TULA DE ALLENDE.- Localizada al norte de la Cuenca de México, la zona arqueológica de Tula de Allende, en Hidalgo es uno de los lugares más espectaculares que encierran cierto misticismo e histora. Entre importantes vestigios de la antigua ciudad Tollan-Xicocotitlan, este lugar representa la grandeza y la influencia de la cultura tolteca en México. Además, es símbolo en el mundo por los famosos Atlantes de Tula.
Conocida también como ciudad del tule, en este municipio hidalguense se formó parte del centro cultural y político de la civilización tolteca en los años 713 después de Cristo, hasta el año 1170 después de Cristo. El legado de los toltecas se construyó a lo largo de más de 400 años a través del arte y la arquitectura.
Entre los ríos Rosa y Tula, rodeada de juncos o tules emergió esta gran ciudad que habitaron los toltecas. Durante su apogeo, Tula se consolidó como un centro político, económico y religioso de gran relevancia. La ciudad contaba con una población numerosa y diversa, y su ubicación estratégica facilitaba el comercio y la interacción cultural con otras regiones de Mesoamérica.
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Un testimonio de la historia
La zona arqueológica de Tula en el estado de Hidalgo, comprende cerca de 16 kilómetros cuadrados y es reconocida por sus majestuosos edificios y monumentos que te transportan a épocas muy remotas. Las visitas y paseos entre estas enormes construcciones son parte de las actividades que no te puedes perder en el estado.
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En tu recorrido podrás visitar la Pirámide B o Templo de Tlahuizcalpantecuhtli. Esta pirámide de base cuadrangular estaba compuesta por 5 cuerpos escalonados. Es justo aquí donde se coronan los Atlantes de Tula, 4 esculturas monolíticas y las más representativas de la ciudad tolteca; de las cuales detallamos más adelante.
En las inmediaciones de la Pirámide B, se observa también el muro de las serpientes o Coatepantli. Este es un símbolo sagrado que representa la dualidad y la fertilidad. Consiste en un decorado con relieves de serpientes entrelazadas, asociadas con Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.
Otro imperdible es el Palacio Quemado. En este se aprecia la escultura de un Chac Mool, una figura característica de las antiguas ciudades mesoamericanas. Dentro de la zona arqueológica de Tula se pueden observar 2 canchas para el juego de pelota mesoamericano, una práctica ritual de gran importancia en las culturas prehispánicas. Se dice, los toltecas representaban a través de este juego las fuerzas divinas imitando el movimiento de los astros en el cielo.
Guardianes gigantes de piedra
Famosa por los Atlantes de Tula, la zona arqueológica se convierte en un sitio de misticismo. Tan solo estos gigantes de piedra encierran una historia y enigma. Estos son imponentes esculturas de basalto que representan a los guerreros toltecas. Su altura es de 4.6 metros y se encuentran en la parte superior del Palacio del Señor de la Aurora o Tlahuizcalpantecuhtli.
A lo largo del tiempo estas figuras han sido objeto de diferentes estudios. Los arqueólogos han llegado a la conclusión que estos gigantes de piedra sostenían el techo de este importante templo. Actualmente, son el testimonio del talento artístico y técnica única de la cultura tolteca.
En sus rasgos se observan visten los tradicionales atuendos ceremoniales, con un pectoral en forma de mariposa, un faldellín con un gran cinturón anudado al frente, y un arma curva. En su mano derecha llevan un átlatl o lanzadardos, un haz de flechas y un cuchillo de pedernal. Según la historia, fueron descubiertos en el año 1940 por el arqueólogo mexicano Jorge Ruffier Acosta.
El Museo de Sitio Jorge R. Acosta
Este museo se encuentra dentro de la zona arqueológica de Tula. Se divide en 5 áreas donde se exhiben esculturas, piezas de cerámica y otros vestigios que representan a deidades como Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, que te ayudarán a comprender y conocer a forno la historia de la cultura tolteca.
¿Por qué es tan importante esta zona arqueológica?
Cada equinoccio de primavera (20 o 21 de marzo) este centro ceremonial se llena de turistas que llegan con la intención de recargar la energía y ser parte de ese misticismo que encierra la historia tolteca. Es gracias a su conocimiento en astronomía que esta cultura es conocida por representar el equinoccio de primavera como un momento de renovación, fertilidad y celebración del renacimiento de la naturaleza.
¿Cómo llegar?
Para llegar a la zona arqueológica de Tula de Allende puedes viajar sobre la autopista México-Querétaro número 57. Toma la desviación en el kilómetro 77 hacia la ciudad de Tula de Allende y sigue los señalamientos viales. Si viajas desde el centro de Tula es posible tomar transporte colectivo.
Esta se encuentra ubicada en el municipio Tula de Allende, aproximadamente a 1.5 kilómetros al sur del centro de la ciudad. Desde la Ciudad de México son alrededor de 2 horas en auto particular, y desde la capital hidalguense Pachuca, 1 hora 5 minutos.
jgp