El nuevo gobierno de Ecuador, presidido por Daniel Noboa desde el 23 de noviembre de 2023, ha iniciado su gestión al mando del país sudamericano deshaciéndose de las figuras políticas que le son incomodas, específicamente de la vicepresidenta Verónica Abad, a quien, en una insólita y mediática decisión de gabinete, decidió enviar a Israel como colaboradora para la paz. Esta es la primera vez desde el restablecimiento de la democracia en Ecuador que se le da un encargo de este tipo a un vicepresidente.
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Pese a adornar la decisión de mandar a la vicepresidenta del país hasta el otro lado del mundo, como “una alta misión”, el mensaje para la vicepresidenta es claro, “el presidente me quiere lejos”, declaró Verónica Abad en la conferencia de prensa en la que, resignada, acepto el encargo que Daniel Noboa le dio apenas empezar su gobierno, y con quien pese a solicitarlo, no ha podido concertar una reunión.
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El enlace entre la vicepresidenta y el gabinete presidencial de Noboa será la canciller Gabriela Sommerfeld, quien se reunirá con Abad para coordinar “las acciones necesarias para el cumplimiento de tan alta misión”, la cual, fue recibida de manera positiva por las embajadas de Estados Unidos, Israel y Rusia.
El golpe del presidente de Ecuador Daniel Noboa en contra de la vicepresidenta Verónica Abad va más allá que solo enviarla lejos del gobierno, pues aunado a ello, se propone reestructurar la oficina de la vicepresidencia para reducirla a la mínima expresión que le sea posible.
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Para Noboa, lo mejor habría sido que Abad rechazará el encargo de irse hasta Israel como mediadora para la paz e insistiera en quedarse en Ecuador, pues así, habría tenido las bases legales suficientes para despojarla del puesto y enviar a la Asamblea una terna de personas afines a él para el nombramiento de una nueva vicepresidenta.
El deseo no se le hizo, pues con propósito de “garantizar la estabilidad constitucional”, Verónica Abad aceptó irse a Israel a cumplir con el encargo sorpresivo de Noboa, no sin antes advertir que “no los voy a dejar, no abandono el barco, quizás me envían lejos, pero las buenas personas sabemos cómo darle la vuelta a los peores momentos”.
La decisión de mandar a su vicepresidenta hasta el otro lado del mundo, no hace si no confirmar la separación entre Abad y Noboa, la cual se venia haciendo patente desde la segunda vuelta de los comicios electorales que los llevaron al poder.
La separación era patente desde que Abad no fue requerida a los eventos de celebración del triunfo de Noboa, ni siquiera al evento oficial de transmisión de mando o a la fotografía oficial, eventos a los que la misma Aban confirmó no haber sido invitada. “Me hubiese encantado ser parte de esos eventos, pero no fui invitada”, declaró.
La razón de la separación, según cuentas habría sido las negociaciones de la alianza del PID y Mover, partidos que los impulsaron en su campaña para lograr la presidencia y la vicepresidencia; con el partido de Rafael Correa, y cuyo objetivo habría sido elegir autoridades en la Asamblea.
A este desacuerdo entre ambos hay que sumar la incomodidad que representaron algunas de las declaraciones de la vicepresidenta a lo largo de la campaña electoral, entre las que se destacan su propuesta de reducir al Estado, privatizar la salud y la educación, y la de reducir el salario de las madres de familia trabajadoras debido a que trabajan menos por cuidar a sus hijos.
VGB