HERMOSILLO. - El norte de Sonora vive una guerra entre dos bandos criminales. Desde hace meses, las balaceras, enfrentamientos armados y los homicidios son el pan de cada día para los habitantes de municipios como Sonoyta, Pitiquito, Benjamin Gil, Caborca, Altar, entre otros.
La semana pasada, uno de estos bandos publicó un video en el que asegura que “Sonora tiene dueño”, y advierten que van por los sicarios del grupo contrario. Con ello, se vislumbra que la guerra se recrudezca en los próximos días; y serán los ciudadanos, quienes queden en medio de ella.
Recientemente se vio un gran enfrentamiento entre ambos bandos en San Luis Río Colorado, en una zona desértica conocida como el Golfo de Santa Clara.
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En sus vehículos, siete sicarios se encontraban sin vida: todos tenían impactos de arma de fuego y vestían ropa táctica.
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Entre los siete cuerpos, la Fiscalía de Sonora identificó, por medio de huellas dactilares, a Samuel “N”, alias “El Pía”, de 48 años, quien presuntamente fungía como el jefe de plaza para Los Chapitos en Sonora y Baja California.
“La identidad del sujeto fue confirmada mediante registros dactilares. Este individuo operaba en el Valle de Mexicali y era considerado un objetivo prioritario por las autoridades de Baja California. Recientemente, se había desplazado a la parte norte de Sonora”, detalló la FGJE.
Las víctimas de la guerra en el norte de Sonora
A pesar de que autoridades mencionen que se trata de un conflicto entre bandas delictivas, los habitantes de estas comunidades son quienes pagan los ‘platos rotos’. Son varias las víctimas que han quedado en fuego cruzado o son “confundidos” por viciles armados, quienes los atacan con armas de fuego.
Las más recientes, son maestros del municipio de Sonoyta, quienes viajaban en un vehículo cuando fueron impactados con balas de grueso calibre.
El ataque armado ocurrió el sábado 15 de marzo por la madrugada. El grupo de maestros regresaba de un mitin de Movimiento Ciudadano que se había realizado en Puerto Peñasco.
El saldo fue de uno de ellos muerto: un profesor de secundaria de 35 años, de nombre Gustavo Adolfo Morales. Además, una recibió tres impactos de bala en su cuerpo y otras cuatro personas también resultaron heridas.
Ante este crimen, las secciones 28 y 54 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), alzaron la voz y exigieron a las autoridades garantizar la seguridad de los maestros en Sonora.
“Lanzamos un llamado de alerta urgente para implementar las medidas y se garantice la seguridad de 17 mil maestros en la entidad”, declararon.
Los maestros fueron atacados a balazos en un retén falso. Pero no son las primeras víctimas.
Vidas inocentes
También, en Caborca, una empresaria dedicada al cultivo de espárragos, Blanca Buentello, de 42 años, recibió varios impactos de bala cuando conducía su camioneta. Herida, la mujer logró llegar hasta un hospital, donde recibió atención médica. Sigue hospitalizada.
Por otra parte, en la comunidad de Sáric, ubicada a 200 kilómetros de Sonoyta y en la misma franja fronteriza con Estados Unidos, un grupo de migrantes sufrió lo mismo. Dos vehículos en donde se transportaban, mujeres, niños y hombres fueron emboscados. En el atentado murieron tres mujeres y un niño de cuatro años, oriundos de Ecuador, Honduras y Perú.
Autoridades patrullan el norte de Sonora, pero no es suficiente
De acuerdo con las autoridades estatales, elementos de la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP), de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Guardia Nacional mantienen operativos permanentes en la zona norte de Sonora.
Sin embargo, los oficiales también son blanco de ataques armados constantes por parte de los grupos criminales. En más de una ocasión han sido interceptados por sicarios, e incluso han incendiado vehículos de la Sedena, en Sonoyta, Oquitoa y otros municipios aledaños.
Sobre el ataque donde murió el maestro Gustavo Adolfo, la Mesa Estatal de Seguridad Pública informó que detuvieron a tres hombres, quienes estarían detrás del crimen. Fueron arrestados en el ejido Hombres Blancos, en Sonoyta y portaban cuatro armas largas y 14 cargadores de diversas capacidades y municiones.
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