La obesidad infantil representa una bomba de tiempo para la niñez en el estado de Oaxaca. Si no se produce un cambio en los hábitos alimenticios, uno de cada dos niñas y niños nacidos a partir de 2010 desarrollará diabetes en su edad adulta.
Esta advertencia tiene sustento. Datos de la Secretaría de Salud de Oaxaca, obtenidos a partir de la estrategia Salud Escolar, indican que ocho de cada diez niñas, niños y adolescentes consumen refrescos.
“Tenemos serios problemas porque nuestra población está consumiendo menos fruta, verdura, cereales de buena calidad y leguminosas. Esto va unido al alto consumo de algunos alimentos industrializados.
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“En los últimos años se ha cambiado de una alimentación natural a una industrializada llena de azúcar, grasas, sal, además de saborizantes, colorantes y conservadores como en los refrescos, jugos, galletas”, afirma Judith Reyna Arellanes López, responsable de la estrategia de Salud Escolar en la Dirección de Prevención y Promoción de la Salud de la SSO.
Desde el primer año de edad, las infancias tienen contacto con productos ultraprocesados, pues se les ofrecen galletas, jugos o papillas envasadas.
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La especialista en salud señala que la cantidad de azúcar recomendada en un plan de alimentación es de 25 gramos diarios, pero los refrescos y jugos pueden contener entre 60 y 70 gramos, lo que equivale al triple del requerimiento en una sola bebida. El azúcar ingerido se transforma en el organismo y se almacena en los adipocitos, es decir, en las células grasas.
Organizaciones que lideran la campaña “Por una Alimentación Sana y Nutritiva: Oaxaca Sin Chatarra” agregan que actualmente el 25 por ciento de las niñas, niños y adolescentes en Oaxaca vive con obesidad infantil y que el 50 por ciento podría desarrollar diabetes en la vida adulta, lo que significa que pasarán gran parte de su vida con una enfermedad prevenible.
Mauricio del Villar, miembro coordinador de la campaña Oaxaca Sin Chatarra, destaca que, además del daño a la salud, las personas con diabetes pueden llegar a gastar hasta 90 mil pesos anuales en medicamentos.
“El riesgo más grande que vemos es que si esta tendencia no se revierte, el 50 por ciento de la población va a tener diabetes, enfermedad que no solo genera daño físico, también genera una carga emocional y un gasto económico por medicinas y diálisis”.
A pesar de los desafíos, algunas escuelas han sido pioneras en la eliminación de productos chatarra, mientras que otras se suman mediante la implementación de loncheras saludables y cafeterías libres de comida ultraprocesada.
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Las cifras de obesidad infantil en México y Oaxaca
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el segundo país con más adultos obesos y el primero en obesidad infantil. En Oaxaca, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) encontró que el 27.5% de los niños en edad escolar tienen sobrepeso u obesidad.
Este problema es más común en los niños (31.4%) que en las niñas (23.7%). Las áreas de mayor preocupación por la obesidad infantil en Oaxaca son el Istmo de Tehuantepec, la Costa y Tuxtepec.
De acuerdo con cifras de la campaña Oaxaca Sin Chatarra, actualmente, 1 de cada 4 niñas, niños y adolescentes en Oaxaca vive con obesidad infantil, y se estima que el 50% desarrollará diabetes en la adultez, lo que reducirá su esperanza de vida en 4 años.
Las escuelas, que deberían ser un espacio para proteger la salud infantil, están contribuyendo a este problema. 9 de cada 10 escuelas en Oaxaca venden productos chatarra como bebidas azucaradas, golosinas y frituras todos los días.
En cada jornada escolar, los estudiantes consumen 550 calorías solo de estos productos, lo que puede aumentar su peso en 7 kg anuales y generar problemas como bajo rendimiento escolar y enfermedades relacionadas.
A pesar de una regulación que prohíbe estos productos desde hace 14 años, las escuelas no cumplen con esta normativa, violando los derechos de los niños y jóvenes, denuncia la organización.
Preescolar de Oaxaca: más de una década sin comida chatarra
Hace más de una década, la escuela preescolar Josefa Ortiz de Domínguez, ubicada en Zaachila, un municipio zapoteca de Oaxaca, emprendió una cruzada por la alimentación sana y nutritiva.
Eliminar por completo los productos ultraprocesados, con alto contenido calórico y azucarado, los convirtió en pioneros en esta medida, que a partir del 29 de marzo será obligatoria a nivel nacional.
“A raíz de que empezamos con la cultura de consumir frutas y verduras, los estudiantes tienen más vitalidad”, asegura Beatriz Picasso Pérez, coordinadora general de la escuela ubicada en el barrio La Soledad.
En 2013, cuando iniciaron con el proyecto, no tenían una perspectiva clara; simplemente buscaban atender uno de los contenidos de la educación preescolar. Fue entre 2015 y 2016, durante la resistencia pedagógica ante la reforma educativa del gobierno federal de Enrique Peña Nieto, cuando comenzaron a construir sus propios proyectos educativos.
La medida cobró sentido ante el incremento de enfermedades derivadas de una mala alimentación, como la obesidad infantil. La pandemia de Covid-19, que evidenció los riesgos de estas enfermedades, fue el impulso definitivo para consolidarla.
El colectivo de maestras y maestros estableció una serie de estrategias para fomentar el cambio de hábitos en los hogares. Se promovió la implementación de huertos en casa y el rescate de alimentos locales ricos en proteínas.
Lograr una escuela libre de alimentos chatarra no ha sido fácil, pues el camino ha estado lleno de resistencias, aunque cada vez son menores. “Ahora los niños traen loncheras con fruta, verdura, carne y comida balanceada; ya no vemos las galletas, pastelillos ni papitas que antes eran comunes. También han sustituido los refrescos y jugos por agua natural. Esa es la nueva normalidad”.
Actualmente, la escuela forma parte de la campaña “Por una Alimentación Sana y Nutritiva: Oaxaca Sin Chatarra”, impulsada por diversas organizaciones de la sociedad civil. Un mural con imágenes de alimentos y bebidas tradicionales, como el tejate, los nopales y el maíz, recuerda a la comunidad escolar la importancia de su consumo.
Para garantizar que estas medidas perduren, cada ciclo escolar, las madres y padres de familia firman una carta compromiso en la que se comprometen a enviar alimentos nutritivos a sus hijos.
Escuelas alistan reglamentos para restringir comida chatarra
Las escuelas públicas y privadas de Oaxaca se preparan para implementar reglamentos que restrinjan el acceso a productos chatarra en sus instalaciones, en cumplimiento con los lineamientos de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
A través de circulares, madres y padres de familia han sido informados sobre las nuevas medidas que se aplicarán en cafeterías y cooperativas escolares. Entre ellas destaca la eliminación de bebidas azucaradas y productos ultraprocesados, como refrescos, leches saborizadas, cereales con sellos de advertencia, chocolates, bombones y cacahuates.
En los espacios donde se venden alimentos preparados, también se ha establecido la reducción del uso de sal y azúcar en las comidas y aguas frescas, fomentando opciones más saludables.
Para las escuelas que no cuentan con cafeterías ni cooperativas, se ha indicado que los estudiantes deberán llevar diariamente una lonchera saludable con frutas, vegetales, carbohidratos, grasas saludables, lácteos, frutos secos y proteínas, en porciones adecuadas a su edad. También se recomienda llevar agua natural o de frutas sin azúcar y procurar que los alimentos preparados en casa sigan las recomendaciones del Plato del Bien Comer y la Jarra del Buen Beber.
Las familias han sido exhortadas a supervisar y fomentar desde casa que los estudiantes no lleven dulces, galletas, chocolates, refrescos, jugos procesados ni otros productos sin valor nutricional.
Además, en convivios, celebraciones y eventos escolares solo se permitirá el consumo de alimentos balanceados, prohibiendo productos como pizza, jugos en caja, refrescos y botanas con sellos de advertencia.
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Estas disposiciones entrarán en vigor el próximo 29 de marzo, aunque su implementación efectiva comenzará el lunes 31. Quienes incumplan la normativa estarán sujetos a sanciones económicas.