El triunfo de Rodrigo Paz en las elecciones presidenciales de Bolivia no solo marca el fin de una era política, sino también el inicio de una agenda de cambios estructurales.
Paz, identificado con el centro político, venció con el 54.5% de los votos en el conteo y se propone reorientar el rumbo económico, político y administrativo del país tras dos décadas dominadas por el Movimiento al Socialismo (MAS).
Sin emabrgo, el expresidente de Bolivia Evo Morales aseguró este lunes que los candidatos opositores, el presidenciable Rodrigo Paz Pereira y su candidato a vicepresidente Edman Lara, ganaron la segunda vuelta presidencial gracias al "voto evista" y que "está claro" que la votación "fue más contra Tuto (Quiroga)", a quien llamó "el eterno perdedor".
Te podría interesar
TAMBIÉN LEE: Bolivia y el desencanto del MAS que quedó hecho cenizas: ¿por qué perdió la izquierda?
El domingo Bolivia eligió a su nuevo presidente en una inédita segunda vuelta entre los candidatos el centrista Rodrigo Paz Pereira del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el expresidente derechista Jorge Tuto Quiroga (2001-2002) de la alianza Libre.
Te podría interesar
Paz ganó con el 54.61% de los votos frente al 45.39% de Quiroga, según el cómputo preliminar del Tribunal Supremo Electoral (TSE) con el 97,86 % de las actas procesadas.
"Paz y Lara, ganaron con el voto evista, el voto de los indignados por la proscripción y exclusión electoral. El 1. 3 millones del voto nulo definió la segunda vuelta. Está claro que el voto fue más contra Tuto, el eterno perdedor, hijo del dictador Banzer y aliado de Jeanine Añez.", indicó Morales (2006-2019) en la red social X.
Morales no pudo participar en estas elecciones generales como candidato debido a que no consiguió un partido político con el cual postular, a lo que se suma una inhabilitación constitucional que dicta que solo se puede optar a la reelección por una única vez de forma continúa y ya gobernó Bolivia en tres ocasiones.
Si bien Paz, del Partido Demócrata Cristiano, era la opción más moderada de esta segunda vuelta electoral, algunas de sus propuestas suponen un claro viraje de las políticas que rigieron a Bolivia por dos décadas, de acuerdo con un artículo de la BBC Mundo.
1. Capitalismo con rostro social
Una de las principales apuestas del presidente Rodrigo Paz es su concepto de “capitalismo para todos”, un enfoque que busca atraer inversión privada sin abandonar el apoyo a sectores vulnerables.
Incluye medidas como:
- Reducción de impuestos y aranceles
- Mayor acceso a créditos para emprendedores
- Banda cambiaria con límites definidos
- Eliminación gradual de subsidios a combustibles (con excepciones sociales)
La eliminación de subvenciones ya provocó reacciones. La Central Obrera Boliviana (COB) advirtió su rechazo y se teme un repunte inflacionario si no se acompaña con medidas de compensación.
Paz asegura que financiará sus reformas con más de US$3.500 millones en créditos multilaterales ya aprobados, sin recurrir al FMI.
2. Agenda 50/50: Más poder para las regiones
Otra de las banderas del nuevo gobierno es la descentralización del presupuesto nacional, que actualmente se concentra en un 80% en el Estado central.
Con su propuesta “Agenda 50/50”, Paz pretende que regiones, municipios y universidades públicas tengan mayor participación en el uso y control de los recursos.
Esta idea responde también a demandas históricas del oriente boliviano, región clave en la economía del país. Analistas advierten que la aplicación de esta política podría enfrentar resistencias desde sectores tradicionales del poder central.
3. Reforma del Estado: menos burocracia, más control
El tercer eje de su plan es una reforma integral del aparato estatal. Entre sus promesas destacan:
- Congelar empresas públicas con déficit operativo
- Digitalizar el sistema de compras gubernamentales
- Cortar beneficios a políticos y “gastos superfluos”
- Impulsar una reforma judicial, eliminando la elección popular de jueces
Paz también anunció una reestructuración de la Policía Boliviana, encabezada por su vicepresidente electo, Edman Lara, un exoficial policial que protagonizó polémicas en campaña.
Varias de estas iniciativas requerirían modificaciones constitucionales, lo que implicará negociar con un Congreso fragmentado.
¿Podrá sostener el cambio?
El reto de Paz es imponer un nuevo modelo sin mayoría legislativa y con sectores sociales alerta. Su victoria marca un giro político, pero su sostenibilidad dependerá del respaldo popular, los pactos institucionales y la ejecución técnica de sus reformas.
