PUEBLA. – Este 25 de agosto, Paulina Camargo Limón cumple 9 años de estar desaparecida, como si se la hubiera “tragado la tierra” nadie sabe nada de ella, autoridades dejaron arrumbado el caso y los únicos que tienen memoria son sus familiares y amigos quienes realizaron una movilización en el zócalo de Puebla.
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Turistas y personas que paseaban este domingo por el zócalo poblano hicieron fila para escribir en figuras de madera de no más de medio metro el nombre de mujeres desaparecidas o que fueron asesinadas, no solo del estado, sino de otras partes de la república, de esta manera no sólo se recordó a Paulina, sino a más víctimas.
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Con un marcador negro escribían el nombre de la persona desaparecida y un par de mariposas para adornar. Una familia proveniente de Barcelona; España, decidió participar, y dos niñas sentadas en la fuente de San Miguel Arcángel escribían nombres de mujeres que no conocieron, pero sabían que habían sufrido.
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En el caso de Pau, como le decían sus familiares, el principal sospechoso es su expareja, y aún no se le ha determinado la culpabilidad a pesar de varias pruebas y declaraciones en su contra que ya se hicieron, desde hace casi una década.
Buscar la justicia desgasta salud mental y física
“Se rompe todo, se rompe el alma, se rompe el corazón, te haces viejo, te enfermas, pero el impulso de ese amor te hace luchar, luchar para que se haga justicia”, dijo Rocío Limón sobre su sentir al no poder encontrar a su hija Paulina Camargo.
A la familia Camargo Limón la acompañaron Leticia de la Rosa, Martina de Meléndez y Jesús Guerrero, todos tienen en común que buscan justicia por la muerte y desaparición de sus seres queridos. Un papá, una hija, nietos en orfandad, es lo que narran en entrevista con La Silla Rota.
“Mi padre fue un hombre honorable, un hombre al que todo el pueblo, toda la región, estimaba”, comenta Leticia de la Rosa, a quien le secuestraron a su papá, Jesús De la Rosa García, en 2016. Aunque pagó la recompensa que pidieron por él, al año y medio encontró su cuerpo y dos años después su cráneo. Uno de los secuestradores ya tiene una pena de 50 años y el otro aún tiene pendiente su juicio, que se realizará el miércoles próximo.
Salió un viernes y ya no regresó: La historia de Monse
También está la historia de Monserrat Zacatelco Meléndez:
“A ella me la fueron a tirar en el parque de las patinetas, ella se dedicaba al cuidado de perritos, pero salió un viernes por la tarde y ya no regresó”, dijo entre sollozos la señora Martina de Meléndez, quien busca justicia por su hija activista, que luchaba en contra del maltrato animal.
Un día, fue a atender una denuncia de esta naturaleza, un 12 de marzo de 2021, en el vecindario ubicado a la altura de Casa Aguayo, en la 18 Oriente #1407. Monserrat no logró hacer justicia. La torturaron, la estrangularon y le quitaron las uñas. Es por esto que la señora Meléndez pide que sea castigado Braulio Marcelino, el presunto culpable del homicidio de Monserrat, quien ya se encuentra preso, pero está a la espera de sentencia.
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Fueron a una fiesta en CDMX y desaparecieron
Jesús Guerrero busca a su hija, María Fernanda Guerrero Barajas, y a la amiga de su hija, Diana Estrella Olmos, originarias de la Ciudad de México, pero desaparecidas en Puebla tras asistir a una fiesta el 3 de marzo de 2024.
“A mí me está comiendo la incertidumbre de no saber de mi hija”, comenta el señor Guerrero, quien es de la Ciudad de México y asegura que no se le ha dado un seguimiento adecuado a la desaparición de María Fernanda y Diana Estrella, a quienes esperan sus seres queridos y sus aún pequeños hijos.
Al homenaje a Paulina Camargo se sumó, en señal de empatía, un colectivo feminista de 12 jóvenes que tocaban tambores y gritaban: “¡Alerta, alerta, alerta al que camina, las luchas feministas por América Latina!, ¡Y tiemblen y tiemblen, los machistas, que América Latina será toda feminista!”.