Metztitlán. - Los cerros de Metztitlán lucen verdes, pero la zona de milpas quedó inundada al encontrarse en la zona baja, por lo que las personas perdieron el maíz, frijol, ejote, tomate, calabaza y otros alimentos que habían sembrado; “¿Y ahora qué vamos a comer? ¿de qué vamos a vivir”, se pregunta doña Rosa.
En entrevista para LSR Hidalgo, Rosa y su hija Ángela contaron que la noche del 9 de octubre comenzó a hacerse más fuerte la lluvia, el agua corrió más intensamente y para la mañana ya bajaba una corriente cerca de su casa y los vecinos de El Salitre se reunieron para auxiliar a uno de los suyos.
“Don Daniel, sus borregas se le murieron por el agua. Nos levantamos temprano y ya fuimos a ayudarles ahí a poner piedras para que el arroyo ya agarrara su camino porque se estaba yendo por su casa. Y como ya es un señor grande, teníamos miedo de que le hubiera pasado algo, pero no, gracias, él ahí estaba vivo”, contó y refirió que su familia se lo llevó para cuidar de él.
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En las casas de la señora Rosa y sus hijas no hubo inundación ni derrumbe, solamente detectaron filtraciones de agua el día de la “lluvia fuerte”, pero estuvieron incomunicadas por tres días, sin electricidad y sin poder ir a comprar comida por los caminos cerrados por las rocas, el agua y los escombros sobre la carpeta asfáltica.
Y hasta el viernes 17 de octubre -a más de una semana- dijeron no contar con el servicio de agua potable, “nos dieron 400 litros de agua a cada familia ayer, pero nada más, nos trajeron esa pipa después de una semana”, contó Ángela.
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No han recibido nada de ayuda
La familia de la señora Rosa espera despensas y la visita de los servidores de la nación para levantarles el censo para recibir el apoyo después del desastre del huracán Priscila en Hidalgo, donde 22 personas fallecieron.
"Al menos pérdidas de humanos no tuvimos. Y pues los animalitos van y vienen y al rato criamos más y ya", externó Rosa, quién contó que no han recibido nada de apoyo con víveres por parte de ninguna autoridas, pese a qué ya pasó más de una semana de las inundaciones.
Asimismo, agregó que las personas más afectadas fueron las que viven en la parte baja del municipio, así como los dueños de las parcelas, ya que muchos de los terrenos, cultivos y comida de campo quedaron bajo el lodo, piedras, escombro y agua que dejaron las lluvias.
“A nosotros nos dejan hasta el último porque nos dicen que gracias a Dios estamos bien, no pasó nada", mencionó la adulta mayor.
Pérdidas completas de cultivos
En la carretera a Metztitlán, a la altura de Jihuico, El Salitre, Estocuapa y San Juan, las tierras de cultivo sufrieron pérdidas completas al subir el agua por arriba de los dos metros y, pese a qué no se registraron lluvias en una semana, el lodo aún cubre la superficie y los troncos de árboles por encima de un metro.
"Hay partes ensolvadas. Hay partes que todavía hay agua. Yo ayer me quise meter, pero no, pues me estaba hundiendo y me dije 'No, mejor regrésate'. En otro lado teníamos ejotes y teníamos calabazas. Y se perdió. Se perdió todo", explicó que el agua también afectó el terreno de su familia.
Doña Rosa tiene una milpa que siembra dos o tres veces por año con ejotes, calabaza, maíz y tomate, de acuerdo con lo que contó a LSR Hidalgo, sin embargo, en los últimos años notó un incremento de plagas, por lo que el último periodo "no se había dado mucha cosecha".
"Pues este se cosechaba, se juntaba, lo poquito que Dios daba se juntaba, pero pues ya. Vino esto y ya se acabó todo. Y la verdad, pues sí es un buen porque imagínese hay que meter tractor, hay que la semilla y todo eso. Es un buen. Es un buen y luego se mete tempiones, los insecticidas, todo eso", externó Rosa y aseguró que no se trata solamente de dinero, sino del esfuerzo de las personas y los tiempos de siembra, ya que aseveró que con los terrenos llenos de agua no se puede trabajar y para el momento en el que se sequen será invierno.
"Ahorita también es nuestra esperanza que haya venido el agua que haiga llovido y que se lleve toda la plaga porque las plantas no se dan, ya no como antes" consideró Ángela y al mismo tiempo su mamá recordó que un día cortaban calabazas "de buen ver" y estaban podridas cuando las tomaron.
Esto no es lo peor que nos pasó: dijo doña Rosa
Pese a que las lluvias arrasaron con la mayoría de cultivos, la señora explicó que no fue lo peor que les sucedió, ya que hace pocos meses perdieron a dos seres queridos jóvenes en accidentes viales, asimismo, recordó que muchas personas se vieron afectadas por el huracán Priscilla -a nivel nacional, 70 personas murieron y 72 se encuentran desaparecidas-.
Finalmente, declaró que eso es lo que la tiene triste, ya que lo primero que pensó cuando se enteró de la inundación fue en su nieta fallecida y la mamá de ella, pero informó que nadie de su familia se vio afectado más allá de las pérdidas materiales.
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