León-. Cada sepulcro, cada tumba, es la historia de una persona, de una vida que dejó de existir, sin embargo, algunos son lugares grandes, construidos para alojar familias completas, para estar juntos al final de la vida.
Con el paso del tiempo quizá las familias se olvidaron de sus seres queridos o las familias quizá cambiaron los restos de sus familiares a otro panteón, por lo que quedan mausoleos en completa soledad que solo pasan a formar parte del camposanto.
Un mausoleo del panteón San Sebastián llama la atención por su arquitectura triangular, una construcción grande que se distingue a la entrada del camposanto. “Ya es un lugar abandonado, ya no hay cuerpos adentro, ya no hay muertos, y quedó aquí abandonado” explicó una empleada de limpieza.
El mausoleo mantiene su elegancia, su forma, y las rendijas con formas geométricas de la puerta, si se observa con atención la cerámica de su baldosa era azul o de diferentes tonalidades de color azul, la luz del sol le hizo perder su color original.
Llama la atención una lona que parece que se colgó ahí desde hace ya tiempo, con la leyenda: “Se vende”, en el lugar existen otros mausoleos, pero no están a la venta, algunos ya son antiguos y de cantera, pero son lugares limpios.
El único Mausoleo que está en venta está en el abandono, y es un lugar que fue ocupado por la familia Junquera Preciado, ahí la naturaleza crece a su alrededor, debajo, en una esquina, en su base ha crecido un huizache, pero ahora es un inmueble abandonado a la espera de alguien más.