Pachuca.— Basiliza Ruiz San Juan y Claudia Argüelles tienen algo en común: son madres de estudiantes del Instituto de Artes (IDA). La hija de Basiliza cursa Artes Visuales y la de Claudia está en séptimo semestre de Danza, ambas acompañan a sus hijas a las marchas y mesas de diálogo en busca de que se solucione el conflicto que prevalece entre funcionarios de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y el alumnado, por la falta de atención a las demandas.
Claudia es emprendedora y se dedica al hogar, tiene cinco hijos, y considera importante que los padres den acompañamiento al movimiento que iniciaron los alumnos del IDA, pues realmente lo que se busca es un cambio “de fondo”, porque opina que bien pudiera renunciar Esteban, pero llegará otro igual o peor que él, ya que todo sigue dependiendo de la misma cabeza.
No cree más importante que se pierdan clases, incluso un semestre, si a cambio de eso ofrecerán una verdadera autonomía a la UAEH, “no es sólo quitar a Esteban, porque él se va, pero si sigue el sistema en la universidad va a llegar otro Esteban o alguien peor, va a llegar un rector que igual siga siendo utilizado y manipulado y que no sepa ejercer su labor”.
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Como padres de alumnos paristas cree que su labor consiste en apoyar a sus hijos y ayudar a crear una mentalidad diferente, ¡no están solos!, y en eso coincide con Basiliza, que dice “no nos queda más que estar con nuestros hijos y ya nos dimos cuenta que las cosas en la universidad no están bien”.
Sus hijos unos revoltosos
Ambas mujeres saben que por las situaciones que se han presentado entre autoridades universitarias y estudiantes, así como el enfrentamiento del pasado 19 de septiembre de 2023, a sus hijos e hijas les han dado el calificativo “de revoltosos”, pero ellas no lo ven así, al contrario, piensan que “el paro es justo y necesario”.
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“Como cultura nos hemos acostumbrado a la violencia y debemos alzar la voz, los consideran revoltosos, yo creo que está bien, es una oportunidad buena para todos, las mentes se crean dentro de los salones, yo creo que es justo que se haga el cambio”, señala Claudia.
“Los están dejando al último, me parece que los demás institutos ya les están -no resolviendo porque no cumplen- les dicen una cosa y al rato hacen otra y los del IDA les dan muchas vueltas, no les dan fecha para la mesa de negociación y llegan a una negociación, yo creo que ya les debe hacer caso”, comenta Basilizia.
Ambas mujeres creen que la lucha es legítima, pero hay personas que intentan dividir a los estudiantes, primero llevándolos a instalaciones no adecuadas para que tomaran clases y ahora haciéndoles pensar que lo importante es tener un papel, cuando afuera de la escuela la realidad es distinta.
“La universidad debe ser un cambio en la sociedad, no un medio de cohesión y limitación”, dice Claudia, mamá de Ana Paula, quien está consciente de que el papel que deben jugar como madres que los han forjado, los cargaron y abrazaron es apoyarlos para lograr un cambio real.
Basiliza piensa que el rector debe asumir la responsabilidad que tiene, “si es que se siente competente, si no hay más personas con mucha capacidad de llevar una responsabilidad tan grande”, porque los más afectados son los estudiantes, aquí pone en duda qué tanto sabrá Esteban Rodríguez, el líder estudiantil de los integrantes del Consejo Universitario que no ha querido removerlo, de ahí que coincide con Claudia y asegura que sus hijos no son revoltosos, sólo buscan justicia.
¿Qué esperan al final de todo el conflicto?
Ambas madres son tajantes, qué ya no se cometan injusticias, pero principalmente que se reconozca el trabajo del artista, porque a veces se toma el arte como mero entretenimiento “y no es así, el artista es el que tiene la capacidad de transformar, de comunicar a otros. Entonces si somos capaces de tocar a otros seres humanos, podemos hacer grandes cambios y que el arte es base de crecimiento y desarrollo”.
sjl