El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró este viernes que el país podría pasar de la “lucha no armada” a la “lucha armada si es necesario” con el fin de defender su soberanía ante cualquier agresión externa. Durante la clausura de un evento internacional, afirmó que Venezuela respondería “con las armas” en caso de considerar una amenaza directa contra su existencia.
En su intervención, Maduro hizo referencia a batallas históricas de la independencia y señaló que la nación mantendrá el derecho a la paz y a la autodeterminación. También señaló que existen potencias extranjeras que, en sus palabras, promueven acciones que ponen en riesgo la estabilidad del país.
La declaración ocurrió en un momento de tensiones militares crecientes entre su gobierno y la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de un despliegue de fuerzas navales y aéreas en el Caribe.
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Despliegue militar de Estados Unidos
Desde hace un mes, Estados Unidos incrementó su presencia militar cerca de las costas venezolanas. El operativo incluyó ocho buques de guerra, un submarino nuclear de ataque, diez cazas F-35 y más de 4,500 militares. El Comando Sur difundió imágenes de ejercicios con fuego real en aguas del Caribe.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, calificó este despliegue como un gesto de presión contra Venezuela y pidió el cese de maniobras militares en la región.
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Política de Washington contra el narcotráfico
La administración Trump sostuvo que las operaciones en el Caribe tienen como objetivo frenar el tráfico de drogas. Washington señaló directamente a organizaciones como el Tren de Aragua y el llamado Cartel de los Soles, que, según su versión, operan desde Venezuela bajo la protección del gobierno de Maduro.
El presidente Trump notificó al Congreso que Estados Unidos se encontraba en un “conflicto armado no internacional” contra estas organizaciones. Con base en esa declaración, autorizó el uso de fuerza letal bajo las disposiciones de la ley de conflicto armado.
En consecuencia, fuerzas estadounidenses realizaron ataques contra embarcaciones sospechosas en aguas internacionales. Estas operaciones resultaron en la destrucción de al menos cuatro lanchas vinculadas con narcotráfico, con un saldo de 17 personas muertas en distintos incidentes.
Respuesta de Caracas
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, informó que más de cinco aviones F-35 sobrevolaron el espacio cercano a la Región de Información de Vuelo de Maiquetía, a 75 kilómetros de la costa venezolana. Señaló que el hecho se presentaría ante instancias internacionales, entre ellas Naciones Unidas.
En reacción, Maduro ordenó maniobras militares con aviones, buques y anfibios en distintos puntos del territorio nacional. También movilizó a la Milicia Bolivariana con la participación de 2,500 efectivos.
Ese mismo día firmó un decreto de conmoción exterior, figura inédita en Venezuela que otorga facultades especiales al Ejecutivo para responder ante una eventual agresión externa. La medida contempla la posibilidad de restringir algunas garantías constitucionales.
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Debate interno y cuestionamientos internacionales
La oposición venezolana expresó posturas distintas frente al escenario militar. María Corina Machado respaldó la presión internacional como un posible factor de cambio político, mientras que Henrique Capriles advirtió sobre el riesgo de un conflicto armado o una guerra civil si se privilegiaba la vía militar.
A nivel internacional, juristas especializados en derecho internacional discutieron la legalidad de los ataques de Estados Unidos en el Caribe. Algunos expertos consideraron que las operaciones podrían constituir ejecuciones extrajudiciales y señalaron que el narcotráfico, sin un ataque armado directo, no justificaba el uso de fuerza letal bajo las normas internacionales vigentes.
VGB