Desde enero de este año, la Guardia Nacional (GN) realiza revisiones sistemáticas a todos los camiones de carga que cruzan por alguna de las tres garitas comerciales de exportación entre Baja California y California, Estados Unidos, sin importar si transportan mercancía o no. De acuerdo con denuncias, esta práctica ha dado pie a actos de corrupción para poder atravesar los filtros.
En Tijuana, las revisiones han incrementado los tiempos de cruce, cruciales para el comercio internacional. Hasta ahora, no hay datos oficiales que permitan conocer los resultados en términos de decomisos, incautaciones o detenciones.
Lo que sí ha quedado en evidencia es el rezago tecnológico de una de las garitas de exportación más activas del país. Transportistas señalan que las inspecciones repetitivas no solo entorpecen el flujo, sino que fomentan actos de corrupción, ya que derivan en extorsiones a los choferes o en ofrecimientos de dinero a los elementos de la GN.
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Los exportadores entienden las revisiones como una exigencia del gobierno mexicano frente a la presión política de su contraparte estadounidense, pero la mayoría no deja de manifestar inconformidad.
La Asociación de Industriales de Mesa de Otay (AIMO), que agrupa a más de 100 empresas de los sectores electrónico, médico y aeroespacial, asegura que al inicio de esta medida, el número de cruces diarios cayó a la mitad de los 4 mil que promedian regularmente.
El presidente de ese organismo, el economista José Luis Contreras Valenzuela, afirma que el tiempo que ahora toman las inspecciones no significa que antes no existiera seguridad suficiente.
“No es que no hayan sido robustas, lo que pasa es que por tal de cumplir con esta norma, y yo creo que la inexperiencia también del personal de aduanas, los ha llevado a complicar más la revisión”, afirma.
Israel Delgado Vallejo, presidente en la región noroeste de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), señala que revisiones que antes duraban entre 40 y 60 segundos ahora toman entre 5 y 6 minutos, especialmente en camiones vacíos.
“Esto tiene que ver con que en vehículos vacíos la aduana americana sí ha detectado camiones contaminados. Esa es la razón de por qué se han intensificado las revisiones”, asegura.
Datos oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) muestran que los cruces de camiones vacíos por Tijuana, Tecate y Mexicali cayeron de más de 44 mil en enero a 38 mil en febrero, y repuntaron a 40 mil en marzo.
En contraste, los camiones con carga solo registraron una disminución en febrero, cuando pasaron de 81,738 a 79,626, pero en marzo aumentaron a 87,042.
“Tenemos que dar el voto de confianza a la Guardia Nacional para efectos de que fortalezca la seguridad de la zona fronteriza, dentro de la ciudad y junto con nuestros vecinos de California”, señala Federico Serrano, presidente del Consejo Nacional de la Industria Manufacturera de Exportación (Index) en la zona costa de Baja California.
Revisiones y “mordidas”
Para cruzar mercancías por Tijuana hay un solo carril, deteriorado y sin vigilancia, que se extiende por más de dos kilómetros junto al cerco internacional.
Empresarios y transportistas han denunciado desde hace tiempo que, mientras los camiones esperan estacionados, migrantes se ocultan en las unidades para cruzar ilegalmente, o traficantes colocan paquetes con droga sin que los choferes se den cuenta, convirtiéndolos en lo que llaman “mulas ciegas”.
Lupita Sandoval, presidenta de la Asociación de Transportistas Independientes de Baja California (ATIBC), explica que antes de la llegada de la GN, los camiones pasaban directo a la revisión estadounidense.
Ahora, en territorio mexicano, el procedimiento comienza con una inspección canina (K9) del remolque, seguida de la revisión de la cabina y de la documentación del vehículo y del conductor.
Artículos como cigarros, alcohol, herramienta, ropa o combustible pueden ser motivo de observación por un posible incumplimiento de las normas aduaneras, tanto a la ida como al regreso.
Además, todos los camiones —con o sin carga— deben pasar por rayos X, lo que implica una doble inspección al sumar la que realiza la aduana estadounidense.
“Aún así, le voy a decir, no están exentos de que crucen estupefacientes. No están exentos, llega a pasar, a pesar de esas revisiones exhaustivas, sucede. Entonces, esto no resuelve el problema al 100%”, advierte Sandoval.
Es en ese proceso donde pueden iniciar los abusos, según denuncias de choferes ante la ATIBC. Los uniformados solicitan una y otra vez los mismos documentos o se niegan a reconocer algunos, como ocurrió recientemente con papelería expedida por el SAT.
Al detectar una supuesta irregularidad o falta de permiso, comienza la solicitud o el ofrecimiento de dinero. Bajo el argumento de que “sale más barata la mordida que la multa”, se ha generado un círculo vicioso.
“Esas son las malas prácticas que aparentemente están prevaleciendo y no debe de ser. Se quejan de todo ello, pero al día de hoy no tenemos a alguien que haya hecho una denuncia formal”, señala la representante de transportistas.
Aun así, asegura que ya se documenta un caso de extorsión que será presentado por la vía legal correspondiente.
Una garita rebasada
La AIMO sostiene que la garita de exportación de Tijuana ya resulta insuficiente para el volumen de actividad industrial que atiende.
Este cruce comercial concentró dos terceras partes de los más de 371 mil camiones que pasaron hacia EU entre enero y marzo por los tres puertos fronterizos de Baja California, según datos de CBP.
“Nosotros hemos ofrecido la alternativa de ayuda, pero pues, tampoco se han dejado”, afirma el líder de los industriales de Otay.
Explica que muchas de las cargas están certificadas por el programa CTPAT (Customs-Trade Partnership Against Terrorism) de la CBP, lo que garantiza que forman parte de una cadena de suministro con altos estándares de seguridad. Aun así, deben pasar por revisiones exhaustivas.
Según Contreras Valenzuela, entre 20 y 25 por ciento de los camiones cumplen con esa certificación, lo que haría innecesarias algunas de las inspecciones.
A eso se suma la falta de tecnología moderna. Los procedimientos actuales, dice, siguen siendo “a la antigüita”.
“Creo que nos vamos a ir así todo el sexenio si no se hace una estrategia que venga a facilitar. Porque no hubo una estrategia”, advierte la presidenta de la ATIBC.
Agrega que el aumento en el número de cruces con carga registrado en marzo no refleja mayor actividad exportadora, sino una reconfiguración logística de las empresas.
“Como tardan más los camiones en cruzar, un camión que va a una vuelta ya no alcanza a darla. Entonces utilizas dos camiones para hacer dos fletes y eso también hace que haya más cantidad de camiones en el corredor y más gente quejándose de los tiempos de espera. Desafortunadamente ya un camión no alcanza a dar dos vueltas”, explica.
Sin respuesta de la GN
La Silla Rota buscó a la Guardia Nacional en Baja California a través de dos voceros, pero ninguno accedió a brindar entrevista ni ofreció datos sobre su labor en las aduanas del estado.
La misma corporación, en respuesta a una solicitud de información vía la Plataforma Nacional de Transparencia, remitió únicamente a sus informes anuales de 2021 a 2024, donde no aparece la información solicitada.
“Por lo que corresponde al año 2025, se hace de su conocimiento que la información se encuentra en consolidación”, respondió la GN.
En ese mismo documento agregó que, desde el 16 de julio de 2021, realiza labores de auxilio a los oficiales de comercio exterior en el país.
Tampoco empresarios ni transportistas saben si el incremento en los tiempos de revisión ha servido para contener el tráfico de drogas y personas hacia EU por los carriles de exportación.
Ni siquiera el presidente de Index en la zona costa de Baja California, Federico Serrano Bañuelos —quien evita criticar abiertamente la medida y mantiene colaboración con la GN— puede asegurarlo.
“No, sigue. O sea, eso no va no se va a dejar de reforzar, no se va a dejar de darle seguimiento. Y se están dando de menor grado”, comenta.
Por su parte, el presidente de Canacar en la región noroeste, Israel Delgado Vallejo, lanza un cuestionamiento directo:
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“Entendemos que es un tema de seguridad nacional, que es parte de los requisitos que el gobierno americano le ha impuesto a México para aumentar la seguridad en los vehículos que cruzan a Estados Unidos. Sin embargo, el nivel de efectividad en cuanto a las incautaciones no ha sido publicado ni hemos visto realmente mayor impacto, por lo menos en la aduana local”, concluye.
