Metztitlán.- A una semana de que lluvias ocasionaran inundaciones y derrumbes en la sierra de Hidalgo, Metztitlán, uno de los municipios afectados, luce “normal” para un visitante, pero los locales saben lo que sucedió y lo que perdieron con el exceso de agua en "la vega", como le llaman a la zona de siembra y cosecha.
Para María y su esposo Juan significó un cambio drástico a su vida en una semana. Estaban listos para cortar y vender la flor de cempasúchil, el primer corte sería este jueves y viernes, pero "ya todo se perdió", dijo ella en entrevista con LSR Hidalgo.
En junio, don Juan y doña María comenzaron a preparar su terreno, ubicado en la comunidad de Vuelta del Río, sembraron semilla de cempasúchil con el objetivo de venderla para adornar las ofrendas de Día de Muertos.
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Luego de varios meses de trabajo, la noche del 9 de octubre, el terreno de ambos se inundó debido a que las lluvias desbordaron los ríos y causaron inundaciones en varios puntos de Metztitlán y otros 27 municipios hidalguenses.
"Esa noche, ni me acuerdo qué día fue, el agua se empezó a meter en mi casa y el terreno quedó lleno de agua", refirió la señora María. Narró que entre ella y su esposo levantaron los muebles con la ayuda de tabiques. El agua alcanzó los 90 centímetros adentro de su vivienda.
Los bloques no alcanzaron para poder subir el nivel de todos sus bienes, por lo que una cama, dos roperos y otra cajonera, así como algunas sillas y bancos, quedaron bajo el agua turbia. La señora calculó que las pérdidas de sus muebles y otros objetos que arrastró el agua ascendieron a alrededor de 7 mil pesos, "pero ya no les pongo valor, lo que a nosotros nos afectó fue perder la siembra", externó.
Se perdió todo: señora María
En total, doña María y su esposo Juan, perdieron una hectárea sembrada de cempasúchil, maíz y frijol, lo que les iba a servir para recuperar la inversión, comer y poder obtener dinero para los próximos meses y festejos familiares, como lo son Día de Muertos y navidad.
"Se perdió todo, es algo que no se recupera, es volver a empezar", expresó y calculó que fueron más de 50 mil pesos de dinero que no llegará a sus manos por las afectaciones del huracán Priscila en la milpa familiar, ya que invirtieron en la contratación de personas para la siembra, el tractor y en la semilla, además de tiempo y dinero.
Mientras la entrevistada narraba su situación, una vecina de Metztitlán la reconoció y le preguntó por su cempasúchil, ella negó con la cabeza y le dijo “no vamos a tener este año, está todo marchito, ya no se pudo salvar para mañana ni para el 2 (de noviembre)”, sus ojos se aguaron un poco y la invitó a ir a su casa para rescatar un “poco de flor”.
Sin embargo, la señora María refirió que ya no se puede comerciar porque “la flor está viva, pero el palo se inundó y marchitó”, lo que le causa estrago a la planta.
No teníamos que comer
Don Juan tuvo que pedir trabajo en la construcción para tener dinero y comprar comida, refirió doña María con la voz media quebrada; "la otra semana no trabajó y no teníamos ni para comer". Recordó que varios de sus alimentos se echaron a perder por la falta de electricidad y lo que había en el campo se marchitó con el exceso de agua.
La vecina originaria de la comunidad Vuelta del Río dijo que, pese a su situación, nadie de sus vecinos ni ella han obtenido ayuda a una semana de la tragedia, ya que “las autoridades solo se enfocan más en el Cerrito, en Cristóbal y otros pueblos que están llenos de agua, pero nosotros también perdimos”, reclamó y agregó que hasta el momento tiene que cocinar y dormir en su azotea porque las filtraciones de agua continúan.
“No nos han ayudado ni para una despensa ni para nada”, dijo y nombró a Tecruz, Atzolcintlán, Chimalacatla y Zotola como algunas de las poblaciones ignoradas, con milpas anegadas y caminos deslavados.
sjl
