HERMOSILLO. - Activistas y colectivos ambientalistas han estado alertas por los recientes daños a la flora y fauna que se han registrado en Sonora, debido a la construcción de las vías del tren que pasará por el municipio de Ímuris a Nogales. Esta obra ha causado controversia, debido a escasa información que había manejado el gobierno estatal y federal, sobre todo, de las afectaciones ecológicas que está provocando.
Ahora, otra construcción prende los focos rojos en la entidad. Se trata de un acueducto que llevará agua a las comunidades seris (comcáac) en Sonora; sin embargo, los trabajos ya están mostrando desmontes y destrucción de cactáceas en la zona desértica.
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El colectivo Caminantes del Desierto A.C. publicó un video en el que se observan las máquinas retroexcavadoras derrumbar un gran cactáceo, mezquites y otro tipo de vegetación a su paso.
“Mientras los ciudadanos plantamos árboles, el ecocidio se ha convertido en política de Estado. La construcción del camino a Desemboque como parte del plan de justicia Seri. No es tan difícil rescatar la vegetación del Desierto y hacer las cosas bien”, dijo Sergio Müller, líder de la agrupación.
Además, denunció que, en el Manifiesto de Impacto Ambiental de la obra, no se cuenta con medidas de mitigación o compensación de tala, por que las autoridades aseguran que “carece de vegetación forestal”.
Sin embargo, Sergio Müller explicó que en esta zona podrían encontrarse árboles de cirio, (Fouquieria columnaris) una especie endémica y de extraña apariencia, que pertenece a la familia de los ocotillos, ya que sería el único lugar de Sonora donde se pueden hallar.
“El MIA no menciona la existencia de cirios en las 35 hectáreas del proyecto; en Sonora esta sierra es el único lugar que existen, es difícil creer que no se distribuyan en ese cerro. Es necesario revisar en campo antes de aprobar”, agregó.
Obra se realiza en apego al cuidado y preservación del medio ambiente: Gobierno
Por su parte, el Gobierno del Estado, vía la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano aseguró que la obra de construcción del Acueducto Punta Chueca - Desemboque, se lleva a cabo ‘en apego al cuidado y preservación del medio ambiente’.
La dependencia explicó que la obra forma parte del Plan de Justicia para el pueblo Seri (comcaac) y beneficiará a cerca de mil personas que viven en esta comunidad indígena.
“Resolverá la demanda hecha por los seris de contar con infraestructura y equipamiento necesarios, sustentables y de buena calidad para dotar de los servicios de agua potable suficiente y el saneamiento adecuado para las viviendas y los espacios comunitarios”, informó la Sidur en un comunicado.
Además, aseguró que, si se registra una afectación ecológica, será remediada de acuerdo al Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA).
Construcción de tren en Ímuris no tendrá remediación real: activista
En cuanto a los daños ecológicos causados por la construcción de las vías del tren que irá de Ímuris a Nogales, Sergio Müller denunció que no tendrá una remediación real, como plantea el gobierno en el MIA.
En entrevista con La Silla Rota, líder de Caminantes del Desierto A.C. explicó que, de acuerdo a este documento, el gobierno se compromete a remediar “uno a uno”; es decir, por cada árbol derribado, sembrarán uno. Sin embargo, no será suficiente, ya que se necesitan al menos plantar cinco árboles por uno destruido.
“No es remediación lo que harán, la remediación que incluye el proyecto es de uno a uno. Árbol que talen, árbol que van a plantar; sin embargo, no es suficiente porque estás talando árboles grandes, para plantar arbolitos, que no sabemos si van a sobrevivir, debemos plantar cinco a uno, y en el monte deberían ser más”, agregó.
Además, Sergio Müller lamentó la forma en la que el gobierno federal y estatal comenzaron con esta obra “a escondidas”, ya que en papel no había nada sobre ella, e incluso, el Manifiesto de Impacto Ambiental se publicó un año después de que iniciara la construcción y el daño se hiciera.
“No se tomó en cuenta el medio ambiente y el impacto social que iba generar este nuevo trazo. No hubo una consulta pública, no hubo MIA. Se empezó a construir y a poner piedras sin siquiera haber tenido este documento, apenas salió un año después, cuando ya la obra va muy avanzada y ya se han desmontado miles de árboles”, dijo.
El ambientalista mencionó que ya empieza a notarse el impacto ecológico en esta zona, ya que se han registrado deslaves en el río Cocóspera, lo que pudiera provocar un taponamiento en él, que provoque contaminación del agua.
También expuso que este río ha vuelto a llevar agua por los trabajos que se realizaron durante 20 años, al declararse una zona protegida; sin embargo, con la obra de construcción, el trabajo se echaría abajo.
“El río Cocóspera trae agua por los trabajos de conservación que se han hecho en los últimos 20 años por el Rancho el Aribabi, y ahora está en duda la existencia de esta reserva natural, ya no existe como tal. La obra vulnera todo el trabajo y el esfuerzo de conservación que se había hecho”, concluyó.