En algunas zonas rurales de Polonia, adultos mayores y niños que permanecen en casa han encontrado en la agricultura una forma no solo de mantenerse activos, sino también de generar ingresos y reforzar los vínculos generacionales. La práctica consiste en cultivar conjuntamente frutas y verduras en pequeños huertos familiares y cuando la producción lo permite, vender el excedente frente a sus casas.
Lo que comenzó como una solución doméstica para aprovechar el tiempo libre de niños sin acceso diario a actividades escolares y adultos mayores sin empleo formal, se ha transformado en una experiencia enriquecedora para las comunidades. A través del trabajo compartido, los más jóvenes adquieren habilidades prácticas y una ética del esfuerzo, mientras que los adultos mayores encuentran compañía, sentido de utilidad y participación social.
Por ejemplo, cuando la cosecha es abundante, colocan mesas o canastas frente a sus casas para vender los productos frescos a los vecinos de la zona, lo que ha permitido generar un vinculo social y educativo.
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Expertos en desarrollo comunitario destacan que este tipo de actividades favorece no solo la educación en valores y la seguridad alimentaria, sino también la cohesión social, en un contexto donde el envejecimiento poblacional y la desconexión generacional representan retos crecientes para Europa.
Este tipo de iniciativas similares están siendo observadas con interés por organizaciones sociales y educativas, que ven en este modelo una forma replicable de integración comunitaria con bajo costo y alto impacto social.
Polonia y los proyectos agrícolas
La colaboración entre adultos mayores y niños en actividades de jardinería y cultivo ha llevado a que estudiantes de Diseño y Modelado del Paisaje y de Protección del Medio Ambiente de la Universidad Juan Pablo II colaboran con adultos mayores en la residencia "Kalina".
Se trata de un programa de actividades de jardinería que sirven como terapia hortícola, promoviendo el intercambio de experiencias y conocimientos entre generaciones.
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También se encuentra otro programa denominado "Sharing Childhood" desarrollado en colaboración con la Fundación para el Desarrollo del Sistema Educativo en Lódz, busca fomentar la integración intergeneracional mediante actividades educativas y recreativas. Las personas mayores participan activamente en la enseñanza de habilidades prácticas, como la jardinería, a los niños, promoviendo así una imagen positiva de la vejez y fortaleciendo los vínculos comunitarios.]
kach