Un estudio reciente reveló que las clases grupales de canto diseñadas para madres primerizas mostraron eficacia clínica en el tratamiento de la depresión posparto. La investigación sugiere que cantar en grupo brinda un entorno seguro y una alternativa viable a las terapias convencionales.
Según un reporte de la BBC, el programa británico Melodies for Mums, creado en 2017, ofrece sesiones de canto que combinan nanas, música folk y gospel en varios idiomas, entre ellos español, suajili y congoleño. Las madres participan en rondas de armonías a cuatro voces que favorecen la relajación y la conexión emocional.
La depresión posparto afecta a más de una de cada diez mujeres durante el primer año después del nacimiento de su bebé. Para muchas madres, el canto grupal representa un espacio de calma en medio del aislamiento. Una participante, identificada como Holly, expresó en entrevista con el medio británico: “Entré y pensé: este es mi lugar seguro”.
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Resultados clínicos y efecto prolongado
El estudio, publicado en el British Journal of Psychiatry, analizó a cerca de 200 madres con diagnóstico de depresión posnatal durante un periodo de ocho meses. Todas las participantes mostraron una reducción en los síntomas después de diez semanas, pero las mejoras fueron más duraderas en el grupo que asistió a clases de canto.
La doctora Rebecca Bind, coautora principal, explicó que los resultados demuestran la persistencia del efecto positivo. Según la investigadora, la intervención “no solo mostró eficacia inmediata, sino que mantuvo su impacto a lo largo del tiempo”.
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Los datos también indicaron que las mujeres del grupo de canto registraron una menor tasa de deserción y consideraron las sesiones más adecuadas para sus necesidades que otras formas de apoyo comunitario.
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Conexión social y bienestar biológico
Los especialistas identificaron que parte del beneficio proviene del contacto entre mujeres que atraviesan experiencias similares. Yvonne Farquharson, fundadora de Breathe Arts Health Research, señaló que el canto fomenta la interacción visual y el fortalecimiento del vínculo social entre madres.
El análisis biológico preliminar mostró un descenso gradual en los niveles de cortisol —la hormona del estrés— entre las madres que participaron en el programa. Los investigadores relacionan este cambio con una mejora general en el bienestar emocional y físico.
Las clases no sustituyen la terapia psicológica o el tratamiento médico, pero funcionan como complemento accesible. En un contexto de alta demanda en los servicios de salud mental del NHS, el costo del programa resultó menor que el de terapias grupales o visitas domiciliarias.
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Expansión internacional y aplicación doméstica
El éxito del programa motivó a la Organización Mundial de la Salud a encargar la capacitación de equipos en países como Italia, Dinamarca y Rumanía. Las autoridades sanitarias buscan replicar el modelo como una herramienta comunitaria de bajo costo.
Las madres participantes también reportaron beneficios dentro del hogar. Stella, otra asistente, explicó: “Llevo el canto a casa conmigo; cuando las cosas se vuelven estresantes, empiezo a tararear y puedo manejarlo”.
La evidencia acumulada apunta a que las clases de canto podrían consolidarse como una alternativa duradera y costo-efectiva para el tratamiento de la depresión posparto, combinando expresión musical, conexión social y apoyo emocional sostenido.
VGB
