La Fiscalía General de Justicia de la CDMX informó que mantiene un total de 19 investigaciones por presuntas amenazas contra planteles de la UNAM, las cuales fueron presentadas por representantes legales, alumnos y docentes de la institución.
Mediante un comunicado de prensa la dependencia informó "mantiene coordinación permanente con autoridades universitarias y de seguridad para garantizar la atención de todas las denuncias y evitar que mensajes intimidatorios o falsos generen alarma en la comunidad universitaria".
Además informó que con apoyo de la Policía Cibernética, elementos de la Policía de Investigación (PDI) realizan un análisis técnico de los mensajes y rastrean las cuentas desde las que fueron emitidos dichos mensajes.
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Por último, confirmó lo informado por la UNAM la mañana de este martes, acerca de que ya se han identificado a los probables responsables y continúan las diligencias para determinar su participación en los hechos.
Fiscalía CDMX identifica a dos sujetos responsables de amenazas en la UNAM
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que, como resultado de las investigaciones derivadas de las denuncias presentadas ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la Policía Cibernética, se ha identificado a por lo menos dos personas presuntamente responsables de difundir falsas amenazas de bomba en instalaciones universitarias y contra integrantes de nuestra comunidad, a través de medios digitales.
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Se les ha citado a declarar para proceder conforme a derecho.
“La Universidad de la nación reitera su compromiso con la seguridad de su comunidad y con el desarrollo pleno de las actividades académicas, por lo que continuará colaborando con las autoridades para evitar la propagación de información falsa, mentiras y versiones malintencionadas que buscan generar alarma e interrumpir las labores académicas”, indicó la universidad en un comunicado.
El caso Lex Ashton
El 22 de septiembre de 2025, en el CCH Sur, un estudiante de 19 años identificado como Lex Ashton “N” ingresó al plantel con arma blanca y asesinó a un compañero de 16 años llamado Jesús Israel. También lesionó a un trabajador que intentó intervenir.
Después del ataque, Ashton intentó suicidarse lanzándose desde un edificio dentro del plantel, lo que le dejó fracturas y lo mantiene hospitalizado bajo custodia.
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La Fiscalía de la Ciudad de México solicitó una orden de aprehensión por homicidio calificado y lesiones dolosas contra él.
En diversas informaciones se apunta que Ashton estaba influido por comunidades extremistas en línea —como foros “incel”— y habría manifestado intenciones de matar a más compañeros.
Su perfil en redes mostraba imágenes que coincidían con vestimenta y armas usadas en el ataque: guadaña, cuchillos, spray pimienta, entre otros.
Este incidente, sin precedentes en un plantel de bachillerato de la UNAM, detonó una respuesta de alarma general dentro de la comunidad universitaria: tanto estudiantes como autoridades comenzaron a denunciar múltiples amenazas, paros y suspensión de clases.
Ola de amenazas digitales, paros y cierres de planteles
Tras el suceso en CCH Sur, se observó un efecto dominó de inseguridad:
- Se reportaron amenazas de bomba y mensajes violentos anónimos en múltiples facultades, escuelas preparatorias y CCH.
- Por ejemplo, la Facultad de Química recibió correos con amenazas de atentado.
- Varios planteles de nivel medio superior, como Prepa 6, y facultades como Ciencias Políticas, también han reportado amenazas o activado medidas de seguridad.
- En consecuencia, al menos 17 planteles suspendieron actividades presenciales o pasaron a modalidad en línea.
- Se han presentado denuncias formales por amenazas falsas ante la Fiscalía CDMX y la Policía Cibernética.
- La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el Gabinete de Seguridad se involucra para apoyar las investigaciones contra quienes difunden esas amenazas digitales.
Consecuencias institucionales y reacciones
El rector Leonardo Lomelí ha reconocido que el ataque en CCH Sur generó “temor e incertidumbre” entre la comunidad universitaria.
La percepción entre estudiantes, padres y docentes es que la seguridad interna de la universidad no estaba preparada para un episodio de violencia tan directo dentro de un campus de bachillerato. Falta de filtros, accesos vulnerables, carencia de protocolos eficaces.
También se detectó la aparición de grupos apoyando la figura de Ashton en redes sociales, lo que ha generado preocupación por posibles polarizaciones o exaltaciones del autor del crimen.
Las demandas urgentes de la comunidad incluyen: controles de acceso estrictos, credencialización, fortalecimiento de vigilancia, programas de salud mental, protocolos frente a amenazas digitales y mecanismos reales de respuesta rápida ante emergencias.