BOLIVIA

Gobierno de Bolivia reanuda diálogo con la DEA: así será la nueva colaboración

El regreso de la DEA representa un cambio profundo en la estrategia nacional contra el narcotráfico y reabre un capítulo complejo en la historia reciente del país

El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, y el subsecretario de Estado de EU, Chistopher Landau.La DEA volverá a cooperar en terrtorio boliviarano luego de años de exilioCréditos: EFE
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La Administración de Control de Drogas (DEA) regresará a Bolivia tras haber sido expulsada en 2008 por el entonces presidente Evo Morales, junto con la embajada estadounidense. La medida, una de las primeras acciones del nuevo mandatario Rodrigo Paz, fue anunciada por el ministro de Gobierno, Marco Antonio Oviedo, durante un acto oficial celebrado este miércoles.

“Vamos a contar con la colaboración de varias agencias internacionales, entre ellas, obviamente, la DEA. Porque el narcotráfico y el terrorismo no son de una sola nación”, afirmó el ministro, la cooperación externa

La reanudación de la colaboración se enmarca en el deterioro de la seguridad interna y en la reapertura de relaciones diplomáticas entre Bolivia y Estados Unidos, un hecho que marca un contraste con las políticas de la última década y media.

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La posición oficial: apoyo logístico y tecnológico

El viceministro de Sustancias Controladas, Ernesto Justiniano, confirmó que el retorno de la DEA será inmediato:
“Sin la DEA retrocedimos en la lucha, batallando con los ojos vendados”, explicó, y añadió que la cooperación se centrará en tecnología, logística y capacitación, no en operación militar directa.

Según Justiniano, Bolivia enfrenta hoy un escenario en el que “se producen grandes cantidades de cocaína y no se sabe cuánto, ni qué organizaciones la manejan”, lo que hace indispensable la presencia de agencias especializadas.

Resistencias internas y choque político

El expresidente Evo Morales reaccionó con dureza, recordando la presencia histórica de fuerzas militares en la región y acusando al Gobierno de Paz de permitir injerencia extranjera. Escribió en su cuenta de X:
“Los militares no deben permitir que extranjeros les den órdenes ni que se desplacen por nuestro territorio”.

Morales también criticó al Ejecutivo por otros frentes, incluido el problema del abastecimiento de combustible y las tensiones entre el presidente Rodrigo Paz y el vicepresidente Edman Lara, quien durante la campaña aseguró que no veía necesaria la intervención de la DEA.

La respuesta del ministro Oviedo fue directa: “Evo no entiende la vida sin ser presidente (…) Está psicológicamente afectado, por eso intenta desestabilizar desde el primer día”.

El clima político se volvió aún más tenso cuando Jaime Paz, padre del mandatario y expresidente boliviano, afirmó que Morales “está buscando que lo carneen”, lo que desató nuevas controversias.

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EFE

Nuevos planes económicos para sustituir la coca

Como parte del viraje de política, el Gobierno plantea reemplazar los cultivos de coca en el Chapare por actividades alternativas.
Oviedo propuso:
“Tenemos que impulsar programas más atractivos. ¿Por qué no desarrollar capacidad en hostelería? Es una zona turísticamente atractiva”.

La propuesta recuerda a los intentos de erradicación compensada del siglo pasado, que fracasaron porque ninguna actividad resultó tan rentable ni tan constante como la coca, que permite hasta cuatro cosechas al año. Mientras el Gobierno defiende la medida como una colaboración necesaria, los movimientos cocaleros y sectores vinculados al expresidente Morales consideran que es un retroceso y una amenaza para la autonomía nacional.

El proceso recién comienza y definirá no solo la relación entre La Paz y Washington, sino también el futuro económico y social del Chapare.

Foco en el Chapare: región cocalera y centro del conflicto

Contexto: El ministro Oviedo señaló que uno de los puntos críticos será la región del trópico de Cochabamba (Chapare), bastión político de Evo Morales y una de las zonas con menor regulación en la producción de hoja de coca.

La DEA mantuvo una presencia activa allí entre las décadas de 1970 y 2000, especialmente durante la llamada “guerra contra las drogas” impulsada por Washington. Los episodios más tensos incluyeron la quema de cocales, operativos armados y enfrentamientos que dejaron más de 20 muertos, según registros históricos y testimonios de la época.

El dirigente cocalero Aquilardo Caricari advirtió que impedirán la llegada de agentes extranjeros:
“Somos enfáticos: no vamos a permitir la instalación de ninguna base militar en el trópico de Cochabamba”, declaró.

AJA