La familia Aguilar Funes tuvo la peor noticia cuando acudieron a buscar la tumba de su papá para celebrar el Día del Padre, en el lugar ya había sido sepultada otra persona y a la fecha, los familiares no saben qué ocurrió con los restos de su ser amado.
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El señor Guillermo Aguilar fue sepultado en el Panteón San José de la alcaldía Iztacalco en noviembre de 2017, bajo el contrato de permanecer sepultado por siete años en ese lugar.
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El Día del Padre del 2022, dos años antes de vencer la temporalidad acordada vía contrato, Adriana Aguilar Funes, hija de don Guillermo, acudió para conmemorar la vida de su padre y ponerse al corriente con los pagos por los servicios en el panteón San José.
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Sin embargo, lo que la mujer encontró fue una nueva sepultura con otra persona dentro. Desde ese día ella y su hermana, Elisa, no han sabido que ocurrió con los restos de su papá.
“Este junio de 2023 mi hermana acudió al panteón con la intención de ponerse al corriente en su pago y después a visitar la tumba así que pasó a la oficina, le indicaron que no había problema en el retraso de un pago y que todo estaba bien. Se encaminó a la tumba, no la encontró y empezó a dar vueltas, no encontraba la tumba hasta que tuvo que aceptar que la lápida nueva que encontró de concreto y loza era el lugar donde estaba mi papá”, explica sobre el caso, Elisa Aguilar Funes, una de las dos hijas del señor Guillermo Aguilar.
A partir de ese momento, las hijas del señor Guillermo han emprendido una batalla legal para que las personas responsables del Panteón San José y de los cementerios de la Ciudad de México asuman su responsabilidad en este acto y saber dónde están los restos de su padre.
“Mi hermana empezó a pedir cuentas al panteón, esto tomó dos semanas en las que empezamos a ir a pedir explicaciones y no nos las dieron y a partir del día 8 de julio puso una denuncia en el Ministerio Público para saber qué pasó con los restos de mi papá”, explica Elisa.
El delito que las hermanas Aguilar Funes están denunciado es la profanación de una tumba, ya que de acuerdo con la Ley General de Salud, lo cuerpos que han sido sepultados deben ser exhumados un mínimo de siete años después de haber sido enterrados y cualquier exhumación previa debe ser avisada a autoridades.
“En este caso no hay ningún documento que registre que se hizo eso con mi papá además de que los restos desaparecieron en 2022, esto nos consta ya que la tumba nueva es de junio de 2022, es decir, mi hermana fue por última vez a encontrarla ese año un poquito antes y enseguida deben haberlo profanado”.
Autoridades del Panteón San José alegan que ellos no tienen conocimiento ni responsabilidad ya que llegaron este año a la administración, en sustitución del equipo anterior.
En su investigación, las hermanas encontraron referencias de que en el Panteón San José se permitía la venta de osamentas.
“En esa gestión de Juan Caballero Velázquez habían estado entrando tanto persona ajenas al panteón de noche y de día que hacían ritos sacrílegos, ritos quién sabe con qué y se sabía que vendían y se beneficiaban del cobro de la entrada al panteón y que vendían cuerpos, probablemente a estudiantes de medicina pero que también para actos sacrílegos”.
Elisa pide que se haga justicia en el caso de su padre, ya que podría no ser el único registrado en ese cementerio.
“Nos gustaría que otras personas si son víctimas se comuniquen con nosotras para ganar mayor peso, que los procesos se lleven a término, que la gente que está a cargo se responsabilice. Primero encontrar a mi papá; segundo, que nos digan qué pasó y tercero que se ejerza la justicia”.
La situación para la familia Aguilar Funes ha sido desgastante, revivir el dolor de la ausencia y muerte del señor Guillermo.
“Esto que nos está pasando es revivir el duelo, o sea, no estamos tranquilas, ha sido tema de llorar, de deprimirnos otra vez, es eso, justo eso, como volver a pasar por algo que ya no teníamos que haber sentido”.
VGB