Los problemas mentales más frecuentes que presentan los estudiantes de la UNAM son trastorno depresivo mayor, de ansiedad generalizada, depresivo persistente, por déficit de atención con hiperactividad y trastorno de pánico.
Así lo revelan datos de la Clínica del Programa de Salud Mental, perteneciente al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con una solicitud de información hecha por La Silla Rota a la institución, entre 2019 y 2024 se atendieron 10 mil 654 solicitudes de consulta de primera vez. Pero no es el único sitio donde se atiende a estudiantes con trastornos de ansiedad o depresivo.
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En la Facultad de Psicología, donde también se atiende a público en general, se atendió a 2 mil 071 universitarios. Cabe mencionar que en dicha facultad los problemas detectados más frecuentes en ese mismo lapso son la ansiedad, la depresión, seguidos de otros como problemas de pareja, de regulación emocional o incluso situaciones de riesgo de autolesión y/o suicidio.
La coordinadora de los Centros de Formación y Servicios Psicológicos, Alejandra López Mendoza, dijo a La Silla Rota que no todas las personas que llegan a sesiones tienen diagnóstico de trastorno mental, puede tratarse de casos que les cueste trabajo regular sus emociones o habilidades de comunicación.
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Se preguntó por los casos de depresión entre los universitarios; la respuesta fue que se trata de un trastorno frecuente y muchos de los estudiantes tienen indicadores de ello.
“Se tiene que hacer un buen diagnóstico y si el nivel de riesgo es moderado o grave es el tratamiento”, explicó.
También se les debe diagnosticar adecuadamente, porque en ocasiones la depresión se confunde con la tristeza.
Los trastornos mentales son prevalentes pero posterior a un evento perturbador tienen tendencia a duplicarse, y eso ocurrió luego de la pandemia de la Covid19, cuando no se destaparon inmediatamente, quizá porque no se ha puesto suficiente atención a la salud mental.
Aumento consumo de drogas luego de la pandemia
La especialista planteó que las consultas permitieron detectar que en medio de la pandemia hubo un aumento de consumo de drogas, pero después hubo tendencia a la estabilización.
En primer lugar, está el consumo de alcohol, después de mariguana, tabaco y otras drogas más duras.
Para reconocer signos de un trastorno y plantearse si es necesario acudir a consulta, recomendó observar qué tanto de la situación emocional o signos de inquietud afectan la vida cotidiana, escolar, laboral.
Recalcó que el hecho de que las señales de salud mental no sean tan visibles, no significa que no sean tan importantes como las físicas.
López Mendoza recomendó a las personas que no se esperen a ver síntomas para acudir a atención especializada y evitar caer en los casos de personas que tardan entre cuatro y 20 años en recibir atención especializada.
“Les invito a ir a atención psicológica y atender estos comportamientos, a quitar estigmas de estar locos, cambiar el discurso del drogadicto, son personas con dignidad y que tienen una situación quizá de alcohol, depresión, ansiedad. Se debe quitar el estigma de la salud mental, no hay salud sin ella”, remarcó la profesora asociada de tiempo completo y coordinadora de los centros de formación y servicios psicológicos.
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Otras situaciones que llegan son las de estudiantes que apuestan o se obsesionan con los videojuegos, pero no son las más prevalentes.
Recomendó que si lo estudiantes quieren recibir atención, pueden comunicarse con saludmental.unam.mx.
VGB
