La instalación de una ciclovía en avenida Insurgentes redujo 51% los hechos de tránsito en ese corredor entre 2016 y 2023, según un análisis con datos del C5 de la Ciudad de México. En el mismo periodo, los siniestros viales aumentaron 6% en el resto de la capital. Es la única vialidad principal donde la reducción se mantuvo después de la pandemia y tras el fracaso de otras políticas de control, como las fotocívicas.
El estudio, elaborado por el especialista en movilidad Francisco Soní, documenta que los choques con lesionados; es decir, los hechos viales graves, bajaron 9% en el tramo con ciclovía, mientras que subieron 36% en el resto de la ciudad y 43% en las vías primarias. Además, desde su instalación no se ha registrado ningún incidente con ciclistas, pese a que en toda la capital este tipo de accidentes se multiplicó por 19.
“En Insurgentes el número total de hechos viales cayó a la mitad y la reducción se mantuvo en el tiempo. En el resto de la ciudad, los accidentes volvieron a los niveles prepandemia o incluso los superaron. La diferencia es la ciclovía”, explicó Soní en entrevista con La Silla Rota.
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Un descenso que ninguna otra avenida logró
El documento Accidentalidad en Insurgentes y CDMX (2016-2023) comparó tres tramos de la avenida: el que cuenta con ciclovía, los dos segmentos sin ella y el comportamiento general de otras vías como Calzada de Tlalpan y San Antonio Abad.
Los resultados muestran que, mientras el tramo con ciclovía promedió 3.9 incidentes viales por kilómetro al mes en 2023, las secciones sin ciclovía mantuvieron entre 7 y 7.3 incidentes, niveles casi idénticos a los de la prepandemia.
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La reducción sostenida comenzó en 2019, tras la introducción de las fotocívicas y la limitación de velocidad a 50 kilómetros por hora, pero solo se consolidó con la construcción de la ciclovía, primero temporal en 2020 y luego permanente en 2022.
“Las fotocívicas pudieron influir al principio, pero su efecto no fue permanente. En Insurgentes hubo otra intervención que sí consolidó la baja de accidentes que es la ciclovía y la reducción de velocidad”, señala Soní.
Mil accidentes menos cada año
El modelo elaborado con los datos oficiales estima que la infraestructura ciclista previene alrededor de mil hechos viales al año, incluidos 400 choques con lesionados, 250 que involucran motociclistas y entre 20 y 40 con ciclistas. Cada accidente evitado significa también entre siete y 15 minutos menos de retraso para los automovilistas que circulan por la vía.
A diferencia del discurso de que “se perdió un carril”, Soní subraya que la intervención ha hecho de Insurgentes un corredor más eficiente. “El número de choques graves disminuyó y, por tanto, hay menos interrupciones del tráfico y menos víctimas”.
Tlalpan, el siguiente caso de prueba
Actualmente, el gobierno de la Ciudad de México construye la Ciclovía Gran Tenochtitlan sobre Calzada de Tlalpan y San Antonio Abad, un tramo de casi 16 kilómetros entre Tlaxcoaque y el Estadio Azteca.
Según el análisis, Tlalpan e Insurgentes tenían antes de 2019 niveles de accidentalidad idénticos, con entre 6 y 7 hechos viales por kilómetro al año, lo que convierte a Tlalpan en un laboratorio natural para replicar la experiencia.
Si se aplican las mismas condiciones -ciclovía segregada y velocidad máxima de 50 km/h-, el estudio prevé una reducción de 400 accidentes anuales, lo que equivaldría a un accidente menos por día.
“El comportamiento previo de Tlalpan es casi igual al de Insurgentes antes de la ciclovía. Con la misma intervención, el resultado debería ser similar”, afirma el investigador.
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Un problema de salud pública silencioso
Los siniestros de tránsito son la principal causa de muerte en niñas y niños y la segunda entre jóvenes en México. Cada año mueren entre 16 mil y 17 mil personas por esta causa, cifras comparables a las de la violencia criminal, aunque con menos visibilidad.
“Estamos hablando de un problema de salud pública. Las ciclovías, cuando se acompañan de reducción de velocidad, demuestran ser una política efectiva para prevenir muertes y discapacidades”, concluye Soní.
VGB