A partir de este 29 de marzo y por disposición de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ya no se venderá comida chatarra en escuelas de los niveles básico, media superior y superior, por lo que es tiempo de regresar a la dieta de la milpa, basada en el consumo de maíz, calabaza, chile y frijoles.
Alma Delia Jardón Centeno, especialista en Nutrición y Dietética en la Clínica 251 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que esta estrategia federal tendrá resultados a largo plazo, pues el retiro de alimentos ultra procesados debe ser un plan integral, en el que tienen que estar involucrados profesores, alumnos, padres de familia, expertos en nutrición y vendedores de alimentos.
“Pues resultados de lo que se espera en cuestión de prevención sí lo veo como a un largo plazo, pero al final es un inicio del proceso educativo en materia de nutrición, que va a ser el inicio para que de aquí se desencadenen otros cambios en nuestra población en materia de nutrición”, acotó al sumar importancia de que se informe bien a la población sobre dicha estrategia.
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Los alimentos procesados y ultraprocesados son los más dañinos
Los primeros son los que se modifican respecto a su estado natural utilizando procesos de conservación, cocción y fermentación.
“A lo que va un poco más enfocada esta estrategia es a los ultras procesados, los cuales son formulaciones que sí se extraen algunas sustancias a base de alimentos, pero que en su mayor contenido tienen aditivos que van a dar color, sabor, textura y mejor aceptación de los alimentos, estos son los que se quieren quitar porque al final estos alimentos están nutricionalmente desequilibrados”, explicó la especialista del IMSS.
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Esto se refiere, agregó, a que tienen alto contenido en azúcar, grasas saturadas, grasas transgénicas, sodio y por consiguiente carecen de aporte de fibra, proteína, minerales y vitaminas.
Entre los alimentos ultra procesados se citan los chicharrones, las papas fritas, bebidas azucaradas sean gaseosas o no, las leches de sabor, galletas, helados, caramelos, cereales, embutidos y barras energéticas.
“Definitivamente estos alimentos traen una serie de aditivos que están incrementando el riesgo y la prevalencia de obesidad, sobre peso e incrementan el riesgo para la diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares a temprana edad”, añadió la especialista Jardón Centeno.
Entre los alimentos procesados están: panes, quesos, conservas vegetales, “sí llevan un proceso, pero conservan un poco más sus características nutricionales, son menos sintéticos", agregó la experta en nutrición.
¿Cómo puede ser un lunch saludable?
Entre lo que se le puede poner en su mochila al estudiante es fruta de temporada, verdura rallada como es jícama o zanahoria, un sándwich que lleve pollo, de huevo, queso panela, ponerle en lugar de mayonesa aguacate, semillas, cacahuates naturales, almendras o nueces, aunque depende del dinero que tengan los padres de familia.
Y en lugar de leches de sabores, refrescos u otra bebida con altos concentrados de azúcar, se le puede poner al niño o niña agua natural, de frutas y como golosina yogurt natural acompañado con fruta.
¿Qué pasará con los puestos ambulantes afuera de las escuelas?
Desde el punto de vista de Alma Delia Jardón Centeno, especialista en Nutrición y Dietética del IMSS, para evitar que se pierdan empleos, quienes venden de forma ambulante afuera de las escuelas, tienen que convencerse de que vendan verdura rallada o fruta, por ejemplo.
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Agregó que el consumo excesivo de alimentos procesados y ultraprocesados deriva en diabetes y obesidad y éstas a su vez en padecimientos crónico-degenerativos como diabetes, hipertensión, elevación de las grasas no saludables en la sangre, como colesterol y triglicéridos.
“Y eso en su conjunto daños al corazón, que lo más grave infartos a temprana edad, incluso esto se está relacionando mucho con todos los problemas de atención y aprendizaje que hoy vemos en los niños, hiperactividad, déficit de atención, por el tipo de alimentos”, concluyó la especialista del IMSS.