En los meses más difíciles de la pandemia, cuando muchas actividades laborales se detuvieron, Deborah Linares y su esposo enfrentaron un cambio inesperado. Él perdió su empleo y, con 70 años, recibió negativas constantes en sus solicitudes de trabajo.
Ante ese escenario, Deborah mantuvo dos ocupaciones para sostener a la familia. Continuó su labor como esteticista y también realizó labores de limpieza. Durante ese periodo, ambos conversaron sobre alternativas para generar ingresos estables.
Deborah comenzó a producir velas hechas a mano dentro de su casa. El matrimonio organizó un pequeño espacio para elaborar los productos y atender pedidos locales. Lo que inició como una prueba cotidiana se convirtió en una actividad constante.
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Con el tiempo, los clientes regresaron y recomendaron el trabajo de la pareja. La producción aumentó y el taller doméstico funcionó de manera regular. La experiencia fortaleció la colaboración entre ellos y abrió un camino distinto al que imaginaban.
Nuevas motivaciones en la etapa madura
Deborah compartió su historia en redes sociales para explicar cómo avanzó su proyecto. “Decidimos contar nuestra historia para que personas que tienen nuestra edad se sientan inspirados”, comentó al relatar el proceso.
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La difusión generó mensajes de usuarios que buscaban orientación para iniciar algo propio. Muchos expresaron dudas comunes sobre la jubilación o la posibilidad de emprender en etapas tardías. Una seguidora preguntó por alternativas, y Deborah respondió: “Es muy buena opción hacer velas, es una manera de monetizar y además estar activa”.
Cada consulta permitió a la pareja comprender el interés que surgió alrededor de su experiencia. La respuesta del público mostró que diversos sectores enfrentaban preocupaciones similares respecto de su futuro laboral.
Una referencia para quienes buscan comenzar
La historia del matrimonio circuló como ejemplo de adaptación frente a escenarios inesperados. Su experiencia expuso que una idea sencilla puede convertirse en una fuente de ingresos cuando se aplica de forma constante.
La iniciativa también resaltó la relevancia de observar habilidades personales y darles un uso práctico. Para Deborah, compartir su proceso ofreció una forma de acompañar a quienes atraviesan transiciones laborales o cambios en la rutina familiar.
El matrimonio continúa su proyecto desde casa y mantiene comunicación con quienes siguen su trayectoria. Su camino mostrará cómo evoluciona el taller y qué nuevos pasos tomarán en el futuro.
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VGB
