MINERAL DE LA REFORMA.- Al pie de la tumba, la hermana de Rosaura le reitera su amor, su cariño y le promete que cuidará de su hija y de su hijo y que siempre estará con ellos. “Te quiero mucho hermana y siempre voy a cuidar de tus hijos”, son las palabras que dio después de que la tumba quedó cubierta de tierra.
A Rosaura, Rosa y Ramiro los mató una persona y este sábado 8 de febrero de 2025, vecinos, familiares y amigos los despidieron con porras, canciones y aplausos.
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El cortejo fúnebre salió desde un velatorio ubicado en Pachuca, con rumbo a Azoyatla, Mineral de la Reforma, comunidad en donde les quitaron la vida, ahí los esperaban los vecinos y amigos.
Los tres ataúdes fueron colocados de frente a la iglesia donde se ofició una misa de cuerpo presente, en la que el sacerdote habló de la promesa de la vida eterna. Rosaura, Rosa y Ramiro fueron sepultados en la misma tumba; un sujeto les arrebató la vida y dejó heridos a su padre y su hermano de Rosaura, quienes no pudieron estar presentes en el sepelio de sus seres queridos porque aún están en el hospital.
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“Nunca te vamos a olvidar. Gracias por todo” le prometió su hermano, también al pie de la tumba. Mientras la banda de viento hace lo propio en el funeral.
Las tres personas fueron asesinadas presuntamente por Marco Antonio N.N., expolicía municipal de Mineral de la Reforma, quien ya ha sido vinculado a proceso por los delitos de feminicidio, homicidio doloso y homicidio doloso en grado de tentativa y se le impuso prisión preventiva oficiosa; sin embargo, el asunto ha causado indignación entre las personas debido a que Rosaura ya había presentado dos denuncias en contra de su agresor, y una estaba en integración y la otra ya había sido judicializada, pero él obtuvo una salida alterna y salió de la cárcel, apenas pasaron 82 días y la mató a ella y a su familia.
En el sepelio, las vecinas le dan el pésame a los familiares, comentan que Rosita fue una buena vecina y ofrecen el apoyo vecinal, “Era buena vecina”, le dicen a sus hermanas. Los amigos de Rosaura y compañeros de trabajo ponen Amor eterno, y corean la canción frente a la tumba. Lloran y miran el montón de flores que han colocado sobre el sepulcro con una mirada de incredulidad.
Los murmullos no se hacen esperar “queremos justicia”, “no se puede quedar así”, “ojalá esta vez no lo dejen salir”, “ya no se puede confiar en las autoridades”, y otras expresiones emitían quienes acompañaron a la familia para depositar en su última morada a Rosaura, Ramiro y Rosa y como reclamo generalizado sólo era la exigencia de justicia.
jgp