SUCESIÓN EN LA UNAM

Violencia de género, inseguridad y salud mental, los pendientes en la UNAM: Leonardo Lomelí

El secretario general de la UNAM destaca que debe priorizarse la atención a la salud física y mental de los alumnos, para lo que propone la creación de una dirección general

El secretario general de la UNAM destaca que debe priorizarse la atención a la salud física y mental de los alumnos, para lo que propone la creación de una dirección general
Leonardo Lomelí Vanegas.El secretario general de la UNAM destaca que debe priorizarse la atención a la salud física y mental de los alumnos, para lo que propone la creación de una dirección generalCréditos: CUARTOSCURO
Escrito en METRÓPOLI el

El secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí, está satisfecho de sus ocho años de secretario general, y ahora aspira a convertirse en el sucesor de Enrique Graue, a quien ha acompañado durante ese lapso. Esa experiencia le da un plus en sus aspiraciones, afirma.

“Tengo una visión de conjunto de la universidad, sería muy ambicioso decir que la conozco a la perfección porque nunca se le termina de conocer y hay que tener la humildad de recorrerla todos los días para conocer sus problemas y la opinión de su comunidad, pero tengo una visión de conjunto de sus problemas y una visión de hacia dónde hay que dirigirla en los próximos años”, expresó el egresado de la Facultad de Economía.

Entrevistado en el piso 7 de la Torre de Rectoría, Leonardo Lomelí asegura estar satisfecho de su labor y ve a la UNAM bien, rankeada entre las primeras 100 del mundo. Sin embargo, como conocedor de las entrañas de la Máxima casa de estudios, describe los problemas que hay que atender, como son la seguridad de los alumnos, la atención a la salud física y mental - para cuya atención propone incluso la creación de una dirección general- y reducir la brecha de desigualdad que hay entre algunas áreas, así como el combate a la violencia de género.

Sobre esto último, reconoce que las expresiones de inconformidad de estudiantes de distintos planteles por casos de abuso, acoso sexual o violaciones, fue el momento más duro que le tocó vivir en estos ocho años.

“Sin duda las crisis que hemos tenido con la emergencia del reclamo feminista, por lo demás justificado cuando la muerte de Lesvy Berlín Osorio en el campus de CU-, cuando la agresión de porros alumnos del CCH Azcapotzalco, fueron momentos de mucha impotencia pero que al mismo tiempo nos llevaron a tomar medidas para evitar que estos hechos se repitan. En ese sentido nos sirvieron para crecer como universidad y como comunidad y para mí fue un honor participar de este esfuerzo por hacer de esta universidad una mucho más segura”.

Respecto a qué lo motiva a buscar ser designado rector por la Junta de Gobierno, Leonardo Lomelí comparte que es por estar él y su mamá vinculados a la UNAM.

“Me motiva el hecho de que desde hace muchos años he estado vinculado a la universidad. Mi madre fue maestra de la universidad de la Escuela Nacional Preparatoria y desde niño yo la acompañaba a la prepa 9”.

“Yo ingresé como estudiante de la Preparatoria 9. Fui alumno de la Facultad de Economía en licenciatura, estudié una segunda carrera en la Facultad de Filosofía y Letras, la licenciatura en historia e hice mis posgrados aquí”, añade el también maestro y doctor.

“Me incorporé como ayudante de profesor, después como profesor de asignatura, más tarde como profesor de tiempo completo en la Facultad de Economía. He dado clase en la Facultad de Filosofía y Letras, entonces mi vida ha girado en torno a la universidad y me he convencido a lo largo de estas décadas de la centralidad de la universidad en la vida del país, en impulsar su desarrollo en todos los ámbitos, en el económico, el social y el cultural de manera relevante".

“Por eso quiero poner al servicio de mi universidad una experiencia que he acumulado como estudiante, profesor, director, que es una forma de autoridad universitaria y como funcionario en la Secretaría General”, añade.

“Estamos bien, pero hay problemas que atender”

Leonardo Lomelí es un funcionario de pocos gestos, pero amable, que suele responder de manera concisa. Se le pregunta cuáles son sus funciones como Secretario General.

“La más importante es coordinar el subsistema de la docencia, entendida como la facultades y escuelas de la Universidad, la educación abierta y a distancia a través de la Coordinación de Universidad Abierta y Educación, Innovación Educativa y Educación a Distancia y el postgrado. También tengo una visión de la investigación en sus dos sistemas, la científica y la de las humanidades, de difusión cultural".

“Represento a la universidad por encargo del rector en reuniones con otras instituciones académicas del país, con la SEP, con el Consejo Nacional de Humanidades Ciencia y Tecnología (Conahcyt). En consecuencia, tengo una visión de cuáles son los principales problemas que enfrentan las tres funciones sustantivas: la docencia en primer lugar porque es lo que me toca más directamente pero también la investigación y la difusión cultural y la extensión académica”, enlista.

¿Cuál es su diagnóstico de la UNAM, qué urge atender, cuáles son sus fortalezas y debilidades de la universidad?

Estamos bien. En términos generales hemos avanzado en los rankings académicos, lo cual revela que se han hecho bien las cosas, pero tenemos que atender varios problemas que atañen directamente a la comunidad, a su seguridad, a su salud física y emocional. Tenemos que reducir las brechas que separan a las entidades académicas que han recibido más apoyos frente a otras que han hecho un gran esfuerzo para aumentar la matrícula, que cuentan con menos recursos, como son el caso de la Facultad de Estudios Superiores y del bachillerato y en particular el CCH.

“Tenemos que cerrar brechas, o sea que el costo por alumno no se dispare entre unas entidades y otras, que tratemos, en la medida en la que tenemos recursos cada vez más escasos, distribuirlos de la mejor manera para que de esta forma la universidad tenga la conciencia de que contribuye también a erradicar las desigualdades”.

“Tenemos que enfrentar los desafíos que nos plantea el avance del conocimiento. Estamos en una sociedad en donde el crecimiento económico, el desarrollo en su sentido más amplio no solamente entendido como crecimiento, sino como una mejora de las condiciones de vida, depende cada vez más de que se aproveche de mejor manera el conocimiento. En ese sentido la universidad puede apoyar de muchas maneras al desarrollo del país”.

Aumentan problemas de salud mental

 Hace rato mencionó que uno de los temas en la universidad es ver la salud física y emocional de los alumnos, ¿a qué se refiere? ¿Esto está relacionado con el tema de la pandemia de la covid-19?

Ya venía observándose en el examen médico automatizado. Nos da una idea de cómo vienen los alumnos. Veíamos que iban en aumento los problemas de salud mental y emocional, pero sin duda en la pandemia los exacerbamos. El confinamiento nos afectó a todos, no solo a los alumnos, a la comunidad académica, al personal administrativo. No me cabe la menor duda de que el segmento más vulnerable es el alumnado y eso se vio claramente, entonces hay que entender que el apoyo emocional y la asistencia psicológica no son un problema coyuntural, llegaron para quedarse.

“En consecuencia, los programas que hemos instrumentado para atender estos temas se tienen que institucionalizar. No es algo que responda a una situación excepcional, es algo que debe ser parte de la oferta de servicios que ofrece la universidad y en consecuencia sí tenemos que pensar en la mejor forma de darle una institucionalidad, crear una dirección general que atienda específicamente estos temas".

“Tradicionalmente se había hecho a través de las áreas que ya existen. Es un tema lo suficientemente relevante como para meditar que se creen plazas para psicólogos y psicólogas que atienden estos problemas y se cree una coordinación que organice estos esfuerzos”.

¿Es parte de su proyecto?

Sí.

Falta mucho por hacer en combate a violencia de género

Hay un tema que quizá les estalló, si se pudiera decir así al rectorado del doctor Graue del cual además usted lleva acompañándolo de estos dos cuatrienios, es el tema de la violencia de género. ¿Está usted conforme con lo que se hizo o qué haría incluso para mejorar la atención de este tema en el cual se cruzan varios asuntos como el de que han sido pocos los sancionados?

Se respondió con oportunidad, haciendo cambios normativos y reformando la Defensoría de los Derechos Universitarios para que además de proteger los derechos universitarios, también incluya entre sus objetivos prioritarios la igualdad de género y la atención a la violencia de género. Falta todavía mucho por hacer, hay que ampliar la capacidad de la Defensoría, hay quejas de que sus oficinas no son suficientes para atender las distintas denuncias que se presentan.

“Hay que seguir actualizando y revisando la legislación para eliminar cualquier sesgo de género que haya ahí, pero una perspectiva de más largo plazo en la erradicación de la violencia de género sólo se alcanza con un cambio cultural. Este cambio cultural pasa en el corto plazo por cursos que nos tienen que dar a todos. Yo como miembro de la Administración Central de la Universidad he tomado cursos junto con directores y facultades, escuelas, institutos y centros. Hay que darlos a los funcionarios, a los profesores, al personal administrativo".

“En el largo plazo también pasa porque los estudiantes tomen conciencia de dos cosas, que la igualdad de género debe de ser una característica fundamental en nuestra sociedad y de la universidad y que erradiquen conductas de violencia de género de la que a veces no son conscientes. Lo han ido viendo como a una práctica normal a lo largo de los años. Tienen que concientizarse y asumir que es una violencia, ver en qué consiste y cómo se debe de erradicar”.

Para ello propone meter la perspectiva de género en los planes y programas de estudio. Reconoce que no es un problema resuelto. “Nos falta mucho por hacer y tenemos que entender que es una prioridad de la próxima rectoría de la Universidad”.

“La UNAM no se ha derechizado”

Cuéntenos, cómo ve esta relación que ha habido con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha lanzado críticas a la UNAM, que sí se ha derechizado. ¿Le ha afectado a la UNAM?

Bueno, es una crítica que, por supuesto preocupa, dado que viene del presidente. Yo creo que la universidad como tal no se ha derechizado. Alberga muchas opiniones tanto de izquierda como de derecha. Sigo teniendo la percepción de que prevalece en al menos las facultades del área de las ciencias sociales, de los institutos en el área de las ciencias sociales, las opiniones de izquierda, pero es muy saludable que se expresen todas las opiniones.

“Es importante que hagamos un esfuerzo por difundir lo que hacemos para contrarrestar estas opiniones. Lo he sostenido en varias ocasiones, es probable que el presidente esté mal informado, que tenga una visión parcial de lo que se hace en la universidad, pero hay que atender sus críticas también como de alguien egresado de la UNAM y replicarle de la mejor forma. No en afán de confrontar, sino de explicar mejor lo que hacemos e insistir en que es una universidad muy plural que atiende los problemas del país y que es deseable, es una necesidad de la institución que aquí haya una pluralidad que abarca todas las posiciones del espectro ideológico”.

Hemos tenido decremento en los recursos

El tema de los recursos, ¿qué se puede hacer, además de esperar cada año? ¿Qué nos puede decir además del crecimiento de matrícula y los salarios de los profesores de asignatura?

La universidad no puede crecer indefinidamente, ha hecho un esfuerzo importante en los últimos años de 2001 a 2023, hemos crecido la matrícula en alrededor de 55% pero esto ha implicado llevar muchas veces al límite los grupos en ciertas entidades académicas, en facultades y escuelas que están saturadas y es algo que no puede continuar indefinidamente, tenemos que construir más escuelas y contratar a más maestros si queremos que crezca la matrícula.

“No sé si podemos seguir creciendo, si no, hay que hacerlo con mucho cuidado y la principal opción sería apoyar el crecimiento de otras instituciones. Lo hemos hecho en el pasado, en los años 70 la universidad apoyó la creación de la Universidad Autónoma Metropolitana. El gobierno federal debe de enfocar sus recursos a crear otras instituciones y a reforzar a las universidades estatales que ya existen, que tienen una parte importante de la demanda".

“Nuestra universidad ha hecho un esfuerzo importante aun cuando no siempre hemos tenido un aumento en el presupuesto que nos apoye para hacerlo. Sí tuvimos un crecimiento en los recursos en unos años de este siglo, pero de los últimos años podría decir que hemos tenido un decremento del 4.7% en términos reales, porque aun cuando el gobierno federal ha cumplido con darnos el mismo presupuesto más de inflación que es la oferta que ha hecho, siempre el cálculo es con base en la inflación esperada, no en la inflación que realmente ocurre pues ha sido más alta en los últimos años”, afirma.

“Aun así no nos ha ido del todo mal, pero la inflación pues sí ha sido alta y la matrícula sin embargo ha seguido creciendo en estos últimos años, en más del 7 por ciento en el rectorado del doctor Graue. Para seguir creciendo sí necesitaríamos un aumento en el presupuesto”.

Ofrece políticas específicas para personal de asignatura

Respecto al personal de asignatura, sus bajos salarios y condiciones laborales desfavorables, reconoce que sí hay una problemática que hay que atender. Recuerda que en su origen fue concebido como los profesionales que tenían su principal fuente de ingreso en otra actividad y que daban algunas horas de clase, uno a dos o grupos en la universidad y en consecuencia lo hacían más tiempo para retribuir a la universidad lo que habían recibido de ella.

“Hoy tenemos un segmento muy importante de profesores que su principal interés es la docencia. Muchos de ellos seguramente hubieran querido ser profesores de tiempo completo, no tuvieron la oportunidad porque en ese momento no había las plazas y en consecuencia se han ido acumulando horas y entonces hay que diseñar políticas específicas para ellos".

“Una buena opción son los medios tiempos que ya se ensayaron en el bachillerato y se podrían ensayar en la licenciatura. Lo que sí es un hecho es que, aunque se ha hecho un esfuerzo para aumentar la remuneración por la vía de los estímulos, el sueldo base sigue siendo muy bajo. Eso es una consecuencia de las políticas y ajuste que vienen de los años ochenta, de los topes salariales que se han ido instrumentando y dado que el actual gobierno federal ha sido bastante eficaz en aumentar el salario mínimo, podríamos lograr una buena negociación para aumentar el sueldo base de estos profesores de asignatura”.

Añade que se podría diseñar una política para darles estabilidad laboral, simplificar los procedimientos para que presenten sus concursos de oposición y tengan la definitividad en consecuencia, que puedan saber que ya son definitivos en las horas que dan.

¿Eso pasaría o más bien lo podría hacer la UNAM por su propia cuenta o tendría que pedirle al gobierno alguna colaboración?

La estabilidad laboral la puede hacer por su cuenta la universidad, la retabulación sí tenemos que pedir el apoyo del gobierno

¿Lo han planteado?

No hasta donde yo sé, pero yo haría el planteamiento.

Hay aspirantes que ofrecen dar más becas a estudiantes por la situación complicada para muchos de ellos, ¿es viable esto, usted que es secretario como lo ve?

Hemos ampliado en este periodo el número de becas.  Para poderlas aumentar necesitamos que el gobierno pudiera apoyarnos con las Elisa Acuña que fueron las que este año no tuvimos acceso en licenciatura. El gobierno federal históricamente nos había venido apoyando con la mitad de las becas Elisa Acuña por fuera del presupuesto. La universidad con recursos propios ha venido aumentando año con año las becas y podríamos seguirlas aumentando.

“En este año estamos dando 270 mil becas y apoyos para un universo de 380 mil estudiantes, entonces si contáramos con el apoyo del gobierno federal en estas becas, podríamos seguir ampliándolas y que las más importantes, porque van focalizadas a los estudiantes con más problemas, son las becas a grupos vulnerables, que se financian con recursos del programa de vinculación con los egresados de la universidad”.

¿Le pegó a la UNAM esta relación ríspida que ha habido con el presidente? ¿Impactó en esto del del tema de las becas?

Yo creo que no fue consecuencia de ello. No solo nos afecta a nosotros, sino a todas las universidades. Más bien hubo la política de direccionarlas al nivel básico, se las quitaron a todas las universidades, no solo a nosotros. Yo haría un esfuerzo por explicarle si fuera necesario al presidente, pero perfectamente se puede hacer con la Secretaría de Educación y con la Secretaría de Hacienda, por qué es importante conservar estas becas, no solo para nosotros, sino para el conjunto de las universidades públicas. Porque hay que entender que hay que apoyar la educación y no solo a la universidad nacional. Qué bueno que nos apoyen a nosotros, pero también es importante que lo hagan con las demás universidades públicas del país.

Aragón y Cuautitlán, con entornos complicados

El tema de la seguridad, ¿Cómo está en la UNAM? Hay gente que dice que CU está muy bien pero que, en algunas escuelas, facultades como Aragón no es tan buena, ¿Qué han detectado?

El problema que tenemos es que vivimos en una oleada de inseguridad en el país, entonces para ser un campus abierto Ciudad Universitaria, es bastante seguro en términos relativos. Lo mismo pasa con las facultades de estudios superiores, con Aragón, con Acatlán, pero sus entornos son complicados. Hemos tenido el apoyo de los gobiernos municipales y en el caso de Aragón, de Acatlán, de Iztacala, de Cuautitlán del gobierno estatal también.

“Pero necesitamos periódicamente intercambiar información. Cuando descubrimos que hay brotes de violencia, de inseguridad, pedimos más presencia policiaca y negociar nuevos senderos seguros. No es una situación fácil. Estamos permanentemente ocupados en ello, hemos tenido una buena comunicación con el gobierno capitalino, con el del Estado de México que son las entidades donde están la mayor parte de nuestras facultades y escuelas".

“También nos preocupa la seguridad en León, en Morelia, en Mérida, en Juriquilla y también tenemos escuelas e investigadores, campos de investigación en Morelos, un campo de investigación y alumnos en algunos institutos es un esfuerzo continuo. Podemos responsabilizarnos de la seguridad hacia adentro, pero hacia afuera debemos tener una colaboración continua con los distintos niveles de gobierno. En lo general hemos tenido mucho apoyo de ellos, pero debemos tener una comunicación permanente porque siempre hay algún problema que nos puede descomponer el cuadro”, reconoce.

¿Apoya a usted la idea de abrir el proceso de designación de Rector, que no solo sea la Junta de Gobierno la que decida, sino que sean órganos colegiados? ¿Hasta dónde debe llegar esta apertura, porque también hay gente que pide que sea la comunidad?

Yo lo pondría al revés. Debe de seguir siendo la Junta de Gobierno la que decida, pero abriendo el proceso para conocer la opinión de la comunidad, consultando los cuerpos colegiados, cosa que ya hizo en este proceso y auscultando de la manera más amplia posible a la comunidad para tomar en cuenta todos los puntos de vista, que la decisión que tome la Junta refleje una opinión más amplia de la comunidad. Es un buen canal, una gran innovación que se hizo en 1945.

“Veníamos una crisis en la cual el Consejo Universitario decidía quién iba a ser el rector, tuvo una división, se partió, hubo dos rectores, violencia, incluso muertos y en consecuencia el mecanismo que se decidió fue el más afortunado, vista también la experiencia de otras universidades que habiendo optado por elegir directamente al rector ya lo abandonaron porque se prestaba a muchas interferencias. Que sea la Junta, pero con un ejercicio amplio de consulta a la comunidad".

“El hecho de que haya sacado antes la convocatoria, que se haya reunido con cuerpos colegiados, que esté yendo a las a todas las entidades y que no sea nada más en CU nos da la pauta para ampliar la participación. Lo importante es que la Junta pueda realmente palpar el sentir de la comunidad y con base en eso tomen la mejor decisión”.

¿Qué fue lo mejor de estos ocho años?

Lo mejor ha sido servir a mi universidad. Me siento muy satisfecho cuando veo los avances que han logrado muchas facultades, escuelas, institutos, centros, el avance que hemos tenido en el reconocimiento internacional. Los rankings no son la única medida del desempeño de la universidad, pero sin duda son una medición externa que algo refleja y el avance es un reconocimiento al conjunto de la comunidad.