Están por cumplirse tres décadas del levantamiento Zapatista del primero de enero de 1994. Para muchos periodistas de nuestra generación ese movimiento fue nuestro bautizo de fuego profesional.
Recuerdo perfecto, la llamada con Vicente Leñero –subdirector de Proceso en ese momento– el 1 de enero de aquel año, cuando me reportaba a la revista desde París al enterarme de los primeros enfrentamientos de aquella mañana en Chiapas. Me dijo Leñero: “se desataron los madrazos por acá, regrésate a México, es tu oportunidad”, y de manera inmediata tomé el primer vuelo que conseguí para regresar al país, y tres días después ya estábamos en San Cristóbal de las Casas con el buen Rafael Ocampo, colega y amigo reportero de la Revista Proceso. Ambos teníamos 25 años de edad.
La idea era quedarnos unos días y nos quedamos meses; para finales de marzo ya estaba enviado a Tijuana por el atentado a Colosio. Fue un año intenso.
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Sin embargo, Leñero tuvo razón, no sólo fue una enorme oportunidad profesional de crecimiento, sino que además. nos dio madurez personal, seguridad y un enorme aprendizaje sobre nuestro país. La cobertura del levantamiento zapatista marcó mi historia como fotoperiodista.
Al mismo tiempo, muchos de los que empezábamos por aquel entonces coincidimos por allá durante semanas, nos conocimos y nos apoyamos. Recibíamos a colegas de medios con menos recursos y los hospedamos en nuestras habitaciones. Había una solidaridad total, en medio de la competencia habitual.
Las mejores imágenes que recuerdo de mis colegas las hicieron en esa cobertura, hubo casos como el de Raúl Ortega –fotógrafo de La Jornada– que se quedó más de un año por allá. Vamos, Chiapas le cambió la vida incluso, se enamoró se casó y actualmente vive en aquel estado. Hay mil historias de compañeros alrededor de Chiapas.
Allá tuve la oportunidad entre otras cosas, de conocer mejor a Francisco Mata, –el mejor documentalista de nuestro tiempo– y que con los años se convirtió en un amigo entrañable. La foto que hoy les comparto me la mostró hace unos días. Ahí están Francisco Mata, Marcos y Eniac Martínez, –recientemente fallecido– en medio de la selva Lacandona.
Es seguro que vendrán algunos eventos que celebren esos treinta años del zapatismo, la gran mayoría de nuestros jóvenes en México no habían nacido aún y es importante conmemorar estos hechos que han marcado la historia del país.
Sé que al menos vienen dos exposiciones importantes de fotografía con el tema, una en las rejas de Chapultepec, coordinado por Rebeca Monroy y otra en San Ildefonso que está curando Antonio Turok. Seguro estarán ahí las mejores imágenes del movimiento.
Y es en este contexto que desde Zona Zero queremos organizar una pequeña exposición en la Fundación Poniatowska para enero del próximo año con los colegas de aquel entonces, pero para compartir las imágenes de fotógrafos retratados por los fotógrafos en aquella cobertura, como la que aquí presentamos de Raúl Ortega.
La idea es vernos en el espejo del tiempo y dar testimonio gráfico de lo que fuimos y ahora somos. Exposiciones del tema habrá varias con los zapatistas como protagonistas estelares, pero nosotros queremos ver los rostros y los ojos de los testigos visuales que por esas fechas aún trabajábamos con película y químicos clásicos del siglo XX.
Es por ello, que a reserva de buscarlos personalmente, hoy abrimos la convocatoria para recibir sus imágenes en contacto@zonazeromexico.com , la idea es ver y vernos a nosotros mismos trabajando, en un momento histórico para recordar juntos, las mil historias que nos marcaron desde entonces.
Al bote pronto, si ven por ahí a los siguientes colegas, avísenles que estamos preparando nueva Expo, “Ojo por ojo” a 30 años del levantamiento Zapatista. Algunos de los que recuerdo de aquel entonces son: Raúl Ortega, Luis Jorge Gallegos, Víctor Mendiola, Frida Hartz, Fabrizio León, Antonio Turok, Martín Salas, Duilio Rodríguez, Omar Meneses (+), Darío López Mills, Juan Popoca, Antonio Reyes Zurita, Ángeles Torrejón, Marco Antonio Cruz (+), Alfonso Murillo, Carlos Cisneros, Eniac Martínez (+), Adriana Abarca, Lilia Hernández, Gerardo García, Lucía Godínez, Julio Candelaria, Silvia Calatayud y Pedro Valtierra, entre muchos otros, que ahora escapan a mi memoria.
Estamos pendientes.