TOPILEJO

Topilejo: de Bosque de Palos a bosque talado

Uno de los problemas que enfrenta el pueblo es el cambio de uso de suelo, pues aunque es una combinación de ejidal y comunal, vive una lotificación que está acabando con el suelo de conservación o áreas agrícolas

Topilejo: de Bosque de Palos a bosque talado
Topilejo: de Bosque de Palos a bosque taladoCréditos: Especial
Escrito en METRÓPOLI el

“Acaban de matar a otros dos apenas en la semana”, cuenta la señora que vende elotes en uno de los mercados de la alcaldía Benito Juárez. Lo dice mientras le unta mayonesa a uno de Cacahuazintle, ejemplares que se dan muy bien en Topilejo.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO 

“Lo mataron apenas ayer y hace unos días a su hermano”, continúa su relato. Es sábado 9 de septiembre cuando ella cuenta lo que pasa en su pueblo, Topilejo.

“Eran de esos jóvenes que informan y vigilan y van en sus motos y estaban en una banda”, añade la señora, que mientras platica ya tiene una pequeña fila de otros clientes para pedirle elotes y otras delicias que trae desde Topilejo, pueblo originario de Tlalpan.

Ella es de allá. Pide que no se revele su nombre, por cuestiones de seguridad.

Dice que a partir de la pandemia de la covid-19, comenzó a gestarse una ola de violencia. Pero ya desde antes había comenzado a llegar gente de otros lados, cree que por lo del sismo de 2017. También comenzó a ver que aumentó la tala de bosques y que algunos ejidatarios comenzaron a vender terrenos y ahora en lugar de cosechar elotes o tener árboles, hay casas que además son irregulares, pues quienes vendieron lo hicieron sin permiso del pueblo.

San Miguel Topilejo es uno de los 12 pueblos originarios de Tlalpan, significa lugar con abundancia de palos, por los árboles que tiene o tenía, ya que debido a la tala clandestina, el pueblo ha comenzado a tener cambios y registrado la llegada de grupos delincuenciales, que ha dejado una huella de violencia que ha llegado a ser reflejada en los medios de comunicación nacionales.

De fiesta a luto

Era la noche del 15 de mayo. El pueblo celebraba su fiesta patronal, con baile en la plaza principal. Sonaba la música de un grupo cuando se escucharon detonaciones, entonces los músicos dejaron de tocar para escuchar mejor. Nuevamente se escucharon más detonaciones. Era una balacera y apenas se confirmó que eran balazos los asistentes pasaron de bailar a correr pavoridos.

Es lo que se ve en un video de la cuenta en la red social de X de @TlalpanVecinos. Esa noche la fiesta tuvo un final trágico. De acuerdo con reportes periodísticos, un hombre discutió con asistentes, sacó un arma y disparó repetidas veces. A causa de ello una niña de 10 años de edad y sin nada que ver en el asunto, falleció. Pero además otras 16 personas quedaron lesionadas, entre ellas cuatro niños.

No fue el único hecho violento. El 12 de julio del año pasado hubo una balacera en la colonia San Andrés Totoltepec, que forma parte del pueblo, protagonizada por una célula delictiva perteneciente al Cártel de Sinaloa, dedicada a la venta de drogas y la cual incluso estaba equipada con una Barret calibre 50.

Ello generó una movilización de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana e incluso el hasta entonces secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, se trasladó a la zona a coordinar el operativo.

La presencia de personajes violentos ha escalado en Topilejo, otrora un pueblo tranquilo. El 9 de octubre fue detenido un sujeto presuntamente involucrado en la colocación de narcomantas, que tenían mensajes de un grupo llamado La nueva empresa, grupo que promete acabar con el cobro de piso, extorsiones y secuestros pero que declara un toque de queda a partir de las 11pm. El hombre detenido, de 24 años, portaba 30 bolsitas de presunta cocaína, mariguana y dinero en efectivo.

Pero también ha habido detenidos por despojos de tierras y extorsión. El 29 de noviembre cayeron dos hombres y una mujer, quienes tenían un negocio diverso, pues a su vez llevaban drogas y armas.

A ellos se suman los operativos contra aserraderos clandestinos. Hasta agosto de este año sumaban 28 y 32 madererías que vendían madera ilegal, de acuerdo con información del gobierno capitalino. El mayor operativo fue el que se hizo en Hutizilac, Morelos, pueblo vecino a Topilejo, pero en Morelos y donde se van a esconder los talamontes. Fue necesaria incluso la participación del Ejército.

Contra la tala clandestina

El 16 de junio comuneros de Topilejo cerraron a la altura del kilómetro 31, el paso de la transitada carretera México Cuernavaca, para protestar por la presencia de grupos de talamontes en el bosque de Topilejo.

Algunas de las mantas tenían mensajes como “la muerte del hombre comienza con la tala de un árbol” y “Si el bosque se acaba se acaban el agua y el oxígeno”.

Pero también ha habido operativos en contra de la tala clandestina.

El más vistoso fue el del 2 de agosto, cuando elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Guardia Nacional, la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural hicieron un operativo contra la tala pero enfrentaron la reacción de grupos delincuenciales que hicieron quema de vehículos y llantas en Parres. 

El combate a la tala clandestina alcanzó tal grado que generó una crisis entre el gremio maderero, luego de que 57 madererías fueron cerradas, lo que llevó a que algunos dueños y trabajadores protestaron el 11 de octubre en la calle 20 de Noviembre, a un costado de la sede del gobierno capitalino, al que responsabilizaron de los operativos que los obligaron a cerrar.

El gobierno de la Ciudad de México debió abrir una mesa de trabajo con los representantes de las madererías. La administración capitalina avisó que fue revisado su estatus administrativo en el que se encontraban y con ello evitar que no participaran en la tala ilegal.

Aumentan operativos y denuncias

De acuerdo con una solicitud de información hecha a la alcaldía Tlalpan, sobre si ha presentado denuncias ante la Fiscalía General de la República por tala ilegal, del 2015 hasta el 13 de agosto de este año, la respuesta fue que de 2019 hasta el 30 de septiembre de 2021 se emitieron 18 solicitudes de intervención a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

Posteriormente, de enero a diciembre del año pasado, derivado de 10 recorridos de vigilancia ambiental en el área natural protegida del circuito Picacho-Ajusco y San Miguel Topilejo, se emitieron 9 denuncias por la probable comisión de delitos federales en materia ambiental ante la Profepa y 5 ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

También se le consultó sobre los recorridos y la respuesta fue que se acompañó a la FGR en recorrido y localización de zonas de tala en Tianguillo, Paso de Mula, Ojo de Agua y Las Espinas. En colaboración con la Profepa se realizó un recorrido de trabajos de reforestación como medida de reparación del daño por la comisión de delitos ambientales en los parajes conocidos como Coatillo Chico y Llano Largo, de San Miguel Topilejo.

Vecindad peligrosa

La tala clandestina de árboles en Topilejo, Tlalpan, es un añejo problema, pero en los últimos años se ha agravado, así como el robo de tierra y otros recursos naturales, y son fenómenos que en parte se deben a la presencia de grupos criminales organizados provenientes de Huitzilac, Morelos, afirmó el Director General de Asuntos Jurídicos y de Gobierno de la alcaldía, Alfredo Reyes, en entrevista publicada con La Silla Rota el 4 de agosto.

“En esa parte colindante con Morelos es en la que se tiene un grupo importante de talamontes de algunas comunidades, entre ellas Huitzilac, que son de donde vienen a la Ciudad de México a esa parte. Hay muchos hechos en donde los comuneros han tenido que salir a hacer labores de vigilancia pidiendo el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública y la Guardia Nacional para tratar de resguardar y eso ha traído consigo varios incidentes”, explica Reyes.

El funcionario agregó que es la propia gente del pueblo de Topilejo la que le ha dicho que además es gente de otros lugares la que también está pendiente de quienes están débiles para quitarles sus tierras y adquirir mayor control de un territorio que resulta vital para la Ciudad de México, por su terreno boscoso y porque es un lugar de captación de agua

TAMBIÉN LEE: Falta compromiso a Morelos para combatir tala ilegal: alcaldía Tlalpan 

Entre invasiones, grupos externos y falta de oportunidades

Carlos Daniel Rodríguez Sánchez es economista por la Escuela de Economía del IPN. Se especializa en desarrollo regional. Junto con sus profesores Maribel Espinosa y Raúl Vera realizaron el trabajo Interrelación Urbano-Rural en la Comunidad de San Miguel Topilejo, Tlalpan, para el Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo.

Juntos investigaron el impacto de algunos programas sociales aplicados en Topilejo por el gobierno capitalino y eso les permitió conocer la realidad de Topilejo.

Rodríguez dice, en entrevista aparte, que un problema es la falta de empleos, por lo que muchos habitantes de Topilejo deben desplazarse por lo menos una hora para ir a su trabajo.

Otro problema que enfrenta el pueblo es el cambio de uso de suelo, pues aunque es una combinación de ejidal y comunal, lo cierto es que vive una lotificación que está acabando con el suelo de conservación o áreas agrícolas. Aunque los habitantes originarios tienen su parcela o predio y hacen lo que quieren con su propiedad, también deben notificar a la comunidad cuando venden, pero no lo avisan.

Entonces al llegar el nuevo supuesto dueño es cuando descubre que es un terreno comunal que no está en el Programa de Desarrollo Urbano, por lo cual se convierte en invasor de un área protegida, aunque ya haya pagado el terreno.

Pero incluso el programa de ordenamiento ecológico que puso en marcha Andrés Manuel López Obrador cuando fue jefe de Gobierno, con el objetivo de detener la urbanización y fomentar el uso agrícola sí ayuda a conservar las áreas protegidas, pero con uso agrícola, desplazando al bosque, afirma Rodríguez.

Ofrece un dato sobre el crecimiento urbano, dice que en 2010 había 7 mil 570 viviendas con electricidad. En 2020 10 mil 274. Un crecimiento del 36 por ciento.

El programa Altépetl, puesto en marcha por el gobierno de Claudia Sheinbaum, que otorga 7 mil pesos para la protección ecológica, no sirve para contener el crecimiento de la marcha urbana, considera el investigador.

“Se deben comprar herramientas para sembrar, prever la seguridad, no se hace nada efectivo. Llega una persona, dice te compro tu predio, fragmentan y se vuelve una práctica”.

El programa inició en 2019, cuando empezó tenía destinados 39 millones 610 mil pesos y para 2021 bajó a 31 millones 435 mil pesos, afirma.

“Si van quitándole presupuesto a la comunidad queda más desprotegido el bosque. Ante la urbanización, el cambio climático, las heladas y el calor, la parcela se pierde, falta el agua y 7 mil pesos al mes no la hace redituable. Por eso es que cuando llega alguien y ofrece 3 o 4 millones de pesos por un lote, aceptan”.

Actualmente 19 por ciento de los habitantes no es originario del pueblo, son de otros lados de la CDMX, y de los estados de Morelos y México.

Pero además con los invasores es el propio gobierno el que los formaliza, cuando les ponen agua o electricidad y además les llega el impuesto predial, critica Rodríguez.

Respecto a la tala, explica que esta se da más lejos de la comunidad, y por su vecindad con Morelos es invisible.

“Se sabe que en terrenos donde hay tala se sueltan los balazos y son lejos del pueblo y donde los servicios de seguridad no llegan”, dice.

El área de bosque es extensa y alcanza las 100 mil hectáreas de bosque, de las cuales 2 mil 080 están afectadas por tala y de estas, 49 por ciento presentan nivel alto de afectación y el 51 por ciento restante tienen devastación moderada, continúa.

Mujeres afectadas

Los más afectados son los habitantes originarios, y entre ellas las mujeres que son quienes siembran y venden maíz. Un 56 por ciento de Topilejo realiza actividades del campo y 29 por ciento lo hace fuera de la comunidad.

Pero en el pueblo las mujeres no se sienten seguras, algunas calles no tienen pavimento y los Senderos Seguros solo están en cuatro avenidas. Los más seguros son los más concurridos.

Ante la escasez de alternativas en materia de educación de nivel medio superior, eso obliga a las mujeres a buscar un trabajo. Pero abrir un local es complicado porque ahí sí los comuneros se oponen. Pero en caso de conseguirlo, se exponen a ser extorsionadas con el derecho de piso.

Algunas trabajan fuera, se vuelven ambulantes o manejan los taxis de la zona, que son piratas pero movilizan a la gente de ahí, pues el transporte público escasea.

Veían pasar a los talamontes y nadie los molestaba

La doctora en geografía y maestra en Planeación Urbana Maribel Espinosa y el doctor Raúl Vera Alejandre, ambos del CIIEMAD, coinciden en que el aislamiento que creó la pandemia fue aprovechado por la delincuencia organizada.

Incluso, cuando comenzaron a trabajar les sorprendía que pasaban los camiones con madera pasaban junto a retenes y nadie los molestaba.

Pero el problema ya se asomaba desde hace años, observa Vera Alejandre, quien menciona que con la veda forestal los habitantes perdieron el interés por cuidar el bosque.

“Ahora estamos pagando los problemas, entonces sí es un tema que se tiene que analizar que dales seguimiento sí y sobre todo decíamos tomar acciones, se han tomado efectivamente, pero por lo visto no han sido suficientes”.

Espinosa por su parte menciona que para cambiar la situación no sólo se requiere de la participación de los pobladores, sino una política directa desde la propia alcaldía, el gobierno de la Ciudad de México y estar en coordinación con los municipios en los que se tiene la problemática, particularmente de Morelos.

VGB