TULA DE ALLENDE.- La belleza cultural, histórica, natural y arquitectónica de nuestro estado es inigualable. Los hidalguenses en todas partes del mundo reconocen este legado, tradición y costumbres que llevan consigo para enaltecer y difundir. Un ejemplo es el de Arturo Bohay, migrante que vive en los Estados Unidos y este invierno cambio los muñecos de nieve por la majestuosidad de los Atlantes de Tula.
Son estas piezas arquitectónicas imponentes edificaciones que emergen en la cima de la Pirámide B, en el centro arqueológico del municipio Tula de Allende en el estado de Hidalgo. Estas esculturas fueron construidas por la antigua cultura tolteca y representan figuras antropomorfas de gran tamaño. A lo largo de los años se han convertido en el centro de estudio y atención del turismo.
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Conocedor de esta grandeza, Arturo, originario de la comunidad Pañhé en el municipio hidalguense Tecozautla, echó a volar su creatividad y aprovechó la basta nieve de esta época invernal en Springfield, Ohio, Estados Unidos donde actualmente radica, para recrear estos gigantes de Tula.
Atlantes en la nieve
Mecánico de oficio en los Estados Unidos, el hidalguense tomó pala y espátula para poner manos a la obra. Así, comenzó los trabajos para elaborar 2 esculturas de los Atlantes de Tula afuera de su taller llamado El Canario Mecánico. Fueron 2 días de trabajo con la nieve los que le tomó a Arturo darles vida a estas majestuosas piezas históricas, ahora con nieve.
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Mediante el sitio informativo Punto por punto se difunde el video donde se observa al hidalguense trabajar en la creación de estos gigantes. El resultado es sin duda para aplaudir y poner en alto el orgullo de llevar a Hidalgo, sin importar en qué parte del mundo te encuentres. Felicidades Arturo Bohay, buena idea para aprovechar las fuertes nevadas en Estados Unidos.
La historia de los Atlantes de Tula
Los Atlantes de Tula son 4 enormes figuras de piedra basáltica que miden aproximadamente 4.6 metros de altura y coronan la Pirámide B de la zona arqueológica de Tula. Representan a Quetzalcóatl como Estrella de la Mañana (Tlahuizcalpantecuhtli). En sus rasgos se observan visten los tradicionales atuendos ceremoniales, con un pectoral en forma de mariposa, un faldellín con un gran cinturón anudado al frente, y un arma curva.
En su mano derecha llevan un átlatl o lanzadardos, un haz de flechas y un cuchillo de pedernal. Según la historia, fueron descubiertos en el año 1940 por el arqueólogo mexicano Jorge Ruffier Acosta. Aunque ahora se encuentran en la parte alta de esta pirámide, se cree fueron construidos para sujetar el techo del templo ubicado en la cima de la pirámide. Además, dicen, estas son réplicas modernas y los originales fueron trasladados al Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México para su preservación.
jgp