no solamente con ellos, sino con la nación en su conjunto”.

Ahí quedaron dinamitados los Acuerdos de San Andrés Larráinzar.

Lo que ha pasado con el EZLN

El 22 de diciembre de 1997 un grupo de 60 paramilitares vestidos de negro dispararon contra el grupo social conocido como Las Abejas -donde había simpatizantes del EZLN- mientras estaban orando en una ermita. El saldo fue de 45 personas muertas y 26 lesionados. Eso orilló a otras personas al desplazamiento forzado.

En 2014 el subcomandante Marcos dijo que dejaría de llamarse así, que ya no sería el vocero del movimiento zapatista y se autonombró Subcomandante Galeano.

El 7 de octubre de 2017, María de Jesús Patricio Martínez, mejor conocida como Marichuy, médica tradicional e integrante del EZLN, acudió al INE a presentar su registro como candidata independiente a las elecciones presidenciales de 2018. Pero no logró reunir las firmas necesarias para estar en la boleta electoral.