Ir de compras, al cine y salidas a comer con total libertad y tranquilidad eran actividades que formaban parte del “común y corriente” estilo de vida de la Reina del Pacífico, Sandra Ávila Beltrán, mientras estaba escondida en León por un crimen que ella asegura que no cometió.
Por primera vez, transparente y sin esconder los negocios en los que estaba involucrada, la mística figura que envolvía la exótica historia de Sandra Ávila Beltrán, sobrina de uno de los más grandes capos del narcotráfico en México, Miguel Ángel Félix Gallardo, quedó al descubierto por ella misma, la Reina del Pacífico quien, en entrevista con Adela Micha, dio a conocer detalles de su vida privada.
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Inspiración de novelas, como La Reina del Sur (a quien Kate del Castillo le dio vida tratando de imitar la impresión que generaba la vida de Sandra Ávila Beltrán), narcocorridos y narcoseries, la también esposa de Juan Diego Espinoza Ramírez "El Tigre" contó cómo fue que llegó a León y cómo una de las mujeres más buscadas en México vivía con total tranquilidad, como cualquier otro ciudadano.
“No era dinero mío” comienza la historia de su huida. Era el año 2002, Sandra Ávila estaba en el aeropuerto con una amiga suya, hija de un miembro superior del Ejército de Colombia y cuñada de su novio en ese entonces, cuando fueron detenidas porque se les encontró entre sus pertenencias dinero en efectivo del que las autoridades hicieron responsable a la Reina del Pacífico.
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“Ella se pone a llevar un dinero para Colombia y en el aeropuerto la detienen, pero ese dinero no era mío. Está en los expedientes donde ella declara que el dinero es de ella y que es dinero legal. A ella le dan 5 años por evasión fiscal”, comenta.
Al ser perseguida por las autoridades, Sandra emprende una huida de la justicia y se termina refugiando en varias ciudades, entre ellas León.
“Iba a Cancún, iba a México, iba a Guadalajara, iba a Querétaro, León, andaba en todo el país casi”, recuerda.
Es fácil, responde la Reina del Pacífico a la pregunta de la periodista Adela Micha sobre como logró esconderse por tantos años. “Claro”, insiste la Reina del Pacífico, no le costó nada esconderse de la justicia, de hecho, en todas las ciudades en la que vivió escondida, en realidad tenía una vida social y pública.
“Iba al cine, iba a restaurantes, iba a tiendas a comprar ropa, iba al mercado”, relata con una sonrisa.
Al momento de su captura, en septiembre de 2007, Sandra Ávila dijo tener su domicilio en León, Guanajuato, en la calle Santa Bárbara número 185 en la colonia Haciendas del Campestre, a espaldas del parque Los Cárcamos. La Reina del Pacífico reconoció ser originaria de Culiacán, Sinaloa, al igual que sus padres. Dijo ser comerciante, y dedicarse a la venta de ropa y casas.